Las muertes violentas a manos de miembros de la familia es un fenómeno social presente en lo que va de 2022 en Carabobo. El equipo regional del Observatorio Venezolano de Violencia, durante el monitoreo de prensa, registró en los meses de abril, junio, julio, agosto y septiembre, homicidios donde los responsables han sido parientes consanguíneos de las víctimas.
Tan solo en el mes de septiembre se conoció a través de información publicada en la prensa local, tres casos de parricidio que -de acuerdo con los expertos- es el delito que consiste en matar a un familiar, en especial al padre, a la madre, a un hijo o al cónyuge.
El primero de estos casos ocurrió en el municipio Valencia, en el cual un joven de 17 años de edad, en medio de una discusión, hirió gravemente a su padre con un arma blanca causándole la muerte.
En el segundo caso, una madre de 53 años y su hija de 22 años fueron asesinadas en su residencia en el municipio Montalbán. Ambas presentaron heridas de arma de fuego, según información suministrada por los cuerpos de seguridad. El autor intelectual del crimen fue el hijo y hermano de las víctimas, quien habría intentado envenenarlas anteriormente. El móvil que se manejó en este doble homicidio fue el robo.
En el mismo mes, una niña de 10 años quedó huérfana luego de que su padre asesinara a su madre y posteriormente se suicidara.
Los otros casos registrados durante el año, cuyos victimarios son los parientes consanguíneos de las víctimas fueron: un fratricidio en el mes de abril en el que un hombre asesinó a su hermano, luego de una discusión por la casa donde vivían.
La coordinadora del OVV Carabobo, Giannina Fusco, detalló que las agresiones verbales, psicológicas y físicas dentro del seno familiar pueden desencadenar en males mayores y ocasionar la muerte como se ha evidenciado en los casos mencionados. Por eso reitera que la educación es la mejor herramienta para la prevención de la violencia.
Fuente: El Carabobeño