Es casi la 1:00 de la tarde y aterriza en el Aeropuerto Internacional Santiago Mariño un vuelo procedente de Maiquetía de la aerolínea Laser, una de las siete que viajan hacia Porlamar. “El Yaque”, “Coche”, “chocolates, “Playa El Agua”, “arepas, “sombreros”, gritan, desesperados, taxistas y vendedores del aeropuerto, el cual luce descuidado, para recibir a la centena de turistas.
Las tarifas de los traslados rondan entre los 15 y 50 dólares, dependiendo de la distancia. Algunos taxistas prometen descuentos para “salvar el día”, pero no tienen éxito. La mayoría de personas se montan en transportes incluidos en los paquetes turísticos de las agencias de viaje que, a raíz de la pandemia y la suspensión de vuelos hacia la isla, han bajado los precios.
Un paquete para El Yaque de ocho días y siete noches para dos personas, con desayuno incluido, pasajes ida y vuelta con traslado desde y hacia el aeropuerto, a principios de 2020 se ofertaba en alrededor de 600 dólares. Actualmente, hay ofertas de 29 dólares por pareja por día.
Pese a las ofertas y la reactivación de vuelos en septiembre pasado, la baja afluencia turística nacional en la isla se mantiene desde marzo de 2020, cuando suspendieron los vuelos por la pandemia de la COVID-19, según gremios y operadores turísticos como Conseturismo y la Cámara de Turismo de Nueva Esparta.
Esto fue la estocada final para los lugareños que viven del turismo en Margarita, quienes ya venían viviendo las consecuencias de la crisis económica en Venezuela.
Fue la operación de la aerolínea rusa Moscovita Pegas Fly que llenó de esperanza a los trabajadores turísticos margariteños. Fueron 13.739 turistas que visitaron la isla desde septiembre pasado hasta el 26 de febrero, día en que se suspendió la ruta debido a la guerra de Rusia contra Ucrania, informó Viviana Bethencourt, presidenta de la Cámara de Turismo de Nueva Esparta.
“Se vio una leve recuperación desde la eliminación de las restricciones por la pandemia. El sector turístico en la isla de Margarita ha ido recuperando las actividades. En esto influyó la presencia del turismo ruso, que impulsó bastante y reanimó la actividad”, expresó.
Sin embargo, no todos comparten la opinión de Bethencourt. Algunos trabajadores no se mostraron contentos con los turistas rusos. “A nosotros nos conviene es el turismo nacional, el venezolano es el que gasta. Los rusos vienen, pero gastan poco. Hay que enamorarlos bastante para ver si dejan alguna propina cuando se van”, dijo Gabriela, quien trabaja como mesonera de un restaurante en El Yaque.
En febrero los hoteles estaban copados de rusos, tanto así que los avisos desde el aeropuerto hasta en hoteles de las playas ahora están escritos en su idioma. Los paquetes de las agencias rondan los 1.500 dólares por persona por una semana, con pasajes, hoteles y desayunos incluidos.
Los turistas rusos, además, se muestran impresionados con las playas, toman mucho sol y comen frutas. Otros disfrutan de cervezas y del ron venezolano, que se consigue por un precio de 5 dólares la botella de 0,75 litros.
En los desayunos algunos eran reacios a comer arepas. Una turista rusa explicó con señas que no las comía porque cuidaba su figura. Preferían el desayuno americano -panquecas, con huevos revueltos y jamón- o algunas frutas, incluso zanahorias crudas.
“El negocio de los rusos no fue que le permeo dinero a toda la isla, pero sí le dio a los que le tocó atenderlo. Así es el negocio de las operaciones turísticas tipo chárter, es lo que se le conoce como back to back y eso evidentemente fue positivo para la isla de alguna forma”, opinó Reinaldo Pulido, vicepresidente de Conseturismo.
A su parecer la isla se está recuperando “lentamente” y pronostica un buen camino para Semana Santa, aunque por ahora hay hoteles cerrados, a mitad de camino y otros operando con pisos o un grupo de habitaciones cerradas porque no hay la demanda necesaria.
Daniel, uno de los vendedores de comida en Playa El Agua, explicó que ese no era su profesión, pero en vista de la situación económica tuvo que recurrir a ofrecer platos de comida en la playa, que se venden entre 15 y 30 dólares. “Uno aquí lleva sol y trabaja todo el día, pero se gana algo para llevar a la casa”, expresó.
Polos opuestos
Al salir del aeropuerto, de día las carreteras lucen asfaltadas y señalizadas, a excepción de algunos tramos. Pero en la noche, por ejemplo, la autopista que dirige hacia El Yaque está totalmente oscura.
En el transcurso del viaje se ven grandes bodegones nuevos y algunas construcciones que contrastan con la realidad de otros comercios y atractivos turísticos de la isla, como el parque de atracciones mecánicas Diverlan, el cual se veía cerrado y con algunos aparatos cubiertos por la maleza.
Esa sensación de abandono y soledad también reinaba en las icónicas avenidas Santiago Mariño y la 4 de mayo. Sus bulevares, que en otra época conglomeraban a cientos de personas por cada cuadra, lucen desolados.
De aquellas tiendas de marcas famosas solo quedan las estructuras. De acuerdo conun reportaje de El Sol de Margarita, en diciembre 90% de los locales habían cerrado “por la drástica disminución de la clientela, sobre todo a partir de la pandemia, pero influyeron también otros factores como la inseguridad”.
Bethencourt manifestó que “el corazón comercial de la isla” viene sufriendo una fuerte decaída desde la apertura de centros comerciales. Entre los cuales hay tres afiliados a la Cámara de Centros Comerciales.
La misma situación se repite en el Mercado de Conejero. Ssolo queda operativa la zona de comida. “Antes uno tenía que venirse con más gente a trabajar. Yo me venía con mis hijos pequeños y me ayudaban porque los clientes eran demasiados. Ahora, lo que hacemos nos alcanza para medio vivir y volver a invertir”, comentó Marta, una de las empanaderas populares del mercado.
En ese mismo lugar, habían poco menos de doscientas personas, entre turistas y trabajadores, cada quien haciendo su mejor oferta para vender. El precio de las empanadas es dos por un dólar y los batidos cuestan también u dólar y el café -algunos como Marta- lo ofrecen gratis si compras en su puesto.
El reimpulso de la isla
Recientemente se conoció que en los próximos meses y a medida que la apertura del espacio aéreo lo permita, se reactivaran nuevas rutas desde alrededor de 14 países hacia Porlamar, entre ellos Chile, Perú, Argentina, Colombia y Ecuador, que iniciará sus operaciones desde Quito y Guayaquil en los próximos días.
La Alcaldía de Porlamar prepara planes de incentivos fiscales para lograr la reactivación del comercio en las avenidas 4 de mayo y Santiago Mariño. También está previsto realizar trabajos de mejoras en los bulevares.
La Cámara de Turismo de Nueva Esparta está apoyando la plataforma “Solo en Margarita”, que reunirá las convocatorias de grandes eventos musicales, teatrales y deportivos para que los turistas tengan un “plus” para visitar a la isla.
También trabajan en otras campañas como “Margarita de boca en boca” y “Margarita gastronómica”, que reúne a los restaurantes y emprendedores gastronómicos de la localidad.
“Tenemos que trabajar con los mercados que estén interesados en los servicios que podemos ofrecer. Hay que hacer un plan consistente para la promoción de la isla de margarita con una buena inversión de parte del sector público”, manifestó Pulido.