La noche del jueves 29 de julio fue encontrado sin vida el cuerpo del sargento retirado de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Yesim Linárez, en la celda del Destacamento 121 de la GNB en Barquisimeto, donde se encontraba recluido tras ser acusado por el Ministerio Público (MP) de torturar hasta casi ocasionar la muerte por asfixia de Hermis Rivero, de 24 años de edad.
Un día antes, Hermis Rivero acudió a la sede del Ministerio Público del estado Lara para poner la denuncia contra el militar retirado y su esposa Luz Celeste Almao Carrera, por ser cómplices en su secuestro e intento de homicidio.
Posteriormente, el fiscal general de la administración de Nicolás Maduro, Tarek William Saab, anunció en su cuenta de Twitter que ambos habían sido detenidos para ser imputados «por privar de libertad a la víctima: torturándolo hasta casi ocasionarle la muerte por asfixia con una bolsa plástica y haciéndose grabar por la cónyuge».
Saab anunció que a los implicados se les imputarían los delitos de tortura, privación ilegítima de libertad, uso de niño para delinquir, apología del delito y agavillamiento. Asimismo, señaló que desde su despecho se ha asumido el compromiso de «procesar, judicializar y sancionar de manera independiente, objetiva e imparcial las violaciones de derechos humanos, cometidas en nuestro país».
Según información contenida en el reporte policial, a las 8 de la noche del jueves 29 de julio, fue hallado sin vida el cuerpo del sargento retirado Yesim Linárez en el interior de su celda de reclusión. El cadáver del militar retirado fue ingresado a la morgue de Barquisimeto, esa misma noche a las 11:00 pm, luego que usara las sábanas para quitarse la vida.
Por su parte, Luz Celeste Almao Carrera, según se pudo conocer, permanece detenida por actuar en complicidad con su pareja (Linárez) al grabar el video de las torturas infligidas a Hermis Rivero en el interior de su hogar, el pasado jueves 22 de julio.
Recuento de los hechos
En medio de una ola de confusión, se conoció que Linárez acusaba a Rivero de robarle un reproductor de radio y otros artículos de su vehículo. Esta acusación fue refutada por Rivero, residente de la localidad de Siquisique en el estado Lara, y aseguró no entendía el porqué de los señalamientos del uniformado.
De acuerdo con información suministrada por Rivero a su salida del MP, el 22 de julio cuando salía del trabajo fue interceptado por el militar retirado, que lo invitó a subirse a su carro. Invitación que, según contó, aceptó porque Linárez solía despachar mercancía a las personas con las que Rivero labora actualmente.
Más tarde, fue secuestrado y esposado por Linárez, quien lo llevó hasta su vivienda, ubicada en el Barrio Cruz Alta de Siquisique, donde, presuntamente, fue encerrado en un cuarto y le propinó una golpiza que lo dejó convaleciente por tres días. Además, cuando se encontraba en el piso, Linárez siguió sometiéndolo colocándole una bolsa plástica en la cabeza para asfixiarlo mientras soportaba el peso del sargento retirado, quien estaba sentado sobre su espalda.
Mientras esto ocurría, cuenta Rivero que la cónyuge de Linárez, Luz Celeste Almao Carrera, grababa toda la agresión con su celular sin intervenir en la acción. Video que, posteriormente, se viralizó en las redes sociales y que alertó a las autoridades. Asimismo, el hijo de los acusados menor de edad también intervino en el hecho violento, Rivero denunció que mientras Linárez lo golpeaba, el niño fue el que dijo que iba a buscar la bolsa de plástico con la que posteriormente sería asfixiado hasta casi perder la vida.
Luego de horas de tortura, Linárez decidió llevar y entregar a Rivero a los funcionarios del comando de la Guardia Nacionalidad de la localidad, con la intención de que fuera detenido por el presunto delito de robo. Lo que no se esperaba es que, debido a la gravedad de las lesiones que le habría ocasionado al joven de 24 año de edad, no lo quisieron dejar detenido y Linárez tuvo que regresar con él a su casa. Lo dejó en libertad bajo la amenaza de que si no le conseguía sus pertenencias lo iba a «matar o sembrar».
Fue la madre de Rivero quien dispuso llevarle al médico para que le hicieran chequeos, después de que presentara fuertes dolores de cabeza y mareos, producto de las agresiones recibidas. Posteriormente, el abogado de la víctima Carlos Pire, exigió que a Linárez se le demandara por 5.000 dólares, fuera acusado de intento de homicidio contra Rivero.
Antes de que se conociera del suicidio de Linárez, el abogado Pire aseguró que llevaría el caso de Rivero hasta las máximas instancias; sin embargo, se desconoce cuáles serán las próximas acciones legales, tras el deceso del militar retirado.
La evidencia audiovisual
En el video grabado por la cónyuge del difunto se observa a Linárez cacheteando a Rivero. También se escucha gritarle que confiese, al tiempo que lo amenaza diciéndole que si no lo hace lo va a matar. Además, se puede observar cuando el militar retirado introduce la cabeza de Rivero en la bolsa de plástico hasta que lo hace gritar.
Rivero aseguró que durante la golpiza Linárez le mencionó a otra persona que él admitió conocer, aunque supuestamente no era así. La intención era lograr que se redujera su maltrato, pero, por el contrario, esto desató aún más la ira de su victimario, quie lo acusaba de «choro» y de ser cómplice de la otra persona que habían mencionado anteriormente, quien presuntamente es uno de los delincuentes de la zona.
«El hijo le dice ‘papá voy a buscar la bolsa’. Me la pone y me sigue golpeando con la bolsa encima. Ya no aguantaba, me faltaba la respiración, en eso él me menciona a un chamo y yo le digo que sí lo conozco. Me dice: ´Sí ves que eres un choro´. Realmente no lo conozco, lo hice porque no aguantaba los golpes», dijo a la prensa Rivero.