Los derechos de las sencillas agrupaciones humanas, el de las personas jurídicas asociativas y de los Estados debidamente organizados bajo el imperio de la ley, se rigen para su gobierno, básicamente, por la llamada REGLA DE LAS MAYORÍAS, que se expresa con el aforismo “maior pars, melior pars”. Es una fórmula que se pierde en la neblina de los tiempos y que – para el siglo Vº a.C.- no era el descalificado e insultante término democracia, “el gobierno de los parientes del campo”(ver DEMOCRACIA, Viaje inacabado, Tusquets 1992, pág. 20), sino apropiadamente, la llamada ISONOMÍA; término que puso en la palestra Clístenes (570 a.C.-507 a.C.), el gran reformador de los procesos políticos en la Atenas, todavía agraria, destacando que el principio básico de convivencia, radica en la igualdad ante la ley en que consiste, precisamente, la ISONOMÍA y que se manifiesta en el poder de decisión que ante un determinado asunto, tienen los más frente los menos; en principio, una fórmula que conlleva a la verdadera paz social.
O sea que, merced a la ISONOMÍA/igualdad ante la ley, la opinión de la mayoría frente a un asunto, determina el curso de acción de la sociedad; lo que no significa que la mayoría tenga siempre una razón conveniente o convincente, porque como dice ácidamente José Ingenieros y lo estamos viendo impávidos en varios países, “El ambiente tórnase refractario a todo afán de perfección; los ideales se agostan y la dignidad es ausente; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida. LOS ESTADOS CONVIÉRTENSE EN MEDIOCRACIAS; la falta de aspiraciones que mantengan alto el nivel de moral y de cultura, ahonda en la ciénaga constantemente …”(“El hombre mediocre”, Ed. ALBA, 1913, p.56).
Estas palabras vienen a cuento por el lamentable espectáculo que estamos presenciando, luego de los sorprendentes resultados que arrojaron las elecciones del 23/7/2023 en España, cuyas encuestas erraron de manera escandalosa: nadie se acercó a una predicción razonable. A lo mejor, con el tiempo, las tales falsarias encuestadoras terminarán siendo tan inútiles como los tanques de guerra en Ucrania; simplemente nadie les creerá. Las causas de esos resultados son varias, pero ese no es el punto focal de estas palabras.
El centro de mi comentario es el canibalismo feroz y con fruición, que estamos presenciando para la “formación del gobierno”, lo cual no es gratuito. Quién sabe qué habrá detrás del intenso cabildeo; después de todo, no hay almuerzo gratis. Pobres pueblos nuestros a quienes se les manipula refocilándose en su ingenuidad, comenzando en nuestro caso, con la designación de la presidenta del Congreso español, Francina Armengol, en primera votación con 178 votos, producto épico de un “BAILE DEL CHIRIPERO”(Drae 2023:Chiripa R. Dom. y Ven. Especie de cucaracha pequeña). Uso el término designada y no elegida, porque por ella nadie votó, ni la señaló bajo la comentada regla de la mayoría; esta designación es producto del “baboseo” de las minorías, manifestado con las siguientes y variopintas aprobaciones: del PSOE 122 escaños, Sumar 31 escaños, ERC 7 escaños, Junts 7 escaños, Bildu 6 escaños, PNV 5 escaños y BNG 1 escaño. Porcentualmente “las mini-chiripas” de 6,5 y un escaño, sacaron entre el 1,87% y el 0,46% de los votos generales ¡!.
Está por verse el tema de la Presidencia del Gobierno, pero la confusión es tan grande, que a lo mejor esos chiripo-danzantes para el Congreso, hasta pudieran no ser los mismos que bailarán en la designación por venir.
Esperemos que el Rey Felipe actúe con la sensatez que entonces tuvo Adolfo Suárez, porque su destino político, el de la existencia de la monarquía y el personal de él y su familia, pudieran comprometerse en las manos de la coalición resbaladiza y adulante, que además, aspira al dislate constitucional, de segregar a la nación española. Como si fuera poco, se agrega el máximo disparate de la pretendida utilización de lenguas regionales en las intervenciones parlamentarias: “… confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad” (Génesis 11,7-8). ¡Oh Babel!.¿Terminarán las chiripas destruyendo al Estado Español??
Planteados los hechos, la reflexión que sigue es la siguiente: Obviamente que en España rige un gobierno parlamentario, cuyo elemento natural debería moverse en los ambientes de la retórica, el diálogo y la persuasión. Sin embargo, es de observarse, que el canon de la primacía de la mayoría en los temas decisorios de la sociedad, está muy lejos de aplicarse para el Reino de España en estos momentos. La Constitución, por tanto, DEBE ser objeto de una reforma importante, tal que module las situaciones como la que presenciamos y que asigne a los ganadores de las justas electorales, las genuinas consecuencias de sus triunfos.
