Desde el desespero y la ansiedad son escritas estas palabras: PUSILÁNIMES es la menos ofensiva de las imputaciones para quienes efectivamente gestionan el gobierno venezolano. No me refiero a Maduro y su combo de “chimbines”, que de suyo son torpes in natura; me refiero a los integrantes del famoso partido verde oliva .
Como lo señalé en artículos anteriores, estos militantes verde-oliva SE DEJARON SEDUCIR por los rusos para el desmantelamiento de PDVSA, con el pérfido propósito de que Rusia ganase posiciones en el suministro energético mundial, sacando a Venezuela del juego. Esto comenzó con el famoso pitido del infame Chávez, que ha dado al traste con una empresa que produce hoy día menos petróleo que Colombia (y esto gracias a los ingenieros venezolanos), teniendo las mayores reservas del mundo (¿será verdad?) y las octavas del mundo en gas, todo a pesar de la abulia, e inercia en la exploración y la puesta al día del equipamiento. Esto ha colocado a la nación en una posición verdaderamente inicua por, precisamente, haber sido desarticulada PDVSA.
Una pregunta necesaria: ¿Se pudiera confiar en los aludidos la defensa de algo concerniente con la Nación Venezolana? ¿Con qué cara pueden mirar a sus hijos o a sus padres y amigos, siendo los responsables ÚNICOS de este desastre?.
La “cuestión política”, la inquina del escatológico intergaláctico y sus sucesores respecto a USA, no debió penetrar en la frágil inteligencia del partido verde oliva, simplemente porque nunca fueron agredidos por los gringos; al contrario los militares venezolano gozaron por mucho tiempo, de gran consideración: se los dotó por años con “jugueticos –innecesarios-” de última generación, hacían cursos de mejoramiento profesional en las principales academias militares del mundo etc. Ahora, ni siquiera son reconocidos como profesionales idóneos; al contrario, son despreciados porque los rusos y los chinos los saben bastante tontos. Y además, se han dejado penetrar por los chulo-prostituidos cubanos. Pero inexplicablemente, siendo los más quienes están conscientes de este desatino, se mantienen silenciosos-miedosos. Diría Thoreau en Desobediencia Civil: “Tras el primer sonrojo del pecado viene la indiferencia, y de inmoral es como si se convirtiera en no moral y no del todo el necesario para la vida que hemos hecho. El error más amplio y que más prevalece requiere la más desinteresada virtud para sostenerlo”.
¡Ay! de ellos cuando les llegue la hora del juicio; que les llegará sin duda, pero todavía, sin embargo, hay algún margen de tiempo para los arrepentimientos; usen por favor de esta circunstancia para redimirse, al menos en parte.
Vivimos este momento atónitos, impotentes, ante el abuso de un país que SIEMPRE ha sido violento, que jamás ha conocido un atisbo de democracia o de derechos ciudadanos, como es Rusia, tan parecida en algunos aspectos a Esparta. Este violento Estado o quizá mejor dicho, gobierno, jamás podrá tener un sentido inequívoco de NACIÓN, simplemente porque está integrado por un disímil cúmulo de idiosincrasias, esparcidas a lo largo de su enorme territorio. En otras palabras: no existe ni seguramente jamás ha existido la tal “madre Rusia”, porque ella es una entelequia, una contradicción en términos. La única forma de mantener “cierta” cohesión en su espacio geográfico ha sido mediante gobiernos de temple carismático, enormemente autoritarios, que maltratan en cuerpo y alma a sus habitantes, a quienes se les ha negado el derecho a ser ciudadanos, por cierto, dotados de hermosos atributos intelectuales y artísticos.
Probablemente la única forma de que Rusia llegue a tener alguna posibilidad de regirse por un gobierno republicano a mediano y largo plazo, consistiría segregar el enorme territorio, en por lo menos cinco estados, con nacionalidades, en lo posible, parecidas; pero ese es otro tema.
