Tal parece que Earvin ‘Magic’ Johnson, ex estrella de la NBA y de la selección de baloncesto de los Estados Unidos, ha llevado la filosofía de “dream team” a una de sus propiedades. Es de conocimiento público que Johnson es uno de los dueños de los Dodgers de Los Ángeles y, la plantilla de la que hoy presumen los californianos, es un verdadero equipo de ensueño.
En tiempos recientes, la organización angelina ha sabido moverse sin miramientos en materia de fichajes. No ha habido impuesto al lujo que los detenga, a la hora de concretar la firma de una súper estrella que sea del agrado de la gerencia.
Ya lo vimos en 2019, cuando adquirieron –desde los Medias Rojas de Boston– al jardinero Mookie Betts e inmediatamente lo blindaron con una mega extensión. Posteriormente concretaron la contratación del estelar abridor Trevor Bauer por una jugosa cifra; y si esto no era suficiente, la temporada pasada, para cubrir precisamente la ausencia de Bauer, adquirieron vía cambio a Max Scherzer para la segunda mitad de temporada.
En esta oportunidad, los Dodgers volvieron a hacer una jugada maestra, con un verdadero golpe al mercado que los catapulta como uno de los principales favoritos –si ya no lo eran– a llevarse la corona, por segunda vez en tres años.
Con la marcha de Corey Seager, hoy jugador de los Rangers de Texas, el conjunto azul estaba necesitando de un bate zurdo de calidad en su alineación, además del vacío en defensa que dejó el torpedero. A mediados de la temporada pasada, junto a Scherzer, también trajeron a Trea Turner para jugar en la intermedia, pero su posición natural y la que asumirá este año es la de campocorto.
Esto les trasladaba el vacío a la intermedia. En esa posición tienen a un Gavin Lux, que aunque es un buen jugador, no parece tener los galones para ser el camarero titular del equipo; pero también cuentan con la versatilidad de Max Muncy y Justin Turner que, aunque son primera base y antesalista (respectivamente), pueden ofrecer una defensa de garantías en el segundo cojín.
Ahora bien, con la jerarquía de Turner afianzándolo en la antesala, el movimiento obvio era pasar a Muncy a la intermedia, dejando baldía la inicial. Allí hubiera podido jugar –plácidamente– Cody Bellinger, pues los Dodgers tienen profundidad y calidad como para resolver en los jardines con otros nombres.
Sin embargo, la gerencia de Los Ángeles optó por otra vía, la de ir al mercado y firmar al mejor de los agentes libres disponibles, que no es otro que Frederick ‘Freddie’ Freeman, a quien le otorgaron un acuerdo por seis años y 162 millones de dólares, para que sea el guardián de la primera base.
Un Guante de Oro, tres Bates de Plata, dos veces Jugador Defensivo del Año, cinco Juegos de Estrella, dos veces seleccionado al Segundo Equipo de la MLB y una vez al Primer Equipo, un premio Hank Aaron y uno al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, que además acaba de ganar su primer anillo de Serie Mundial, al conducir a los Bravos de Atlanta al tan ansiado título de campeones.
Considerado como uno de los mejores bateadores de Grandes Ligas, Freeman viene de una temporada de 300 puntos (exactos) con el madero, 31 bambinazos y 83 carreras producidas.
Team Rocoso
Otro de los agentes libres más cotizados del mercado, por su buen bate y polivalente defensa, es el otrora antesalista de los Cachorros de Chicago y –más recientemente– de los Gigantes de San Francisco Kris Bryant.
Durante todo lo que va de temporada muerta, incluyendo el periodo de cierre patronal, el nativo de Las Vegas fue relacionado con diversas organizaciones, precisamente por su capacidad para jugar en distintas posiciones con el mismo desparpajo con el que defiende la esquina caliente, que es su posición natural.
Lo cierto es que, los Rockies de Colorado se decidieron por él para que sea el líder de un nuevo proyecto, tomando así el testigo de un Trevor Story, que optó por bajarse del barco de los rocallosos y sigue buscando un buen contrato en la agencia libre.
Bryant acordó con los de Denver, para los próximos siete años, con un contrato por 182 millones de dólares.
Novato del Año en 2015 y Jugador Más Valioso en 2016, Bryant fue parte importante de aquel equipo que rompió la llamada ‘Maldición de la Cabra’, conduciendo a los Cachorros de Chicago a ser campeones, luego de más de 100 años.
El de Nevada puede jugar tanto en tercera como en primera, pero también puede moverse en los jardines y en las paradas cortas, por lo que prácticamente se ha convertido en un jugador absoluto con el paso del tiempo.
Con C.J. Cron en la primera base y Ryan McMahon anclado en tercera, luego de llenar con creces el vacío que dejó la partida de Nolan Arenado, todo parece indicar que Kris Bryant pudiera estar tomando las responsabilidades del campocorto, que hasta 2021 recayó en los hombros de Story, quien a su vez tomó el testigo de Troy Tulowitzki en 2016.