Tachy Molina, directora corporativa de Hoteles Eurobuilding, conversó con el médico Andrés Simón González-Silén, quien preside Asistensi y es el fundador de Venemergencia, durante la segunda edición de la tertulia «De la resiliencia al cambio», que organizó HispanoPost este jueves 10 de noviembre en el salón Cité del CCCT.
Cuando el empresario Horacio Velutini, moderador del evento, le pidió a Molina que explicara sobre su experiencia de trabajo en el país, ella admitió que el sector de la hotelería “ha sido muy rudo para todos”, pero dijo que había que seguir insistiendo porque se trata de un país con mucho potencial.
“Desde el año 2016 no lográbamos hacer el 100% de la ocupación del hotel. Hace poco vinieron 465 personas a ver qué estaba ocurriendo y yo tuve la oportunidad de hablar con un grupo de colombianos empresarios que creen en este país”, comentó.
Molina fue muy gráfica al momento de relatar su trabajo diario en Venezuela y contó, despertando las risas entre los presentes, cómo se ha posicionado, lamentablemente, la imagen de un país con extremas carencias que ni siquiera en el sector turismo puede satisfacer las demandas de los huéspedes o usuarios.
“He tenido casos de compañías que envían encuestas preguntando si dentro de los hoteles tenemos papel higiénico, si hay frutas, si se consiguen manzanas o piñas, si hay agua y si contamos con el servicio de electricidad. Son evaluaciones que me piden firmar”, dijo.
Relató que en algunos momentos había llegado a creer que se trataba de burlas o de chistes graciosos por parte de personal de su equipo de trabajo.
“Sí, tenemos tres plantas eléctricas y contamos con cinco pozos de agua”, indicó la experta en hotelería.
La certeza de que el país sigue vivo y sigue siendo maravilloso es muy clara para esta mujer venezolana que insiste en la necesidad de aprender el valor del servicio desde el hogar. Pero ella misma comprende que en el imaginario de muchos venezolanos que migraron o de algunos extranjeros todavía prevalece, persiste, esa etiqueta de país devastado que precede al nombre Venezuela, o le acompaña.
Explicó que durante la pandemia todo el mundo se paralizó y el turismo se detuvo. En el país, el promedio general de ocupación está entre 12 y 16%. En el estado Mérida es de 12% y en Nueva Esparta llega a 16%. “Sin embargo, en la red de hoteles Eurobuilding hemos registrado un promedio de 58% de ocupación. 48% de esta es de venezolanos”, aseveró.
Tan es así que asegura que destinos como Canaima o Los Roques ya no son tan prohibitivos para nacionales, algo que antes no solía ocurrir.
¿Su secreto para continuar en el país? Molina responde que es feliz al servir a alguien, un atributo que, en general, es muy mal comprendido en Venezuela. Acá debemos empezar a trabajar en la atención pues, como dice, “todos los seres humanos necesitan reconocimiento”.
Recomendó, además, abandonar los típicos saludos de: “Mi amor, mi vida, papito, gordo, chica”, entre otros, en los espacios donde se deba atender al público. Es importante, para Molina, que prevalezca el respeto hacia el cliente.
¿La tarea pendiente que más urge terminar?
Según Molina, desarrollar una marca país: “El gobierno tiene que ponerle una marca al país. Así como cuando tú recuerdas el eslogan de Colombia, el riesgo es quedarte. Así”.