Cuando se habla de héroes anónimos, o –más bien– de héroes inesperados, es imperativo hablar de Luis Arráez. En silencio, a la calladita, sin hacer mucho ruido, el venezolano se ha ofrecido como una de las piezas clave para mantener a flote a los Mellizos de Minnesota.
En un roster en el que figuran nombres como los de Byron Buxton, Gary Sánchez, Carlos Correa, Jorge Polanco, y en ausencia de Miguel Sanó; el de San Felipe ha surgido desde las sombras, para convertirse en la bujía ofensiva de este equipo.
No en vano, el infielder amaneció hoy como el líder bate, no solo de la Liga Americana, sino de todas las Grandes Ligas, ostentando un imponente promedio de .358, con lo que desplazó al campocorto de los Medias Blancas de Chicago, Tim Anderson, a la segunda casilla (.356); mientras que J.D. Martínez, bateador designado de los Medias Rojas de Boston, cayó hasta el tercer lugar (.353).
En la jornada de este domingo, visitando a los Azulejos de Toronto, el venezolano apareció como bateador designado y primero en el orden, en un juego en el que tuvo una jornada perfecta, al marcharse de 4-4, además de haber negociado un pasaporte.
Es la tercera vez, entre 2021 y 2022, que el criollo logra embasarse al menos cinco veces en un mismo encuentro; con esto superó a Buxton, que lo ha hecho dos veces en las últimas dos temporadas.
“Yo trato de hacer las cosas lo mejor que puedo, solo quiero batear todos los días. Cada vez que salgo al terreno, trato de hacer mi trabajo y nunca cambio mi plan”, explicaba el jugador de 25 años.
Arráez ha demostrado ser un gran bateador, a lo largo de su carrera que –con esta– ya cuenta con cuatro temporadas en la Gran Carpa. En el encuentro del domingo, dio una exhibición de paciencia, control y vista; únicamente en el turno del octavo capítulo vio menos de tres lanzamientos.
En su primer turno conectó sencillo hacia la banda contraria, en cuenta de una bola y un strike; en la segunda entrada, se defendió de la recta de Kevin Gausman, la cual camina sobre las 95 millas, hasta que le llegó un splitter que se convirtió en su segundo indiscutible de la tarde.
El tercer chance le llegó en el cuarto tramo, Gausman lo puso rápidamente contra las cuerdas, en cuenta de 0-2; sin embargo, Luis siguió defendiéndose, vio par de pitcheos más, llevó la cuenta a una bola y dos strikes, antes de llevar la pelota –una vez más– hacia la banda contraria, y ponerse de 3-3.
En el sexto capítulo, ahora ante los envíos de Trevor Richards, Arráez sacó una valiosísima base por bolas, en un turno en el que alcanzó a ver hasta siete lanzamientos; Richards lo trabajó a punta de cambios de velocidad (6) y solo le lanzó una recta.
A la altura del octavo inning, Andrew Vásquez era el lanzador de los Azulejos y le lanzó un sinker a 89 millas, que inmediatamente le repitió a 87.7 y que el venezolano depositó en el jardín central, con us cuarto hit de la jornada.
Como muestra del dominio que tiene el bateador, de la zona de strikes, fueron siete fouls en total los que conectó, además de ver hasta cuatro pitcheos malos; eso sin contar con que sus dos primeros imparables, fueron haciendo contacto con lanzamientos fuera de la zona.
El yaracuyano se ha ganado a pulso ese apodo de ‘La Regadera’, por su capacidad de batear a placer, hacia cualquiera lado del terreno. Se puede decir que es un bateador selectivo, que elige su pitcheo y sale a buscarlo, por eso se le ve tan cómodo en la caja.
“Él batalla mucho para poder ver el pitcheo que quiere batear. Eso es lo que realmente hace bien y es como la clave de cada turno que toma”, puntualizó Rocco Baldelli, mánager de los Mellizos. “No es algo fácil de hacer, cualquiera que haya jugado pelota tiene problemas con eso de vez en cuando. Pero él lo hace demasiado bien”.
Asimismo, el mandamás se refirió a Arráez como un bateador bueno y consistente, con una forma refinada de afrontar los turnos y una mentalidad distinta a la del resto de los jugadores, siempre teniendo claro su objetivo.
“No se engolosina. Es como si estuviera encendido todo el tiempo y eso no es normal. Es un bateador difícil de lanzarle, no importa cuántas veces lo hace, siempre consigue la oportunidad (para hacer un buen swing”, enfatizó el estratega.
Luis Arráez es un bateador fino, que sabe chocar la bola, es oportuno y tiene claro lo importante que es poner la pelota en juego y corredores en base; es un primer bate nato, como los de antes.
Esta temporada solo ha dado un jonrón y en su carrera acumula siete, en cuatro temporadas. Sin embargo, su promedio vitalicio es de .320, tiene dos temporadas con más de 100 imparables, a pesar de no haber participado nunca en más de 125 compromisos.
Además de ser el líder bate de todo el sistema de Grandes Ligas, Arraéz también aparece con el mejor porcentaje de embasado, con .447; ya que también acumula 24 boletos, entre los mejores 13 de la Liga Americana, y se ha ponchado solo 16 veces.
Su OPS (porcentaje de embasado + slugging) es de .854, con lo que se ubica en la casilla 12° del joven circuito, dejando claro que es uno de los bateadores más de moda en la actualidad.