Los bonos de la deuda externa venezolana han resucitado. Aun cuando todos están en default (cesación de pago), el valor de los mismos ha ido en ascenso luego de que se conociera el acuerdo parcial entre el gobierno de Estados Unidos y la administración de Nicolás Maduro, señala el semanario Exclusivas Económicas.
Sin embargo, con el anuncio del acuerdo los precios en promedio llegaron a 20 puntos a pesar del default. Posteriormente, el precio promedio ha estado en 18 puntos, pero se está presentado una situación muy particular y tiene que ver con que se están estableciendo diferenciaciones en las cotizaciones de los bonos, según confirmó una fuente relacionada con los mercados internacionales.
El llamado bono de la discordia, que es el Pdvsa 2020 con colateral en la empresa Citgo, sigue destacándose precisamente por su naturaleza y la posibilidad de que los acreedores terminen adueñándose de ese activo en litigio, agrega el semanario.
De hecho, al cierre de la jornada del miércoles 25 de octubre había subido 17 puntos con relación al día en que se anunció el acuerdo parcial entre el gobierno de Maduro y la Plataforma Unitaria y se cotiza en 86 dólares.
Toda esta situación ha llevado además a que los mercados que antes mostraban absoluto desinterés por Venezuela vuelvan a preguntar por las expectativas económicas y políticas.
El levantamiento de las sanciones, la inversión de la empresa Shell en el campo aguas afuera denominado Dragón (como parte del convenio entre la administración de Maduro y la de Trinidad y Tobago), la posibilidad de inversión en el Arco Minero, la noticia de un probable acuerdo con la empresa sueca Maha Energy en el proyecto Petrourdaneta como accionista minoritario y los posibles contratos petroleros a mediano plazo han provocado una avalancha de llamadas a los bancos estadounidenses y europeos, fondos de inversión y asesoras legales que aún conservan dentro de su staff especialistas sobre Venezuela.
Para los interesados está claro que más allá de lo que suceda con la oposición venezolana, hay un hecho irrefutable y es que Estados Unidos y Venezuela a través de sus gobiernos vuelven a tener contacto directo. Si bien los acuerdos están condicionados por el cumplimiento de las partes, hay cierta confianza en que sigan avanzando, indica Exclusivas Económicas.
Los inversionistas en deuda venezolana saben que aún falta camino por recorrer, pues las licencias ahora permiten que ciudadanos y entes estadounidenses puedan comprar deuda venezolana, pero no está permitido emitir nueva deuda.
Para esto habrá que esperar, pues sin nuevos bonos en el mercado es imposible llevar a cabo una reestructuración de todos los bonos en default. Para esto hace falta amarrar nuevos acuerdos y, sobre todo, lograr un consenso sobre la necesidad de instaurar cambios económicos que permitan fortalecer la economía venezolana para así garantizar los pagos oportunos, puntualiza el semanario.