Los dolientes hicieron cola durante kilómetros para despedirse de la reina Isabel II, después de que miembros de la realeza, incluidos el rey Carlos III, el príncipe William y el príncipe Harry, acompañaran su ataúd en una procesión desde el Palacio de Buckingham hasta Westminster.
Cuando Westminster Hall abrió sus puertas a las 5 p.m. del miércoles, la fila de visitantes se extendía por más de 4 kilómetros a lo largo del río Támesis, según un rastreador oficial.
El ataúd permanecerá en el salón hasta la mañana del funeral de la reina el lunes próximo.
Altos miembros de la realeza caminaron detrás del ataúd mientras este se abría paso a lo largo de la ruta de la procesión, llevado en un carro armado.
El príncipe William y el príncipe Harry también marcharon juntos en el cortejo fúnebre de su madre, la princesa Diana, en 1997, un momento que ambos dijeron que los afectó profundamente.
El ataúd estaba adornado con la Corona del Estado Imperial junto a una corona de flores, y cubierto con el Estandarte Real.
Fue rodeado por personal militar mientras lo transportaban por The Mall, Whitehall, Parliament Street, Parliament Square y New Palace Yard, antes de ingresar a Westminster Hall, donde el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, realizó un breve servicio.
El ataúd de la reina se construyó hace más de 30 años y está fabricado con roble inglés revestido con plomo, dijo la empresa de pompas fúnebres reales Leverton & Sons al periódico británico The Times.
Desde el miércoles por la noche, los miembros del público pudieron desfilar frente al ataúd, que descansa sobre una plataforma elevada o catafalco. Se espera que miles hagan cola a lo largo de las calles de la capital, y algunos podrían dormir a la intemperie durante la noche en un intento por presentar sus respetos.
La inclusión de Harry en la procesión del miércoles es la última de una serie de apariciones con William desde la muerte de la reina, ya que los hermanos han tratado de mostrar unidad a pesar de las tensiones en los últimos años desde que Harry renunció como miembro de la realeza.
La aparición conjunta de William y Harry y sus esposas Catherine, princesa de Gales y Meghan, duquesa de Sussex en Windsor el sábado fue una sorpresa y no se anunció con anticipación. William invitó a los Sussex a la caminata para ver los homenajes a la reina y saludar a los simpatizantes, dijo una fuente a CNN.
El ataúd de la reina fue transportado desde el castillo de Balmoral, donde murió, a Edimburgo el domingo. La ruta de seis horas fue la primera etapa del viaje de ocho días de la difunta monarca hasta su lugar de descanso final.
Los dolientes hicieron cola frente a la Catedral de St. Giles en Edimburgo el lunes por la noche para recibir su turno para presentar sus respetos finales. El gobierno escocés dijo que más de 26,000 personas pudieron desfilar frente a la reina.
El martes, el ataúd de la reina fue transportado desde la Catedral de St. Giles en Edimburgo al Palacio de Buckingham en Londres.
Fue llevado desde la catedral al aeropuerto de Edimburgo en un coche fúnebre antes de ser trasladado a la base de la fuerza aérea Northolt en el oeste de Londres a bordo de un avión de transporte C-17 Globemaster.
Luego, el ataúd fue llevado al Palacio de Buckingham, donde fue recibido por la familia de la reina y luego se dejó reposar en el Bow Room durante la noche.
Fuente: CNN