La pandemia por el COVID-19 se ha convertido en una crisis para todos, incluyendo a las universidades. Así como innumerables venezolanos se quedaron atrapados en otros países, estudiantes de la Universidad Central de Venezuela que culminarían sus carreras este año ahora están en un limbo académico, sin la certeza de cuándo podrán celebrar el acto de grado y recibir su título. Los que aún les quedan unos años de estudios, no están claro qué pasará con sus clases.
Gerardo Cacique, estudiante del décimo semestre de Administración Comercial y representante estudiantil ante el Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (FACE-UCV), cuenta que la cuarentena lo sorprendió a dos semanas de culminar la carrera: Siendo optimistas, quedaremos para diciembre los que nos graduábamos en julio.
Cacique, de 25 años de edad, comenzó la carrera en 2013 y debió graduarse en 2018. Explicó que este retraso forzado le genera ansiedad porque sigue pasando el tiempo. Las universidades públicas han tenido interrupciones por diferentes motivos. En el primer semestre hubo un paro de profesores por los sueldos, que duró de abril a septiembre. Luego, en 2014, perdí otro semestre por las manifestaciones de La Salida. En 2015 y 2016 hubo paros cortos por los profesores defendiendo sus salarios. En 2017 el golpe a la Asamblea Nacional y en 2020, COVID-19. Mi acto estaba programado para el 10 de julio, indicó.
Añadió que en la UCV se están debatiendo diferentes métodos para terminar los semestres en curso, aunque hay facultades que acordaron esperar a que acabe la cuarentena, por falta de recursos digitales para culminar el semestre. Sin embargo, considera con optimismo que: Esta es una oportunidad para ver un poco más allá de lo cotidiano. El coronavirus le dejará una lección a la humanidad, el modelo de vida cambiará.
Cacique, quien este año, adelantó el inicio de su carrera política, no ve como una opción emigrar. Si bien Venezuela hoy enfrenta una de sus peores crisis, sé que saldremos adelante para recuperar al país. Quiero ejercer aquí, por eso le he dedicado tantos años a formarme para mañana poder servir a mi país.
No nos han dicho nada
Jesús García, de 22 años de edad, previo a la cuarentena estaba comenzando el tercer año de Odontología en la UCV. Resaltó que las autoridades universitarias, parecieran ir sobre la marcha ante la pandemia. Sé que en mi escuela algunos profesores están tomando cursos online para podernos impartir las materias, pero no nos han dicho más. Sé de otras que les han mandado evaluaciones por Zoom o Classroom, pero en mi caso ni clases ni evaluaciones.
Sobre las clases prácticas: No nos han dicho nada. No nos han informado si van a extender el año. La carrera es súper práctica y no nos han dicho cómo recuperaremos todas esas guardias perdidas, creo que es de las preocupaciones más grandes. La información ha sido demasiado escasa. Nos hicieron una encuesta de cuántos teníamos Internet, pero luego no nos dijeron más.
García añadió que, a pesar de la incertidumbre, ha aprovechado el tiempo libre para continuar sus estudios. No me han mandado clases, yo mismo me he puesto a hacer guías. Con el Internet no he tenido muchas opciones, porque el servicio ha estado pésimo. He buscado distraerme y ocuparme, porque antes estaba trabajando y estudiando a la vez. Al principio me fue difícil, porque todo se esfumó y me sentí frustrado.
María Andreína Rodríguez, de 25 años de edad, es también estudiante de Odontología en la UCV. Aunque le faltan tres años para culminar, se muestra preocupada por la paralización del cronograma académico, aunque detalla, como un dato importante, que desde la facultad les han garantizado la seguridad de los equipos y materiales de estudio.
Cada semana nos envían un comunicado informándonos que la facultad cuenta con seguridad. Lo que a los estudiantes nos importa muchísimo, porque allá están las unidades donde trabajamos, los simuladores y, lo más importante, nuestros materiales en los lockers, que no pudimos vaciar como se suele hacer al salir de vacaciones, dijo Rodríguez.
Reiteró que, en condiciones normales, el hampa es uno de los principales enemigos de quienes acuden a esta casa de estudios. Cada vez que volvemos de vacaciones, así sea un bombillo se roban de la facultad. Sobre la vía de comunicación con los profesores, explicó: Nos han enviado encuestas para saber nuestra situación, si podemos o no continuar con la teoría y se acordó dejar que cada cátedra decidiera. En estos momentos de cinco materias solo veo una a distancia.
Siendo odontología una carrera práctica, es de las más afectadas por la cuarentena. Rodríguez indicó que aún no ha recibido lineamientos de sus profesores: Me imagino que al salir de esto volveremos con las practicas. Desconocemos si nos darán el mismo tiempo y si las evaluaciones serán las mismas. El año pasado con los apagones la decisión fue extender el año, debió terminar en mayo, pero terminó en noviembre. Imagino que esa sería su decisión nuevamente.
Sobre los sentimientos que le genera la pandemia, la futura odontóloga dijo: Me siento neutral, demasiado neutral para mi gusto. Vivo el hoy, cumplo con las tareas y clases a distancia. Es cierto que siento que estoy perdiendo el tiempo, pero lo que ocurre no es mi culpa. Es algo que se nos escapa de las manos, lo único que puedo hacer es cuidarme para cuidar a los míos y colaborar en lo que sea necesario.
Confesó que entre sus planes está emigrar una vez culmine su carrera: Al menos que en los tres años que me quedan pase algo que me haga cambiar de opinión. Tengo fe en que Venezuela saldrá de la situación política, pero también pueden pasar muchas cosas como, por ejemplo, una pandemia (risas). Misma situación relató García: No sé cómo estarán las cosas para entonces, pero mis planes a mediano plazo de emigrar se mantienen.