Mucho gira actualmente en torno a la idea de que nada volverá a ser igual. Ciertamente que el cambio y la velocidad a la que lo vivimos son factores a los que debemos acostumbrarnos cada día más.
En un mundo que se ha digitalizado, con sociedades hiperconectadas, compradores y consumidores con canales de información cada vez más cercanos y empresas ofreciendo nuevas plataformas de ventas, pareciera que en vez de ser todo más sencillo, la vida se ha complicado a niveles insospechados.
Es por ello que es el momento de organizar nuestras acciones y aprovechar las oportunidades. Aprender sobre las nuevas tecnologías aplicadas al desarrollo de productos, distribución y mercadeo; incorporarlas para atender oportunamente las tendencias de consumo.
Dicho eso, para lograr ser exitosos en este nuevo escenario es imprescindible situar al ser humano y sus experiencias en el centro de nuestra visión de negocios, con el fin de asegurar que todo lo que hagamos vaya en su beneficio.
Es importante recalcar ser humano y sus experiencias porque constantemente la mayor parte de las marcas, las compañías, los países y líderes les olvidan o no les dan el peso suficiente para lograr ese balance que nos permita avanzar hacia una sociedad positiva y de impacto global. Y muchos pensarán: “pero claro, obviamente es así”. Es fácil decirlo, pero ¿y luego?
Ciertamente es cuesta arriba poner en práctica lo anterior, son decenas de variables que hay que activar y hacer operativas para que podamos cumplir con esas premisas. Por eso y a pesar de las dificultades económicas, sociales, políticas o de cualquier índole, debemos siempre buscar entender al consumidor.
Esto implica profundizar en su estilo de vida, sus motivaciones, necesidades, insights reveladores, todo lo que las marcas puedan hacer para tener mayor claridad acerca del mundo que las rodea. Esto, a la larga, permite que podamos solucionar algunos de los problemas de los seres humanos, mejorar experiencias, colaborar para que sus necesidades sean cubiertas y así, como ha sucedido durante estos tiempos, poder seguir adelante como sociedad.
La confluencia entre las marcas y los consumidores en base a las premisas expuestas, logra una resonancia increíble. Se crea una extensión natural del valor de marca, su relevancia se hace mucho mayor para cada uno de sus usuarios, las compañías adoptan valores alineados con esa visión, las sociedades incorporan cambios en el colectivo, es decir, todo se transforma para mejor de una manera fluida. Es así como surgen nuevas tecnologías, canales de comunicación, plataformas de compra, cómo las tendencias se modifican y los seres humanos tenemos la oportunidad de que nuestras experiencias mejoren.
Por eso sí, nada volverá a ser igual. Aprenderemos, cambiaremos, creceremos y mejoraremos. Todo con la intención de que nuestro mundo sea cada día mejor.
Daniel Russo V.
MBA / Estrategia, Mercadeo y Negocios
Consultor independiente y socio de la consultora comercial Pixales.
Su perfil completo se encuentra en la red social Linkedin. Twitter @drusvec