La expresión visual del artista Jaime Gili sobre la vida moderna confluye en la exposición «Ojo»

El arte moderno con cierta influencia del abstracto engalanará los espacios de la sala Eugenio Mendoza, de la Universidad Metropolitana, de la mano del artista visual venezolano, Jaime Gili, durante los meses de abril y mayo.

Sobre su más reciente exposición, Gil comentó que el nombre de la misma, «Ojo», fue escogido porque “proviene de uno de los tres vértices de este triángulo que conforma esta exposición y que es de una obra que hice en Bolivia. Se trata de unos rombos que se encuentran en los textiles de los andes bolivianos”.

Las obras que, en su mayoría, son imágenes geométricas componen tres expresiones del artista. “Luego viene una segunda parte que tiene que ver con la pintura expandida. Es decir, la pintura que se expande hacia el espacio –como el mural de fondo de la sala, que abraza la profundidad de la misma- y hay una tercera parte que, por el contrario, está como referenciándose a sí misma todo el tiempo”.

Gili señaló que la inspiración de esta tercera parte de la exposición está relacionada con lo que vivió, al igual que la mayoría de los ciudadanos del mundo, durante la pandemia de la COVID-19. “Eso viene un poco de las pinturas que hice durante la pandemia, porque estábamos como encerrados, en mi caso en el taller, y las pinturas no tenían salida. No tenían una exposición a dónde ir, porque estábamos todos encerrados”.

Sobre la tendencia que marca sus obras, destacó que sigue «un hilito de hace 50 o 70 años, de una abstracción latinoamericana. Pero la mía es mucho más urbana y mucho más contemporánea, porque yo no viví hace 50 o 70 años. Me agarro de ciertas cosas y las evoluciono un poco para ofrecer un concepto más urbano, más enredado, más caótico y donde hay menos intenciones de que todo está ordenado. Nos hemos dado cuenta en el mundo de que no hay posibilidad de que todos sigamos el mismo orden. Ese caos global yo lo intento reflejar en mis pinturas”.

El artista, que está residenciado en Londres, aseguró que le encanta volver a su tierra natal a nutrir de arte a las nuevas generaciones. “No es que me mueva venir, es que lo necesito. Es para mí un alimento venir acá. Es muy importante para mí dar de vuelta a la ciudad donde crecí y los diferentes momentos y contextos que están pasando, dar de vuelta y ayudar en lo que se pueda”.

El rombo como expresión

Gili explicó un poco más de su trabajo con las figuras romboidales «tiene que ver con una investigación que hice tras un viaje por los andes de Bolivia sobre una figura que se repite mucho en sus textiles, que es la figura del rombo. Los textiles se llaman ‘Ñahuis’ y eso significa ojo. Por eso el nombre de la exposición, lo que me pareció interesante porque uno juega con esos pequeños guiños que nos indican las intuiciones”.

Dijo que la composición de su nombre, “Jaime–Gili–Ojo, forma también un triángulo. Además, ojo tiene tres letras, que es lo que tiene que ver con un triángulo. «También pensé que hacía que todo confluyera”.

Invitó cordialmente al público a que se acerquen a la sala y disfruten del arte. “Por favor, vengan todos. Vamos a tener unas visitas guiadas durante estos dos meses que estará abierta la exposición. La sala Eugenio Mendoza es muy importante que todos tenemos que visitar y promover, porque tiene casi 70 años. Es una de las salas más antiguas privada de arte y tuvo momentos en los que fue vital para la historia del arte nacional”.

Las obras estarán a la venta. En conjunto con la galería Henrique Farías, de Nueva York, que está coproduciendo dicha exposición, estará ofreciendo un porcentaje de las ganancias en beneficio a la Sala Mendoza. “El espacio es el mejor espacio que hay para mi obra, porque sigue una tradición de arte moderno que es al que yo me adapto, y es la mejor sala de cubo blanco”.