Hemos visto un distanciamiento bastante prudencial de Petro en su relación con Venezuela

“El gobierno venezolano parece haberse fraguado muchas expectativas con la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño, a la presidencia de Colombia”, señala la internacionalista Giovanna De Michele en su videocolumna para HispanoPost.

Sin embargo, aseguró que en las pocas semanas que lleva el mandatario colombiano en el cargo “lo que hemos visto es una cautela extraordinaria y si se quiere un distanciamiento bastante prudencial en su relación con Venezuela”.

Recordó que ni siquiera se ha podido materializar la apertura total de la frontera entre Colombia y Venezuela para el paso de mercadería. “Es decir, para el tránsito legal del comercio transfronterizo”, agregó.

La experta agregó que se ha visto a un Gustavo Petro bastante tímido cuando le corresponde hablar de la administración de Nicolás Maduro en Venezuela”.

“Hemos visto respuestas categóricas a ciertas solicitudes emanadas de Venezuela, como por ejemplo la reciente solicitud formulada por el vicepresidente del PSUV, en el sentido de que Colombia entregue a Venezuela, en calidad de detenidos, a algunos venezolanos que se encuentran refugiados o bajo el amparo de un asilo, en territorio colombiano”, agregó.

A dicha solicitud Petro respondió casi que, de manera inmediata, “asegurando que Colombia es un país en el cual se respeta el asilo y el refugio”, indicó De Michele.

Además de todo lo anterior, la internacionalista aseveró que hay que considerar que el que más se beneficia de esta reapertura diplomática y consular son los ciudadanos en ambos países. “Sin lugar a dudas, ahora podrán contar con una representación diplomática y consular que vele por el respeto y las garantías de sus derechos fundamentales”.

Desde el punto de vista comercial, agregó, si bien es una noticia importante para el sector empresarial e industrial de Venezuela, lo es más para el sector empresarial e industrial de Colombia “porque el sector venezolano se encuentra muy de manos atadas por la precariedad de la estructura económica en nuestro país, por el deterioro de todo el parque productivo a nivel nacional, por una serie de medidas que restringen la capacidad productiva de nuestros empresarios”.

Del lado colombiano, explicó De Michele, “encontramos una estructura mucho más robusta, encontramos mucha mayor capacidad de producción y con un mercado muy necesitado de bienes y servicios del lado de Venezuela».

Aseguró que lo más probable es que «en el corto plazo el territorio venezolano se vea tremendamente inundado de productos colombianos. No así en sentido contrario. Es decir, no llegarán los productos venezolanos con ese mismo impulso y con ese mismo empuje al territorio colombiano”.