Caracas cuenta con más de 200 quioscos en sus calles y avenidas, los cuales ofrecen a los consumidores chucherías, alimentos y recarga de celulares, entre otros rubros.
Sin embargo, la razón de ser original de este tipo de comercio es la venta de publicaciones (periódicos, revistas y libros) que han desaparecido y/o dejado de circular.
Esta situación ha hecho que en los últimos tiempos la actividad esté en un limbo legal, pues prácticamente ya no hay publicaciones que vender.
Representantes del gremio que solicitaron guardar sus nombres en reserva explicaron que los periódicos y revistas cerraron por la acción oficialista.
Otra razón, agregaron, es la transición tecnológica de la información impresa en papel hacia las redes digitales.
Según las fuentes, el limbo legal existente ocasiona una gran discrecionalidad por parte de los inspectores municipales y los cuerpos de seguridad; además de la matraca y el pago de vacunas.
Por ello, el gremio plantea que de una vez por todas se cambien las ordenanzas para adecuarlas a la nueva realidad comercial de esos establecimientos.
«Mis padres pusieron el quiosco hace 40 años. Ahora lo atiendo yo, pero a cada rato viene la policía amenazando con que me van a cerrar porque ya no vendo periódicos», contó una quiosquera.
Otro afectado narró que la manera de que te dejen tranquilo es «pasándole plata o mercancía».
Debido a la desaparición de las publicaciones y con el fin de supervivencia del negocio, los comerciantes se reinventan convirtiendo el quiosco en mini bodegones, ventas de empanadas, tequeños, tortas, café y refrescos; además del expendio de cigarrillos y recarga de teléfonos celulares.
Los quioscos también han mutado a locales de reparación de calzado, puestos de frutas y vegetales y hasta peluquería/barbería.
Alfredo Padilla, directivo de la Asociación de Trabajadores, Emprendedores y Microempresarios, alertó que es urgente la reforma de las ordenanzas que rigen el sector quiosquero para adaptarlo a la nueva realidad económica y comercial.
El representante de Atraem aclaró que los quiosqueros son comerciantes formales, regidos por ordenanzas y que pagan impuestos.
El origen del gremio, recordó, se remonta a la época de los pregoneros de diarios, quienes se sindicalizaron y llevaron los periódicos a los quioscos formando un gremio.
Padilla recalcó que estos comerciantes son dueños del quiosco y bienhechurías realizadas en el mismo.
«Ellos (los quiosqueros) pagaron de su bolsillo incluso cuando la alcaldía ordenó colocar en Caracas un modelo único de ese tipo de establecimiento», sostuvo.