La falta de combustible sigue complicando la operatividad de los productores del campo, quienes no tienen los insumos necesarios para hacer funcionar su estructura operativa y producir. Por lo tanto, la seguridad alimentaria en Venezuela cada día se encuentra más comprometida y el Gobierno no ha tomado cartas en el asunto.
En este sentido, Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, explicó que en las zonas de Los Andes los productos están siendo sacados de las unidades de producción en mulas y carretas “porque no hay gasolina para que los vehículos pequeños puedan subir a las áreas montañosas y mucho menos diésel para que los camiones puedan llegar hasta las fincas, como siempre lo hacen.
“Los vehículos requieren gasolina para entrar en la montaña y no hay. Tampoco hay diésel en las unidades de producción, lo que pone muy cuesta arriba la situación en los campos venezolanos”, sentenció el líder gremial.
Indicó que hay una caída sostenida de la producción y hay rubros que han mermado hasta 60% por la falta de financiamiento y de combustible en el país, situación que ha sido permanentemente denunciada
“A nivel de producción se han perdido unas 20.000 toneladas de hortalizas. La producción del café en 2020 fue similar a la de 1950 con 420.000 quintales, cuando Venezuela logró producir 1,9 millones de quintales y así podemos seguir mencionando rubros, porque la gran mayoría se han visto afectados”, precisó.
Con respecto a la siembra que se perdió este año señala que para el ciclo de frijol norte verano se dejaron de sembrar 13.000 hectáreas, que implicaban 9.000 toneladas.
Explicó que, a pesar de las condiciones adversas, el trabajo del productor agrícola es distinto a la industria y el comercio, que cuando tienen balances negativos cierran.
“El campo es noble y te da esas reservas y por eso no cerramos. Se puede seguir operando sin fertilizar, reciclando semillas, pero es cierto que caemos en superficie y productividad. Actualmente, la producción agrícola venezolana está en manos de los privados, ya no dependemos del gobierno nacional y esperamos que podamos seguir aumentando nuestra capacidad de producción. Sin embargo, hay temas como el del diésel que nosotros solos no podemos solucionar. Ya hemos solicitado que nos permitan importar el combustible y no lo permiten. Tampoco la producción nacional sirve para abastecer al sector y esto nos tiene de manos atadas”, detalló.
En cuanto al déficit de algunos productores, el también especialista en maíz, expresó que se necesitan cuatro millones de toneladas maíz blanco y amarillo y se producen entre 400 y 500 mil toneladas.
Por otra parte, Fantinel hizo un llamado a las autoridades para que agilicen la vacunación en los estados agrícolas de Venezuela, porque lamentablemente los contagios vienen incrementándose de manera descontrolada.
“Nuestros trabajadores han optado por quedarse en las unidades de producción para evitar el contagio, pero deben en algún momento salir de sus casas y están expuestos. Proponemos que se haga un plan para su vacunación y nosotros los empresarios podemos ayudar. Es indispensable proteger la vida de nuestros campesinos”, recalcó Fantinel.
Insistió que si los trabajadores del campo se enferman con COVID-19, se sumará otro factor que pondría en peligro la seguridad alimentaria de los venezolanos.
Cifras proyectadas no se pueden cumplir
Osman Quero, presidente de Fedecámaras Portuguesa, aseguró que en la última reunión de los sectores productivos con el Gobierno nacional se presentaron unas expectativas de siembra de unas 160 mil hectáreas, cifra muy por debajo de las proyecciones que tenía el sector hace cinco años atrás.
“Estamos haciendo esfuerzos importantes, tanto las organizaciones gremiales como los productores particulares, para tratar de conseguir los insumos a falta de Agropatria. Ya conocemos la situación de esta empresa que básicamente dejó de existir y como resultado de esto hemos tenido que buscar los insumos en otras partes. Sin embargo, en la actualidad no se ha respondido a la demanda puntual que tiene el sector agrícola en el momento de la siembra, que exige por supuesto mayor combustible”, dijo.
En cuanto a la siembra del maíz en la entidad, señaló que se hace en un periodo muy corto y por eso existe una gran demanda de combustible. Agregó que hasta la fecha solo se ha podido sembrar 45% del área que se tenía proyectada.
“Es una lástima que habiendo conseguido insumos con un esfuerzo importante, porque en el país no existe financiamiento agrícola, y gracias a empresas que nos han facilitado inclusive créditos, que nos han facilitado formas de pago de distintas maneras, hoy no podamos sembrar la superficie completa por escasez de combustible”, añadió.
Alertó que los aviones de fumigación agrícola para mantener este 45% de superficie sembrada tampoco cuentan con combustible. “Un maíz a los 30 días de haberse sembrado y que ya está en su etapa vegetativa debe ser fumigado vía área porque los tractores no pueden ser utilizados porque se daña el cultivo. Debemos recordar que estamos en un clima tropical y, por ende, esto trae como consecuencias plagas que son naturales en nuestro clima y la única forma de controlarlas es precisamente utilizando los aviones de fumigación. Esto también pasa en la siembra de arroz y en otros cultivos”, puntualizó.
Indicó que los productores de Portuguesa nuevamente le hacen un llamado al Gobierno nacional para que solucione la escasez de combustibles que existe en el país, lo que le daría mucho más tranquilidad al sector y sobre todo para garantizar el suministro de alimentos de manera constante.