El 1 de julio, España asume la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea. Solo tres semanas después tendrán lugar elecciones anticipadas y es incierto si el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, podrá mantener el cargo.
En las encuestas lleva la delantera el conservador Partido Popular (PP). Si se unirá con la derecha, podría obtener más escaños en el Parlamento que una alianza de izquierda.
Sánchez minimiza la influencia de estas elecciones en la presidencia española de la UE: «La democracia nunca es un problema. No es la primera vez que tienen lugar elecciones en un país durante su presidencia. También ha habido cambios de gobierno”, dijo a comienzos de junio, en Madrid.
Comienzo inusual
Efectivamente, Emmanuel Macron se presentó a la reelección en Francia cuando ésta presidía la UE.
En 2009, el gobierno checo cayó mientras ocupaba la presidencia de turno. Pero unos comicios al inicio del semestre de la presidencia son una absoluta excepción.
Diplomáticos españoles aseguran en Bruselas que el trabajo se desarrollará según lo planeado, con o sin elecciones. A fin de cuentas, los temas de la presidencia española ya estaban previstos desde hace tiempo.
Un cambio de Gobierno en Madrid no modificaría mayormente la línea tradicionalmente europeísta de España, a juicio de analistas españoles.
La principal tarea sigue siendo respaldar a Ucrania, según opinó la experta en política Carme Colomina en una reunión preparatoria de la presidencia europea en Madrid.
«Ucrania está presente en cada discusión y cada decisión de la UE”, afirmó. Por ejemplo, habría que decidir si Ucrania, y en ese contexto también Moldavia, podrían iniciar aún este año negociaciones de adhesión.
Pero hay también otros temas relevantes. Hasta fines de año, el gobierno español se propone despachar una serie de proyectos de ley europeos. Por ejemplo, en la agenda está una reforma de las reglas de endeudamiento de la eurozona.
El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, considera que las posibilidades de entendimiento al respecto son más bien escasas. También habría que negociar con el Parlamento Europeo un endurecimiento del proceso de asilo en las fronteras exteriores de la UE.
Además, se debería llegar a un acuerdo sobre la reforma del mercado eléctrico. Pedro Sánchez mencionó, en una conferencia de prensa, el propósito de que la UE sea más independiente de China y que se establezcan más empresas clave en territorio europeo.
Foco en América Latina
En materia de política exterior, el gobernante hispano pone el acento en reactivar las relaciones con América Latina y el Caribe. Se aspira a sellar los acuerdos comerciales con el Mercosur, Chile y México. En Bruselas tendrá lugar una cumbre con los gobernantes de esa región ya el 17 y 18 de julio, es decir, aun antes de los comicios españoles.
Por otro lado, a diferencia de Suecia, que estaba en plan de ahorro y cuya presidencia termina en junio, el Gobierno de España se propone promover al país ante la opinión pública europea.
Las clásicas reuniones informales del Consejo y una cumbre especial se celebrarán repartidas en 22 localidades, incluidas las islas de Mallorca y Gran Canaria.
Diplomáticos de Bruselas consideran difícil vaticinar si España logrará brillar e imponer su agenda.
«La presidencia quiere determinar la agenda, pero, al final, es la agenda -es decir, los acontecimientos actuales- lo que determina la presidencia”, dice una máxima del catedrático europeo y político finlandés Alexander Stubb.
Fuente: DW