Lo que acontece con la invasión a Ucrania no es ajeno a otras circunstancias muy lamentables a tenerse en cuenta: 1) La primera, la falta de un liderazgo consistente de parte de las fuerzas de occidente en su totalidad; o sea por efecto de estos liderazgos también abundantes en abulia y pusilanimidad, que es el fondo de mi comentario en el artículo ¿Y Churchill …? ¿Es que se debe esperar a Dunkerque? (HISPANOPOST, 22 de febrero de 2022); 2) La ingenuidad proferida en que incurrió la Alemania de la muy admirada Angela Merkel, de disminuir excesivamente la importancia de las energías “contaminantes del ambiente” (carbón, atómica, termoeléctrica de hidrocarburos), de forma tal que cayeron, como pajaritos inocentes e incautos, en las garras de Putin y su gas licuado. Tarde, ahora, tratan de recoger la cuerda, para no morirse de frío o cesar en sus actividades y como consecuencia, no se resuelven a una decidida acción en el caso ucraniano, contemplando la masacre y la devastación de ese Estado; 3) La perfidia de Putin de aprovechar un momento de máxima debilidad por los efectos de la pandemia y del invierno europeo, para lanzar el ataque desproporcionado e injusto, contra un país que no lo estaba amenazando. Se puntualiza que los misiles balísticos alcanzan una velocidad de cinco kilómetros por segundo, lo que les permite llegar a un destino situado a 10.000 kilómetros en apenas 35 minutos; es decir ni el tiempo ni el espacio realmente existen ante tales artilugios. La distancia entre Moscú y Kiev es de 756 km; o sea que un proyectil balístico la recorrería en 151,2 segundos, menos de tres minutos. Se deduce que Ucrania es quien ha estado amenazada por Rusia, que si tiene esas armas; nunca al contrario. Lo cual pone en evidencia que motivo putiniano para este conflicto no es la tal amenaza ucraniana, sino sin duda, otro, geopolítico para la recuperación de la URSS o hasta demencial, que es lo más probable.
Para también ser razonables, se recuerda que Busch no encontró “ni un gramo de polvo” de agentes biológicos en Irak, no obstante que las circunstancias no son del todo iguales, porque Irak, sin sentido, invadió a Kuwait y además, Saddam Hussein era un tiranillo que no tenía respeto alguno por los derechos de sus ciudadanos; 4) El efecto del conflicto en nuestro minúsculo escenario vernáculo, resalta la vergonzosa actitud zigzagueante-pusilánime de la oposición, que debe cambiar TOTALMENTE de liderazgo y de tácticas; no más de conversaciones con quien no quiere conversar, sino perder el tiempo.
Es de esperarse que “las sanciones económicas” logren su efecto terapéutico sobre la economía rusa y que la maquinaria se detenga por efecto de esa enorme fricción que las sanciones le ocasionan; de hecho ya los rusos están boqueando, solicitando ayuda a otro actor dudoso, como es China. Sin embargo en tiempos de guerra “son las armas las que hablan”, así que…
Es de esperarse que en estos momentos de enorme tensión, el partido verde oliva actúe atinadamente, que incida en la corrección del desastre de PDVSA o quizá mejor, de su substituta y del curso del gobierno de estos piratas-resentidos e ignorantes para que prive, en efecto, la templanza, que en nada se parece a ser pusilánimes, ante los bufidos y pitorreos del tal Putin, personaje maléfico, arrogante, narcisista, redivivo heredero de Hitler, en ideas y procedimientos; quien sin embargo, en últimas, hasta pudiera resultar como el Mago de Oz, simplemente escondido detrás de un tinglado, que necesita ser puesto en evidencia, mediante una acción clara y decidida.
En consecuencia, para los de allá y para los de acá: JAMÁS CONTINUAR OBRANDO DE MODO PUSILÁNIME O TORPE.