«La legitimidad es algo que se tiene o se pierde en función de los propios actos del gobierno»

El debate político en Venezuela se ha vuelto tan elemental, primario y precario que centra su atención básicamente en dos variables fundamentales: la primera de ellas es la mal llamada legitimación y la segunda es la fragmentación de las cuotas de poder, sobre todo desde el punto de vista de la representación política, destacó la internacionalista Giovanna De Michele, en su videocolumna para HispanoPost.

Señaló que se le ha hecho creer al venezolano que ejerciendo un derecho como el del voto se estaría legitimando a la administración de Nicolás Maduro como la verdadera, legal y auténtica representación del Poder Ejecutivo en Venezuela, pero esto es «absolutamente falso».

«Ejercer un derecho no otorga legitimidad. La legitimidad un gobierno la adquiere por dos vías: por la manera de acceder al poder y por la manera de ejercer el poder», explicó.

Sostuvo que la manera de acceder al poder en venezuela es lo que ha generado «gravísimos y profundos» cuestionamientos, tanto a nivel nacional como internacional.

De Michele recalcó que la manera de ejercer el poder está más cuestionada aún. «Tan es así que hay procesos judiciales por supuesta violación de derechos humanos, por la supuesta comisión de crímenes de lesa humanidad por parte de la administración de Nicolás Maduro», dijo.

En consecuencia, agregó, la legitimidad no es algo que se pone y se quita en
función de lo que haga otro. «La legitimidad es algo que use tiene o se pierde en función de los propios actos del gobierno», apuntó.

La fragmentación del poder político

Por otra parte, desctacó que poco días después de las elecciones del pasado 21 de noviembre, el gobernador reelecto del estado Miranda, Héctor Rodríguez, dio un
discurso, donde reconoció abiertamente que la estrategia oficialista estuvo centrada en dividir a la oposición, lo que indica que la administración de Nicolás Maduro y el partido oficialista en Venezuela «se conforma con tener el control de una de las muchas minorías que hay en el país».

«Eso sí tiene que ver con legitimidad, la falta de apoyo popular. El tener que conformarse con ser la mayor minoría, es evidentemente una falta de legitimidad», apuntó.

Recalcó que cuando un gobierno se mantienen el poder solamente sustentado por una minoría y, además ,apoyado por los organismos de seguridad o de represión del Estado, ese gobierno se convierte en una «tiranía de las minorías».