El campo venezolano enfrenta una de las peores crisis de su historia. A pesar de esta situación, los productores agropecuarios se niegan a desaparecer y con recursos propios buscan llevar los alimentos a la mesa de los venezolanos.
Los principales problemas para producir en la actualidad siguen siendo los mismos desde hace más de un lustro. La faltad de semillas, la escasez de agroquímicos e insumos agrícolas, la falta de repuestos para maquinaría, la delincuencia en las zonas rurales del país son parte del día a día de los productores. Sin embargo, ahora se le suma la falta de combustible, lo que hace muy cuesta arriba cumplir con las metas de siembra y cosecha.
En este sentido, el primer vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Celso Fantinel, explicó que de manera lamentable el gobierno no hace absolutamente nada para sacar adelante al sector agrícola en Venezuela.
Denunció que en días recientes se han exacerbado, por las declaraciones de algunos funcionarios, los intentos de invasión en tierras totalmente productivas, mientras que las autoridades se hacen de oídos sordos. Por lo tanto, los mismos productores y trabajadores tratan de mediar para evitar la toma de las tierras.
“Las invasiones le hacen un gran daño al sector agrícola nacional porque se ven afectadas unidades que están totalmente productiva. Grupos organizados y hampa común destruyen todo lo que hay en las mismas y las autoridades no hacen nada para evitar este tipo de atropellos”, comentó.
El gremialista indicó que los estados afectados por invasiones son Lara, Táchira, Barinas y Guárico.
“Queremos que haya respeto porque ya se han expropiado entre cinco y seis millones de hectáreas y en nada ha servido para impulsar la producción nacional”, sentenció.
Afirmó que la escasez de gasoil y otros combustibles siguen golpeando a los productores, que en muchos casos pierden sus cosechas porque no tienen la oportunidad de sacarlas de sus fincas.
“Un número importante de rubros se han visto afectados por la falta de combustible, específicamente el gasoil. Las siembras de maíz, arroz, caña de azúcar, las verduras y hortalizas están afectadas porque no hay combustible y muchas veces los productores desesperados tienen que comprarlo en el mercado negro para poder aunque sea salvar la cosecha. Pero eso afecta la estructura de costos y el producto tiene que venderse mucho más caro”, explicó.
Fuentes de la Federación Venezolana de Organizaciones Productoras de Arroz (Fevearroz), cereal de primera necesidad en la dieta de los venezolanos, han señalado que solo ese rubro necesita 2 millones 500 mil litros de gasoil para poder llevar a cabo todo el cultivo y riego de las 20.000 hectáreas que están sembradas en este ciclo norte verano 2020-2021.
Cabe recordar que Venezuela necesita sembrar por lo menos 240 mil hectáreas de arroz para poder cubrir la demanda nacional de un año, por lo que con lo sembrado en el más reciente ciclo agrícola solo se podrá asegurar el consumo de un mes.
Leguminosas también están en riesgo
Por otra parte, Fantinel indicó que la siembra de leguminosas en el país también se ha visto afectada. Así que algunos productores se han dedicado a producir únicamente frijoles chinos para garantizar el suministro de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
“Muchos productores siembran caraotas negras y frijoles para autosustento; ni siquiera llegan a los mercados venezolanos. Aí estamos en el campo venezolano”, dijo.
El director de Fedeagro, Ramón Bolotín, especialista en el rubro de leguminosas, precisó que en el país se produjeron apenas 30 mil hectáreas de frijol y no las 50 mil hectáreas que productores promediaban para este 2021.
“La caída se debe a la escasez de gasoil, que mantiene una paralización mecánica del campo venezolano y ha obligado a la importación de algunos granos. La producción llegó a 30 mil toneladas de frijol, que representan una sexta parte (16%), de lo que el país producía en 1960, año en que la producción nacional de frijol abastecía la demanda total de Venezuela”, recordó.
Señaló que solo reciben 20% del gasoil que se requiere para sembrar y cosechar. “Nos preocupa que el gobierno no busque solución porque cuando inicie la temporada de lluvias, en abril, no tendremos cómo comenzar el ciclo de invierno, que es cuando se siembra arroz y maíz, los rubros de mayor demanda en el país», informó.
Advirtió que de continuar esta escasez de combustible el sector podría estar en riesgo de paralización total, porque a diferencia de los agricultores de hortalizas, de caña de azúcar o de café, el cultivo de leguminosas y oleaginosas es totalmente mecanizado.
“Venezuela produce muy pocas caraotas negras y el precio de este producto en el mercado es internacional, porque es importado desde Argentina o China. Los precios de los granos no son abultados, la realidad es que la capacidad de compra de los ciudadanos ha disminuido. En todas partes del mundo las leguminosas están por encima de 2,5 dólares el kilo al precio del consumidor, lo que sucede es que el venezolano tiene una capacidad de compra muy limitada y le parece costoso pagar 3.000.000 de bolívares por un kilo de caraotas, que es como se cotiza en el mercado mundial», expresó.
Hay que buscar soluciones a la crisis
Aquiles Hopkins, presidente de Fedeagro, aseguró en el primer directorio del año realizado en el estado Portuguesa que realizarán todos los esfuerzos y acercamientos que sean necesarios para solucionar el problema de la escasez de combustible.
“En situación de escasez,no nos queda de otra que administrar la escasez, mientras se logra recuperar la producción de diésel. Si la crisis continúa, los problemas se nos van a multiplicar por diez en el ciclo invierno, por lo que tenemos que hacer algo”, dijo.
Reiteró su disposición a “tender puentes” con autoridades nacionales y regionales,solo con un solo objetivo: la recuperación de la producción y la alimentación de los venezolanos. “Lo importante es que el diálogo genere acuerdos y sea productivo”, dijo.
Advirtió que el éxito de lo que se haga ahora ante la crisis de diésel, será «una población que va a recibir los alimentos que estamos sembrando”.