Los precios de los alimentos continúan en alza, así que los usuarios hacen maromas para rendir el presupuesto familiar, aseguraron comerciantes y consumidores de Caracas.
Según los consultados que solicitaron guardar sus nombres en reserva, esta situación ha hecho que las compras de proteínas se concentren principalmente en el queso blanco duro , las sardinas y la carne molida de res de segunda.
El lunes, los precios de estos alimentos eran 11 millones, 3 millones y 12 millones de bolívares, respectivamente. Los huevos -la otra fuente proteínica- se conseguían a 9 millones de bolívares el medio cartón.
«Elaborar el menú de las tres comidas diarias para mi familia de cuatro miembros se hace muy difícil. Ya no hallo que cocinar sin gastar demasiado», expresó una residente de un edificio en la avenida Fuerzas Armadas.
En una charcutería en Candelaria, un ama de casa contó que compra medio kilo de queso rallado con la intensión de que dure por lo menos una semana para su familia de tres integrantes.
Un carnicero reveló: «La gente ahora lleva mucho la carne molida de segunda porque es más barata y rendidora aumentada con vegetales y acompañada de pasta, arroz, plátano o yuca».
En varios comercios de carne en Candelaria y San José, consumidores refirieron que otros cortes más baratos, como corazón, panza y riñón, son muy duros y requieren más cocción, lo cual no es posible con la escasez de gas de bombona.
«Además, tienes que lavarlos mucho antes de cocinarlos y el agua la racionan», dijo un consultado.
«En San Antonio de Los Altos la comida es más cara que en Caracas. Antes bajaba a la capital a comprar, pero la falta de gasolina obliga a hacer la compra aquí e ingeniárselas para variar las comidas y que tengan algo de proteína», destacó una consumidora.
Los comerciantes indicaron que otro producto muy demandado son los huevos, aunque la gente los está comprando de manera más espaciada.
«Ya no puedes hacer huevos fritos porque significa uno por persona y así no hay presupuesto que aguante», advirtió una ama de casa en San Bernardino.
Recordó que desde hace un año prepara «pericos con muchos vegetales y algo de mortadela y queso rallado».
Otro habitante en San Martín explicó: «Antes colocaba la comida en la mesa y cada quien se servía. Ahora yo la reparto equitativamente en el plato a mis dos hijos y mi esposo para que alcancen los alimentos».
En la avenida Panteón, un residente de una torre habitacional refirió que «la sardina es una opción más económica, sin embargo, la falta de agua hace engorroso limpiar el pescado».
El déficit de las proteínas también se presenta en las bolsas de alimentos que los empleados públicos reciben -pagándolas a menor precio que en la calle- como compensación por parte de los organismos del Estado.
«Los últimos meses, el pollo y la carne los sustituyeron con sardinas y mortadela. Y los huevos los bajaron de uno a medio carton», denunció un sindicalista.
Añadió que el kilo de queso blanco duro que asignaban a los trabajadores se está entregando de forma irregular.
Respecto a la leche, los consultados precisaron que prácticamente su consumo se traduce en la bolsita de un cuarto de kilo del alimento en polvo de la bolsa CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción).
«Es muy difícil contar con plata suficiente en el presupuesto familiar para comprar en los comercios un paquete grande (900 gramos) a 29 millones de bolivares», sostuvo una pensionada.