El Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) presentaron este miércoles los resultados del Global Entrepreneurship Monitor Venezuela (GEM), estudio con datos actualizados sobre la situación de los emprendedores en el país.
En la investigación se destaca que las encuestas fueron realizadas a adultos cuyas edades están comprendidas entre los 18 y 64 años y también se explica que esta tenue recuperación de la economía nacional “permitió una ralentización del aumento de la pobreza entre 2020 y 2021”.
Entorno para emprender
Para el estudio, además, se consultaron a 36 expertos sobre los elementos que conforman el entorno del emprendedor y económico en Venezuela. Se evaluó la Tasa de Actividad Emprendedora Temprana (TEA), en cuanto a las aptitudes y percepciones del emprendimiento, y se determinó que en 2022 al menos 83% de los encuestados considera tener conocimiento, habilidad y experiencia necesarias para iniciar un nuevo negocio.
También 64% afirma que vio buenas oportunidades para iniciar un negocio en los próximos seis meses “en mi área donde vivo”. Otro 53% contestó que es fácil iniciar un negocio en el país, lo que se contrapone con el 29% que espera iniciar un negocio en los próximos tres años.
En cuanto a los encuestados de entre 18 y 64 años, 19% manifiesta estar involucrado en un emprendimiento naciente, nuevo o establecido durante 2022. Este porcentaje representa aproximadamente 3 millones de personas. Lo que se desglosa en 58% emprendedor naciente, 28% propietario o gerente de una nueva empresa y 14% gerente de una empresa establecida.
Otro de los hallazgos es que “la participación de los emprendedores del sector público y los autoempleados supera el promedio de la población general”.
Asimismo, en cuanto al hogar “las personas con emprendimientos nuevos y/o establecidos tienen mayor probabilidad de ejercer la jefatura de hogar (nuevos=74% y establecidos=78% vs. población general=63%)”.
Sobre las características de los emprendimientos, destacan aquellos con nulo o bajo nivel tecnológico (97%), los que no exportan (95%) y los que tienen entre uno y dos socios (84%); mientras que los que se consideran como los más solicitados son aquellos que están relacionados con comercios minoristas, restaurantes y hoteles.
El estudio detalla que los emprendedores en su etapa inicial están muy motivados y se perciben con un alto talento emprendedor, el cual se ha incrementado en los últimos 11 años. La mayor parte de los emprendimientos son por necesidad. La mayoría de los emprendedores utiliza más tecnología digital para vender sus productos o servicios a raíz de la pandemia, a pesar del bajo nivel tecnológico general en sus procesos, productos y servicios.
“Los emprendimientos se caracterizan en términos generales por estar orientados al consumo final, vía comercio y los servicios. La diferencia de género es a favor de las mujeres en los emprendimientos establecidos. En las etapas iniciales es más paritaria”, puntualiza el estudio.
El contexto económico y laboral
En el trabajo se especifica que en Venezuela ha habido siete años de recesión económica y apenas un año de tenue recuperación. “A partir de mediados de 2020 ha tenido lugar en el país un proceso de reformas económicas de facto, con la eliminación de los controles cambiarios, con la desregularización económica y con el levantamiento de las amenazas sobre el sector comercial privado, principalmente el importador”.
El estudio indica que la recuperación económica que se pudo observar entre 2020-2021 permitió que pasaran a la actividad laboral 1,2 millones de personas, aunque aún no alcanza el máximo nivel de la última década (58,5%). “Probablemente, ya estemos en el nivel habitual de actividad. En cuanto a la actividad por género, seguimos por debajo del nivel de actividad en el continente, ya que Venezuela se encuentra entre hombres 65,7% y mujeres 39,1% de actividad».
Agrega que “la distribución de la recuperación económica ha sido muy desigual” y especifica que una de las razones de esta desigualdad económica es “el bajo nivel de actividad económica de los valores con menores ingreso. Mientras que en el decil más bajo sólo trabajan 3 de cada 10 personas en edad activa, en el de más altos ingresos trabajan 7 de cada 10”.
Asimismo, según el estudio, influye la desigualdad territorial. Detalla que 40% de las personas del valor más alto de ingresos vive en Caracas, lo que hace que las oportunidades de empleo y emprendimientos sean muy escasas en los hogares con menores ingresos.
Indicó que en 2022 los sectores que aumentaron su empleabilidad fueron el transporte y la administración pública. “El resto de los sectores han mantenido su participación en el mercado laboral. La reducción de los empleos agrícolas probablemente también se relaciona con la particularidad de la crisis de los últimos años”.