La atención plena puede aplicarse prácticamente en todas las tareas de nuestra vida cotidiana, desde la respiración, hasta el momento de sentarse a disfrutar de los alimentos.
El ritual normal de cualquier ser humano es sentarse con un plato de comida completamente lleno y unos minutos después, ya no hay nada. ¿Que pasó? Casi no probamos o conscientemente disfrutamos ni un bocado.
De ahora en adelante lo importante es tratar en la medida de sus posibilidades cambiar esta forma mecánica de la alimentación mediante el establecimiento de una práctica consciente de comer todos los días.
El hecho de comer se puede plantear como un momento de conexión, de gratitud a la vida y de tomar conciencia de lo que sucede en nuestro cuerpo, las emociones y los sentimientos que se encuentran presentes en el momento que vamos a comer.
Para introducir una práctica de comer mindful o comer con atención consciente es interesante plantearse realizar un compromiso con la práctica. Podemos dedicar unos minutos cada día para practicar comer de forma consciente. Una forma sencilla puede ser comenzar con el compromiso de realizar una comida, el almuerzo o la merienda de forma consciente, tal vez incluso los primeros bocados de la comida o de un aperitivo pueden ser una forma muy interesante de introducir la práctica a diario.
Poco a poco podemos aumentar la cantidad de tiempo cada semana o dos, hasta que encontremos que es fácil realizar una merienda completa o incluso una comida.
Es importante mencionar que al comer de manera consiente, los procesos naturales como la digestión se realizarán mucho mejor e inclusive la práctica del Mindfulness al ingerir alimentos ayuda a las personas que sufren del síndrome del colon irritable, que deben masticar bien los alimentos para así evitar problemas gástricos.
Buen provecho y a disfrutar de los alimentos.
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