De ninguna manera, bajo maniobras sofísticas, pudiera acreditarse victoria para Pedro Sánchez apelando a la “babosería chiripera”. El pueblo español no le dio el placet, la aquiescencia o consentimiento, como para que desempeñara de nuevo la magistratura ejecutiva del Estado; de tal manera que un nuevo gobierno de Sánchez, se constituiría un clon escandaloso, contra natura, súcubo, diabólico, del actual desmembrado “frankestein”. España no merece un clima inestable de ingobernabilidad debido a manejos torticeros, sobre la base de apoyos “pegados con saliva de loro”, retribuidos con desconocidas prebendas, a espaldas de los electores, todo a partir de una interpretación simplista y a ultranza, en torno AL VALOR O EFICACIA DEL VOTO DE LAS MINORÍAS, cuya consecuencia lógica y MEDIOCRÁTICA (Ingenieros dixit) es que las tales minorías se transforman entonces en MAYORÍAS FUNCIONALES; todo un despropósito “de órdago”, así dirían los españoles.
Como todo proceso electoral consiste en una pregunta a ser contestada bajo el presupuesto de la regla de las mayorías: ¿Habría querido la nación española que Pedro Sánchez volviese a ser Presidente del Gobierno?. Ya dijo en las urnas que no; así lo votó o dictaminó, lo cual se deduce de los resultados indirectos del 33,05% o 136 escaños que obtuvo el Partido Popular en contra del 31,70% o 122 escaños del PSOE; ese nimio 1,35% es tan poderoso bajo el imperio de la regla de la mayoría, como si fuese un 100%. En sana y simple lógica, debería corresponder la Presidencia del Gobierno de España, al candidato presentado con la mayor votación obtenida por el grupo que lo patrocina.
Ahora bien: ¿qué hacer con esas peligrosísimas minorías que, amparadas por una suposición falsariamente democrática, corroen desde sus mismísimas entrañas al Estado y a sus fundamentos primordiales?.
En estas situaciones se debe acudir a procedimientos y soluciones radicales. Los sistemas de elección popular, así sea indirecta, a efectos de proveer de curules o escaños para un Congreso, han sido pensados diuturnamente en la creencia de la existencia de bloques de considerable proporción o tamaño. El sistema isonómico (por democrático) se perturba y tergiversa con la presencia de esas minorías de tamaño irrelevante o “chiripas”; y como aparecen en el caso bajo estudio, se deforma el sentimiento de una nación que dispone u ordena con las votaciones, algo diferente a lo que las mini-minúsculas minorías(mínimum minimorum) postulan. No queda otra forma sino atajar en seco esas funestas aspiraciones.
La analogía puede servir de referencia: En materia mercantil la impugnación de la gestión de los administradores por la comisión de graves irregularidades en el cumplimiento de sus deberes, se lleva a cabo mediante denuncia ante el Tribunal de Comercio por parte de socios que ostenten la quinta parte(20%) del capital social. En el área civil, el mismo quinto(20%) se repite para los casos de rescisión por causa de lesión enorme, ocurrida en las particiones y ventas cuando el perjuicio o la menor cabida alcance ese número.
Consecuentemente, yo me atrevo a proponer que a las minorías que ostenten una proporción INFERIOR al 20% de la representación en el parlamento, se les conceda SOLAMENTE DERECHO A VOZ, PERO NO A VOTO.
Esto puede parecer una solución fuertemente radical, pero lo que está en juego es, ni más ni menos, que la pervivencia del sistema que ordinariamente llamamos democrático (rectius: isonómico). No solamente en España, hemos percibido el desastre de la situación política generada por las minorías virulentas y codiciosas; también se han manifestado en el Perú, en Ecuador y hasta en la Alemania juiciosa, cuyo origen es la conformación de falsas mayorías, con base en la agrupación circunstancial, acomodaticia y seguramente mediante prebendas ocultas, integradas con minorías de tamaño de por si irrelevante, que se transforman, como fue dicho, en efectivas MAYORÍAS OPERATIVAS … ¡QUE A LA LARGA, ILEGÍTIMAMENTE, DECIDEN!.
El derecho primordial de los seres humanos es el derecho a la vida. Igualmente, el derecho primordial de los Estados es la preservación de su integridad actual y futura. La legítima defensa, otro primordial principio sociológico/jurídico, válidamente se impone y deben actuarse entonces, el principio de la mayoría y el de la igualdad ante la ley, frente a las aberrantes situaciones aquí descritas, para impedir una lesión y atropello mayores, a los derechos fundamentales de la vida en sociedad.