Algunos inmigrantes que fueron trasladados en avión a la isla de Martha´s Vineyard, Massachusetts, dijeron el jueves que fueron engañados sobre su destino, y los líderes demócratas pidieron que se investigara la decisión de los republicanos de Florida, y del gobernador que los envió allí desde Texas.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien se presentará a la reelección en noviembre y se considera un posible candidato presidencial en 2024, se atribuyó el mérito de los dos vuelos, que se originaron en San Antonio, Texas, y se detuvieron en Florida camino a Martha’s Vineyard.
La Casa Blanca y los residentes del enclave de vacaciones lo llamaron un «truco político», ya que DeSantis se une a los gobernadores republicanos de Texas y Arizona para enviar inmigrantes al norte. Los gobernadores han tratado de resaltar las diferencias de los dos partidos en la política de inmigración y trasladar la carga de cuidar a los inmigrantes a las áreas demócratas.
Durante meses, Texas y Arizona han enviado autobuses llenos de inmigrantes a las ciudades de Nueva York, Chicago y Washington dirigidas por los demócratas.
Florida ahora se une a la campaña. Los detalles de cómo se organizaron y pagaron los vuelos siguen sin estar claros, así como una explicación de por qué Florida estaba trasladando inmigrantes a Texas. La legislatura de Florida ha asignado 12 millones de dólares para transportar a los inmigrantes del estado a otros lugares.
Los dos vuelos del miércoles transportaron a unos 50 migrantes, en su mayoría venezolanos, dijo un funcionario del aeropuerto de Martha’s Vineyard.
Horas después de que los aviones aterrizaran, dos autobuses enviados por el gobernador de Texas, Greg Abbott, otro republicano que se enfrenta a la reelección, dejaron a los inmigrantes en un vecindario de Washington no lejos de la residencia oficial de la vicepresidenta Kamala Harris.
Un migrante venezolano que llegó a Martha’s Vineyard se identificó como Luis, de 27 años, y dijo que a él y a nueve familiares les prometieron un vuelo a Massachusetts, junto con albergue, apoyo durante 90 días, ayuda con permisos de trabajo y lecciones de inglés. Dijo que se sorprendieron cuando su vuelo aterrizó en una isla.
Dijo que las promesas provinieron de una mujer que dijo llamarse «Perla» y se acercó a su familia en la calle frente a un refugio de San Antonio después de que cruzaron desde México y las autoridades fronterizas de EE.UU. los liberaron con una cita en la corte de inmigración.
Dijo que la mujer, que también los alojó en un hotel, no proporcionó un apellido ni ninguna afiliación, pero les pidió que firmaran una exención de responsabilidad.
«Tenemos miedo», dijo, y agregó que él y otros sintieron que les estaban mintiendo. «Espero que nos den ayuda».
Los residentes de Martha’s Vineyard se unieron para ayudar a los migrantes confundidos y ofrecieron alojamiento en la Iglesia Episcopal de St. Andrews.
Martha’s Vineyard es mejor conocido como un retiro de verano poblado principalmente por estadounidenses liberales adinerados, incluido el ex presidente Barack Obama, un demócrata que posee una casa de vacaciones multimillonaria allí.
Los lugareños se detuvieron para donar dinero y juguetes para niños, mientras que los abogados se movilizaron para ofrecer ayuda legal gratuita.
«Es un truco hacer puntos políticos y no preocuparse por quién sale lastimado», dijo Mike Savoy, de 58 años, enfermero en la escuela secundaria regional Martha’s Vineyard.
DeSantis defendió los vuelos y dijo en una conferencia de prensa que el presidente demócrata de Estados Unidos, Joe Biden, “se ha negado a mover un dedo” para asegurar la frontera.
“Hemos trabajado en formas innovadoras para poder proteger al estado de Florida del impacto de las políticas fronterizas de Biden”, dijo DeSantis.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que los gobernadores republicanos estaban utilizando a los inmigrantes como «peones políticos».
Varios demócratas, incluido Charlie Crist, el oponente de DeSantis en Florida, y el gobernador de California, Gavin Newsom, pidieron a las autoridades federales que investiguen.
La fiscal federal de Massachusetts, Rachael Rollins, dijo en una conferencia de prensa que su oficina «investigaría ese caso» y hablaría con el Departamento de Justicia.
El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. desarrolló un plan el año pasado para llevar a los migrantes a las ciudades del interior en coordinación con grupos de ayuda para aliviar la presión sobre las regiones fronterizas, dijo a Reuters un funcionario de la administración de Biden, que solicitó el anonimato para discutir la planificación interna.
La Casa Blanca nunca adoptó la idea, según un segundo funcionario estadounidense familiarizado con el asunto.
El uso de los recursos de Florida para trasladar a los inmigrantes de Texas a Massachusetts plantea preocupaciones legales, incluso sobre qué información se transmitió a los inmigrantes antes de abordar y si fueron coaccionados, dijo el experto en leyes de inmigración Pratheepan Gulasekaram de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santa Clara.
Los agentes fronterizos estadounidenses han realizado 1,8 millones de arrestos de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México desde octubre pasado. Muchos son expulsados rápidamente a México u otros países bajo una regla de salud pública implementada en 2020 para frenar la propagación de la COVID-19.
Pero cientos de miles de cubanos, nicaragüenses, venezolanos y otros no pueden ser expulsados porque México se niega a aceptarlos o porque pueden presentar solicitudes de asilo.
Muchos migrantes que son liberados de la custodia estadounidense en los estados fronterizos buscan mudarse a otro lugar para reunirse con familiares o encontrar trabajo. A menudo deben registrarse con las autoridades de inmigración de EE.UU. o asistir a audiencias judiciales para obtener el estatus legal.
Fuente: Reuters