El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer; sin embargo, en Venezuela las mujeres experimentan una gran discriminación sexual en el mercado de trabajo.
Dicha situación se ha profundizado con la crisis social, económica y política del país durante los últimos años.
Jakelyn Richter, profesora de la Cátedra del Trabajo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), aseguró que las mujeres venezolanas son objeto de una fuerte discriminación sexual en el mercado laboral.
Esta condición, agregó, se agravó con la pandemia de la COVID-19, pues el rol de cuidadora de los hijos y trabajadora a distancia cayó sobre la mujer debido a que los hombres -quienes también debieron trabajar en casa- poco contribuyeron en apoyar las labores dentro del hogar.
La catedrática de la UCV alertó que la discriminación laboral hacia las mujeres venezolanas es de las más altas en América Latina.
Agregó que la mayoría de las trabajadoras venezolanas realizan actividades laborales marginales con muy bajos ingresos y, además, ellas son las que sostienen económicamente el grupo familiar.
Mayor desigualdad social y económica
La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), de la Universidad Católica Andrés Bello, señala que sólo 32,9% de las mujeres en 2021 tenía empleo. El restante 67,1% estaba sin un trabajo estable.
Por otra parte, la Encovi observa que el ingreso de la mayoría de las trabajadoras formales es muy bajo, pues ellas se desempeñaban en la administración pública, donde los salarios son más bajos que en la empresa privada.
Asimismo, los hombres superaban en al menos 18% el ingreso devengado respecto a las mujeres.
La muestra de la Encovi correspondiente a 2022 arroja que el aumento de la desigualdad socio económica en general opaca la disminución de la pobreza de 65,2% a 50,5% entre 2021 y 2022.
Dicha desigualdad se plasma en que el ingreso de la población de mayores recursos (10%) supera en 70% a los estratos (también 10%) más pobres.
En este contexto, Richter insistió en que las mujeres son las más afectadas en el plano laboral.
Explicó que ellas experimentan en el sector formal el fenómeno del «suelo pegajoso», esto es limitadas posibilidades de ascender en el trabajo.
Igualmente, las mujeres profesionales enfrentan la situación del «techo de cristal» como impedimento para subir en el escalafón organizacional de los puestos ejecutivos, medios y altos.
Richter precisó que en el sector informal hay más hombres, pero las mujeres realizan los trabajos más marginales.
La abogada indicó que la sociedad venezolana se caracteriza por la desigualdad hacia la mujer, fundamentalmente en los estratos pobres, donde impera una estructura machista pese a que la madre es quien trabaja y sostiene el hogar.
Esa situación, de acuerdo con la catedrática de la UCV, ha sido fortalecida y profundizada en los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro a través de las misiones como Madres del Barrio, Hogares de la Patria o Parto Humanizado, entre otras, y el pago aleatorio de bonos que «son mecanismos de control social».