Durante los meses de noviembre y diciembre comenzaron a aparecer vallas publicitarias en la autopista Francisco Fajardo invitando a visitar el nuevo hipermercado Forum, ubicado en el Centro Comercial Los Próceres del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA). La mayoría de la gente que hablaba del sitio solo daba buenas referencias en cuanto a cantidad, calidad y costo.
En su página web y redes sociales no se consigue mayor información sobre la compañía. Al ingresar al portal te adelantan que aún está en construcción y en el apartado que debería estar identificado como su misión, visión y valores se puede leer que se trata de “una empresa que nace de la necesidad de ahorrar, impulsada por el propósito de establecer estándares de excelencia en todos los productos”. Califica a los clientes como “el alma y los accionistas más importantes” para ellos.
Sin embargo, el reporte de Exclusivas Económicas, con fecha del 12 de enero de este año, ofrece más detalles sobre el origen de este hipermercado. Señala que Forum es producto de la unión entre empresarios descendientes de sirios y portugueses que “lograron que el gobierno de Nicolás Maduro les diera dos importantes espacios en Caracas: uno que tenía la cadena Central Madeirense en el Paseo Los Próceres, operado por el Instituto de Previsión de la Fuerza Armada Nacional (IPSFA), y otro en la urbanización San Bernardino, donde funcionaba una de las tiendas de la Red de Abastos Bicentenario, que pertenecían al gobierno”.
Así que, haciendo caso a los comentarios, mi familia y yo, que ya habíamos sucumbido una primera vez a estas recomendaciones y éramos compradores relativamente constantes del supermercado iraní Megasis, decidimos ir a visitar. Desde la llegada al centro comercial se puede observar una larga cola para ingresar al hipermercado, la cual generalmente avanza rápido.
Tienen jóvenes que van recorriendo la fila, exigiendo el respeto a la debida distancia entre las personas como medida de prevención por la COVID-19, y al entrar hay varios termómetros digitales con su respectivo dispensador de gel antibacterial.
Se trata de un local bastante amplio, con atractivas distribuciones de productos. Lo primero que se observa al ingresar son la variedad en vinos extranjeros y productos importados como cereales, cremas para untar, productos básicos en la dieta árabe, entre otros.
Al inicio imperaban las marcas extranjeras, pero recientemente se observan muchos más productos nacionales, e incluso cerca de las cajas registradoras dispusieron varios mesones donde ofrecen productos básicos, como harina de maíz precocida, leche, azúcar, harina de trigo o pasta, en cantidades más pequeñas y, como se les conoce popularmente, en forma de “teta”. Por ejemplo, un paquete de harina precocida tiene un precio aproximado de 1.800.000 bolívares, las “tetas” con este producto tienen cuesta 200.000 o 500.000 bolívares.
El hipermercado cuenta con un área de carnicería, charcutería, farmacia, licorería y panadería, se puede comprar al mayor o al detal. De hecho, en el Exclusivas Económicas se advierte que la intención de los empresarios era crear una cadena de 50 hipermercados Forum en toda Venezuela, a lo largo de la próxima década. Sin embargo, ahora están en revisión de ese proyecto de manera de alcanzar esa cantidad entre 2021 y 2025. “La intención es potenciar las ventas al mayor enfrentando, principalmente, a la cadena Makro y, en cierta manera, a Plan Suárez, además de contar con importantes clientes como restaurantes y hoteles, así como reforzar las ventas al detal”, indica el reporte.
Tal vez en lo que les haga falta trabajar es en aquello de mantener el orden dentro del local. Los días cercanos a las festividades navideñas estar dentro del hipermercado era como estar viviendo en carne propia una escena de aquella película de los 90, “El regalo prometido”. La gente corría de un lado a otro, se atropellaban entre sí, mientras los empleados pasaban coleto u ordenaban los anaqueles, reponiendo mercancía. Aún en febrero el orden dentro del local no es de sus principales virtudes.
Esto va vinculado a la forma como organizan las colas para pagar y al momento de la salida. Piden a los clientes hacer tres grandes filas: una atraviesa en dos el área de frutería y si es lo suficientemente extensa se confunde con la que se apoya al mostrador de la panadería. Generalmente, hay uno o dos empleados que van diciéndole a los clientes hacia cuál caja avanzar, pero cuando alguien desea tomar un producto de los estantes que están copados por la gente se complica el panorama y se caldean los ánimos.
Al momento de cancelar ofrecen variedad: puede hacerse en bolívares, divisas, Zelle o por una nueva aplicación, que ni siquiera quienes atienden la caja saben usar, pero la ofrecen a ver si el cliente les explica. Para salir del hipermercado hay que colocar todas las bolsas sobre un mesón que está dispuesto en la puerta, entregar la factura a uno de los jóvenes, quien revisa la lista producto a producto.
Lo bueno es que justo en el momento en que el empleado está chequeando producto contra factura, hay otro que se encarga de intercambiar el ticket del estacionamiento por uno que ya está previamente cancelado y así el cliente se evita la cola de la taquilla de pago.