Hay un divorcio entre las aspiraciones de la sociedad y las del Estado

El periodista Alonso Moleiro, señala que existe un divorcio entre las aspiraciones de la sociedad y las del Estado. En su videocolumna para HispanoPost explica que desde la dictadura en los años 50, Pérez Jiménez administraba una situación de facto, el Gobierno se pagaba y se daba el vuelto, pero había estabilidad y prosperidad el país.

Entrado el Gobierno de Hugo Chávez, ocurrió lo normal, en Venezuela hubo una correspondencia en una sociedad de masas abierta con medios de comunicación y opinión pública moderna, una continuidad entre lo que quiere la gente y lo que el gobierno quiere hacer, esto se fundamenta en el derecho a elegir y alternar opciones en el poder, en el derecho a revocar mandato, el derecho a ejercer las cláusulas constitucionales del actual proyecto de 1999. Es decir, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campíns, Jaime Lusinchi y Hugo Chávez eran la expresión de la voluntad del país.

Asegura que Venezuela fue un país con muchísima pasión, que luego fue detrás de Hugo Chávez, que representó una realidad política popular en al menos la mitad población y que se impuso con las triquiñuelas administrativas subrayadas o colocadas sobre el papel. Chávez tuvo un impulso popular indiscutible, influencia en una parte del país, con influencias culturales cotidianas, esa situación está derogada en este momento, tenemos un gobierno muy impopular que se impuso por la fuerza. La mayoría de los venezolanos lo que quiere es cambiar y poder votar pacíficamente.

«El esfuerzo de las corrientes democráticas que va mucho más allá del G4, las que desearían que Venezuela cambiara en paz, deberían tener un horizonte constructivo con una visión nacional, un interés que deje de un lado las apetencias personales, las intrigas, los cuchicheos y nos permita de aquí en adelante, entendiendo que estamos en la nada, en una zona en total ausencia de opciones, pero ante un futuro que va a ser muy fluido y muy cambiante, alineando puntos de vista para lograr lo que queremos lograr», dijo.

La soberanía popular la ejerce el pueblo a través del sufragio, eligiendo libremente, con el voto universal directo y secreto a sus gobernantes.