Venezuela volvió a entrar en un nuevo proceso de recesión de la economía, producto de la caída consecutiva de los dos primeros trimestres de 2023. Una situación que pone en aprieto a las empresas venezolanas, opacando las expectativas optimistas para el segundo semestre de este año.
Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), el Índice Mensual de Actividad Económica registró sendas contracciones: arrojó una caída de 7,6% durante el primer trimestre de 2023 y de 6,3% en el segundo trimestre de este año.
El equipo de HispanoPost consultó al economista Asdrúbal Oliveros, socio director de Ecoanalítica, e Iván Acosta, director general de PGA Group, en relación a las recomendaciones que deberían tomar en cuenta las empresas que operan en Venezuela para poder mantenerse en este nuevo ciclo de recesión.
Para Oliveros puntualizó que las empresas deben evaluar y actuar sobre varios factores que están ligados a lo que son «actividades blandas» y todo lo que tiene que ver con tomas de decisiones gerenciales, vinculadas a lo operativo y a lo financiero.
«En el caso de las habilidades blandas, es importante atacar el tema de la flexibilidad en un contexto como el venezolano, donde la economía fluctúa y es muy cambiante. La gerencia venezolana tiene que aprender a pensar fuera de la caja, abrirse a la innovación, estimular las redes», recomendó.
Asimismo, indicó que las empresas deben tener la capacidad de abrirse a la perspectiva de negocios, proveedores, gremios y cámaras.
«Eso te puede ayudar a entender mejor el entorno, a descubrir mejores herramientas para enfrentarlo. Es clave también la construcción de indicadores internos de gestión, ejercicios de planificación estratégica, de comprensión clara de tu mercado, de tu cliente, de cómo colocar tu producto», precisó el economista.
Según Oliveros, en el caso de Venezuela, donde la economía se ha desacelerado significativamente, las empresas tienen que ser mucho más conservadoras en sus tomas de decisiones.
«Eso no quiere decir que se inhiban de decidir, pero sí es muy importante que lo piensen bien, que calibren sus decisiones para minimizar los costos que esto pueda traer», apuntó.
Quitarse de la cabeza el escenario positivo
«Lo primero que yo les recomendaría a las empresas es quitarse de la cabeza, de forma inmediata, el escenario positivo, esperanzador y mega optimista que había con relación al segundo semestre y sus posibilidades», sostuvo Iván Acosta.
Resaltó que hasta los momento no se vislumbra ningún escenario esperanzador para el segundo semestre de 2023, por lo que considera que las empresas deben evaluar la forma de aproximarse al mercado.
«Tiene que ser bastante comprometido», como ocurrió de enero a junio de este 2023”, dijo el director general de PGA Group.
Aseveró que «no hay nada que en principio pueda darnos luces de que la situación va a mejorar de forma significativa, más allá de que se estima un movimiento natural positivo hacia el segundo semestre por tema obviamente de la estacionalidad, el tiempo y de la época. Pero nada que confirme que esto va a mejorar».
En ese sentido, Acosta señaló que esto lleva a los empresarios a un escenario más limitado, comprometido y restrictivo.
Optimización financiera y operativa
Desde la perspectiva financiera y operativa de las empresas, una de las recomendaciones que hace el director general de PGA Group es aumentar o maximizar su velocidad de respuesta ante esta circunstancia de la economía, así como trabajar en profundidad en los elementos que tiene que ver con lo interno: optimización de costos, ahorros, paralización de vacantes y contrataciones.
Acosta recalcó que las empresas también deben comunicar e involucrar «lo más que puedan» a todos sus empleados, entendiendo que va haber una condición de exigencia al máximo de cada uno de ellos.
Además, «recomendaría la potenciación de todo lo que tiene que ver con el concepto de comercialización, del marketing», dijo.
A su criterio, las empresas deben hacer cambios profundos en la manera cómo se le llega al mercado, en la comercialización, presentación, comunicación, atención y cómo servir a ese mercado.
En esa misma línea, Oliveros considera que la prioridad para las empresas venezolanas debería ser la optimización de los costos, «en la medida que eso te permita poder construir precios más competitivos, que es la clave para una economía que está en un ciclo recesivo, con un consumidor afectado en su flujo de ingreso».
Otro factor que es importante para las empresas, es la comprensión del «portafolio objetivo», que tiene que ver con «cuáles son los productos en su cartera que son más demandados, concentrarse ahí y descartar aquellos productos que probablemente, por las condiciones del país en este momento, no tienen mucha aceptación o no tienen mucha demanda».
La protección del flujo de caja también es un elemento fundamental que deben tomar en cuenta las empresas, según el economista Asdrubal Oliveros.
«Es clave el tema de que la empresa tenga liquidez, que tenga capacidad de enfrentar momentos de presión en la tasa de cambio y para eso es importante lo que los economistas llamamos la cobertura, que no es otra cosa que los mecanismos financieros para protegerte de la devaluación», dijo el representante de Ecoanalítica.
Recalcó que esto tiene que ver con la capacidad de reposición de inventario, capacidad de compra de materia prima o de productos de manera anticipada y convertir parte de los bolívares en divisas.
«Es clave esa gestión financiera para la salud del negocio. Hay que tener una prioridad que tiene que ver con ese control estricto de costos y gastos, mecanismo de optimizar esas estructuras en la medida que puedas hacerte más competitivo, más eficiente y entender bien la realidad del mercado», agregó Oliveros.
A su juicio, esto también pasa por la adecuación de tamaño a un país mucho más pequeño. «Hay muchas empresas en Venezuela que son muy grandes para la economía que nos está quedando y creo que allí también tiene que venir un proceso de adaptación».
Entender la nueva realidad del mercado
Para Iván Acosta, uno de los aspectos importantes que también deben evaluar las empresas es entender la nueva realidad del mercado venezolano.
«Creo que en Venezuela no hay un conocimiento profundo de ese nuevo comprador, de la nueva realidad del mercado, de esa nueva condición de compra y todos esos elementos tan importantes”, indicó.
Agregó: “Estamos subestimando o no entendiendo, estamos trabajando en el mercado como antes, como si fuera el mismo de hace unos años y realmente no es así».
Aunque las empresas venezolanas han dado una dura pelea buscado la manera de mantenerse operativas durante toda la crisis económica que ha atravesado el país, el empresario resaltó que nuevamente deben «saber sobrevivir».
«Creo que en esta circunstancia tiende a tener un elemento inédito que vale la pena repasar y crear una nueva fórmula de supervivencia: Definitivamente ya nuestro tamaño organizacional son pequeños, el mercado es pequeño», por lo que ahora «habría que estudiar de dónde más hacemos uso de optimización de costos, de dónde más puedo buscar mayores ingresos», expresó el representante de PGA Group.
De acuerdo con Acosta, esto lleva a las empresas a buscar la forma de innovar nuevamente de una forma rápida y eficaz. «A innovar en costos, posibilidades de ventas, de recursos, planteamientos de nuevos servicios, de reforzar las líneas que tengamos fortaleza», añadió.
Trabajar en la marca sigue siendo el reto de todos los empresarios, así como replantearse las funciones, optimizar o apoyarse en los talentos y crear alianzas.
«La mentalidad con que se afrontan los mercados, los desafíos y creo que el trabajo psicológico-organizacional es clave. Es decir, cómo nos preparamos para una condición dura, agresiva, compleja, donde de alguna manera requerirá lo mejor del todo», aseveró Acosta.