Los procesos judiciales que se realizan en las Cortes de Delaware y Nueva York que apuntan a lo que podría ser el irremediable embargo de Citgo muestran que el llamado alter ego -concepto jurídico que puede interpretarse como injerencia política en la empresa de refinación- estuvo presente de manera similar tanto en la administración de Nicolás Maduro como en la del desaparecido gobierno interino que encabezó el dirigente político de Voluntad Popular, Juan Guaidó, señala el semanario Exclusivas Económicas.
En los expedientes tanto de Crystallex, como en el de los tenedores del bono Pdvsa 2020, predominan mensajes en Twitter de personas que tuvieron o tienen alguno tipo de responsabilidad y que ratificarían el llamado alter ego, agrega la publicación.
Los señalamientos de representantes de bancas de inversión y de los bonistas se dirigen básicamente -de acuerdo con el semanario- contra el abogado José Ignacio Hernández cuando tuvo la responsabilidad como procurador especial nombrado por el Parlamento de 2015.
También figuran trinos del mismísimo Juan Guaidó, los presidentes que ha tenido la junta administradora ad hoc de Pdvsa -primero Luis Pacheco y luego Horacio Medina- así como también del dirigente de Primero Justicia, Julio Borges, quien en el gobierno interino fungió como una especie de ministro de Relaciones Exteriores.
Además, señala Exclusivas Económicas, están las declaraciones y mensajes de Carlos Vecchio como embajador de Venezuela en Estados Unidos; del economista Ricardo Hausmann, a quien se le había comisionado la responsabilidad de ser gobernador por el gobierno venezolano de Guaidó ante el Banco Interamericano de Desarrollo, y de Ricardo Villasmil, en su rol de presidente de la junta ad hoc del Banco Central de Venezuela.
“Lo menos que hubo en el manejo de las redes sociales y en declaraciones fue la prudencia, sobre todo por el caso por la amenaza que afronta Citgo”, comentó un abogado vinculado con las negociaciones.
“Nunca se marcó una directriz comunicacional en general, sobre todo lo referido a los acreedores, y el único que hizo un intento de centralizar la vocería fue el embajador Vecchio, pero su esfuerzo fue fallido y eso se agravó por el absoluto desconocimiento de Guaidó sobre esta materia y su falta de liderazgo sobre quienes tuvieron responsabilidad económica en el gobierno interino”, agregó.
Lo cierto es que ni chavistas ni dirigentes de la oposición han tenido claro cómo separar decisiones, funciones y competencias para una empresa del Estado venezolano que opera en otro país y casi que asumen como normal cualquier intromisión que al final terminó revelando un control político con Maduro y Guaidó, puntualiza el semanario.