Definitivamente la temporada de los Rojos de Cincinnati no tiene pinta de que vaya a mejorar, lo que mal comienza difícilmente puede terminar bien. El equipo, que al menos terminó con esa mala racha de 22 derrotas en los primeros 25 compromisos, sigue sin dar pie con bola en 2022 y agregó un nuevo punto negativo a su historial.
Si bien es cierto, que los dirigidos por David Bell pudieron salir del bache negativo; de hecho, desde el sábado 7 de mayo, cuando se cumplió el primer mes de temporada y el equipo disputó su vigesimosexto encuentro, tiene marca de seis victorias y cuatro derrotas.
Por otro lado, también es cierto que la novena está lejos de reaccionar y parecer un equipo que pueda estar en competencia. Este domingo quedó evidenciado, cuando el abridor Hunter Greene les brindó una destacada actuación, que se perdió porque la ofensiva no reaccionó.
El derecho de 22 años, que hizo su debut el pasado 10 de abril, salió a ‘cazar’ piratas en Pittsburgh y lanzó un juego sin hits en 7.1 entradas de labor. Luego fue relevado por Art Warren, quien tampoco permitió imparables, pero ya el daño estaba hecho.
Aunque el joven Greene se las arregló para mantener a raya a la ofensiva filibustera, recetándoles –por demás– nueve ponches en su actuación, su descontrol acabó por pasarle factura, ya que también regaló cinco pasaportes.
En el octavo acto, luego de retirar al jardinero Jack Suwinski con roletazo por primera base, el californiano pasó por bolas a Rodolfo Castro y Michael Pérez, antes de ser sustituido. Warren llenó las bases, con otro boleto a Ben Gamel, antes de que Ke’Bryan Hayes fallara en jugada de selección, que permitió la anotación de Castro.
Aunado a esto, que terminó con derrota, de acuerdo con las reglas para los registros de las Grandes Ligas, el desempeño de ambos serpentineros no cuenta oficialmente como un juego sin hits, dado que estos no trabajaron al menos nueve entradas; esto ya ocurrió el año pasado con Madison Bumgarner, que no toleró indiscutibles, pero como el juego fue a siete entradas no se le reconoció.
«Hubiera sido grandioso sacar un resultado distinto, pero es lo que hay», manifestó Greene, después de concluido el juego.
Asimismo, es la sexta vez en la historia, desde 1901 para acá, que un equipo pierde el juego a pesar de no haber permitido que sus rivales batearan de hit. La última vez había sido en 2008, cuando Jered Weaver y José Arredondo (Angels) dejaron sin imparable a los Dodgers, pero terminaron derrotados.
Casi un precedente
Como dato curioso, esta misma temporada estuvo a punto de ocurrir algo similar; el día 23 de abril, los Rays de Tampa Bay lanzaron un juego sin hits ni carrera, de nueve entradas, a los Medias Rojas de Boston, pero estuvieron cerca de perder el encuentro.
Con su famosa estrategia de comenzar con ‘opener’ –tipo de lanzador, de la era moderna, que abre el juego pero no lanza más de dos entradas–, los Rays salieron con J.P. Feyereisen que trabajó par de episodios; luego, el panameño Javy Guerra lanzó dos tercios, el zurdo Jeffrey Springs aportó dos capítulos más, siguieron Jason Adam (1.1 IP) y Ryan Thompson (1.0 IP), antes de que viniera Andrew Kittredge con relevo de dos entradas.
Sin embargo, debido a que los locales tampoco produjeron carreras, el encuentro tuvo que irse a entradas extras, donde Boston aprovechó el décimo tramo para fabricar dos anotaciones. Afortunadamente para los Rays, Taylor Walls se embasó por error de Trevor Story y el corredor fantasma de la regla panamericana anotó el descuento.
Acto seguido, Kevin Kiermaier sacudió jonrón de dos carreras, para dejar a los patirrojos en el terreno y evitar la derrota luego de un no hitter.