Cuando se habla de un pitcher cerrador, estamos hablando de alguien que tenga el temple, el dominio y la calidad para lanzar el último tramo de un juego de beisbol; es ese cuya misión es preservar la victoria cuando el encuentro está cerrado y se acerca el momento de apagar las luces.
A día de hoy, si existiera un diccionario oficial de las Grandes Ligas, que explique detalladamente todo lo referente al juego, la jerga, la terminología, los reglamentos, las reglas no escritas, las jugadas, etc; seguramente cuando lleguemos a la letra ‘c’, de “closer” o de cerrador (también de candado o de cuchillo), seguramente encontraríamos una foto de Josh Hader, taponero de los Cerveceros de Milwaukee.
Han transcurrido casi 20 años, desde la última vez que un cerrador ganó el premio Cy Young, que se otorga al mejor lanzador de cada liga. En aquella temporada (2003), Eric Gagne de los Dodgers de Los Ángeles, terminó con récord de dos ganados y tres perdidos, pero con 55 rescates en mismo número de oportunidades.
Además, su efectividad fue de 1.20 y los contrarios apenas si pudieron batearle para .133 de promedio, todo eso en 82.1 entradas de labor. Eso sin contar con que su whip terminó en un insólito 0.69 y que era la segunda temporada corrida que daba una demostración de tan altísimo nivel.
No sería descabellado pensar en Hader como un posible candidato a pelear por el premio, si este mantuviera el ritmo que lleva hasta ahora. Seguramente, en algún momento de la temporada, alguien podrá descifrar su repertorio y su efectividad se inflará, pero de momento es un intratable para cualquier bateador.
El zurdo ha trabajado durante 13.1 entradas, en las que no le han hecho ningún daño, “ni coquito” se diría coloquialmente. El cerrojo de los luposos no ha permitido carreras de ningún tipo, ni limpia, ni sucia, ni de caballito; nada.
Se ha apuntado 14 rescates, en 14 chances que ha tenido; no ha ganado, pero tampoco ha perdido y únicamente le han conectado dos indiscutibles hasta el momento.
El 12 de abril, durante la primera semana de temporada, Cedric Mullins (Orioles de Baltimore) le conectó un doble al segundo pitcheo que vio; Hader le había repetido el sinker a 97 millas por hora y el jardinero parecía estarlo esperando.
Una semana después, el día 20 de abril, Michael Chavis de los Piratas de Pittsburgh le conectó sencillo por tercera base, luego de que el siniestro pasara por el filo de sus strikes a Jake Marisnick y al venezolano Diego Castillo.
Por otro lado, Hader ha recetado 21 ponches, en un claro contraste en la relación entre abanicados y boletos, ya que solo ha pasado por bolas a cinco rivales.
Por supuesto, que su efectividad sigue inmaculada (0.00), ya que no ha permitido anotaciones; pero para acentuar todavía más su altísimo dominio, el promedio colectivo de los bateadores que ha enfrentado ya va por 0.49, mientras que su whip está en 0.59.
No cabe dudas de que, a día de hoy, este zurdo de 28 años es la elección que cualquier mánager quisiera tener que hacer, cuando cae el último out del octavo capítulo y el juego está por la mínima, puesto para que entre el cerrador.