Rafael Nadal lo volvió a hacer, demostrar que la tierra batida es su elemento y que Roland Garros es su reino. Sin importar lo que pase de aquí en adelante en el torneo, el español ya cumplió al derrotar en cuartos de final a su némesis, el serbio Novak Djokovic.
La temporada del balear comenzó con un ritmo escandaloso, hasta que una lesión en Indian Wells le puso el freno. Después de no presentarse en Miami ni Montecarlo, también correspondientes al Tour Masters 1000, regresó para los torneos de Madrid y Roma, cayendo en cuartos contra su compatriota Carlos Alcaraz, y en octavos contra el canadiense Denis Shapovalov, respectivamente.
El siguiente torneo de jerarquía, por calendario, era este, Roland Garros; donde Nadal se ha tallado a pulso su propio trono, al ser el máximo ganador de esta contienda, con 13 títulos. El camino de Rafa hasta esta instancia no presentó mayores obstáculos, antes de enfrentarse al número uno del mundo.
En primera ronda despachó al australiano Jordan Thompson, a quien le endosó un triple 6-2; luego despidió al francés Corentin Moutet, con marcador de 6-3, 6-1, 6-4; acto seguido, hizo lo propio con el neerlandés Botic van de Zandschulp, con un resultado casi idéntico (6-3, 6-2, 6-4); su rival en cuarta ronda opuso un poco más de resistencia.
Félix Auger-Aliassime fu su siguiente víctima, aunque el canadiense no se entregó tan fácilmente e hizo todo lo que pudo para intentar frenar a la bestia del polvo de ladrillos. De hecho, el primer set se lo llevó el joven de 21 años, por 6-3; el mallorquín respondió con un set idéntico de 6-3 y se fue arriba con otro de 6-2. No obstante, Auger-Aliassime no se dio por vencido y empató con otro 6-3, pero Rafa mató en el quinto y decisivo, también por 6-3.
Una vez en este punto, llegaba la hora de la verdad, tocaba enfrentar a Djokovic y –pese a las insistencias del español de cambiar el horario– este partido se jugaría en la noche. Aunque estos dos colosos ya se han visto la cara en diferentes oportunidades, este partido tenía un sabor especial.
Era un encuentro de primeras veces: por primera vez en la historia se enfrentaban dos jugadores con al menos 20 títulos de Grand Slams; también era la primera vez que dos tenistas con al menos 1000 victorias se medían en una cancha; y además, era la primera vez que coincidían dos que hubieran ganado 300 –o más– partidos de Grand Slams.
Estos dos se han enfrentado en 59 oportunidades, con la de ayer incluida, y el balance es favorable a Nole por 30-29. Se han enfrentado en, al menos, 18 torneos diferentes, siendo en Roland Garros donde más se ha enfrentado; han sido diez veces, para ser exactos, con un balance favorable a Nadal de 8-2. Pero el balcánico es el único que ha podido ganarle múltiples veces en París.
El primer set fue todo para Nadal, que dejó con poco chance a su rival, sabiendo que es alguien a quién no se le puede soltar mucho las riendas, porque te revierte un partido en un santiamén; Rafa se impuso por 6-2. Sin embargo, en el segundo set el balear se relajó y le ocurrió justo eso, Djokovic le remontó un 3-0 en contra, para empatar el partido con un 6-4.
El trece veces campeón pudo enderezar y se llevó el tercer set con el mismo dominio (6-2) que había mostrado al comienzo del partido, recuperándose del trance en el que Nole había puesto a todo París; después de todo, estamos hablando del –todavía– vigente campeón.
El cuarto set fue una batalla campal, Djokovic se negaba a entregar el partido y –muy por el contrario– aceptó el reto que le ponía Nadal sobre la mesa. El número uno del mundo se puso arriba rápidamente, con una ventaja de 3-0.
Nadal pudo acortar distancia, pero el parcial seguía favoreciendo a Novak, que ya tenía un control de 5-2, apunto de poner el partido empatado; algo que hubiera significado una estocada mortal para el español, máximo ganador de Grand Slams con 21 títulos, por los 20 que tienen a Djokovic empatado con Roger Federer.
Pues el manacorí no se amilanó y comenzó a hacer lo suyo; fue remontando punto por punto hasta ponerlo 5-5, luego 6-6, lo que le valió para forzar un ‘tie break’ de infarto, en el que se impuso por 7-4, para despedir al actual campeón y asegurar el pase a semifinales, además de mantener la ventaja en títulos, con la opción de ampliarla si todo sale bien en el plan del español.
Por otro lado, el tenista de moda, el joven español Carlos Alcaraz, no pudo con el alemán Alexander Zverev. ‘Sascha’ se impuso en los dos primeros sets, ambos con marcador de 6-4; el murciano descontó, devolviéndole el 6-4 en el tercer set.
Pero el partido se definió en el cuarto parcial, donde el alemán se apuntó la victoria, luego de desempatar en un largo ‘tie break’ que se llevó por 9-7. El partido de semifinales se disputará este viernes, a partir de las 8:45 am hora de Venezuela. A la espera de lo que ocurra en los otros dos partidos de cuartos, que se deciden en el transcurso del día de hoy.
Como decíamos algunas líneas atrás, pase lo que pase, Nadal ya cumplió al derrotar Djokovic, quien además de ser el vigente ganador del torneo, es su más cercano perseguidor en títulos de Grand Slams, asegurando mantener la ventaja y con la posibilidad de ampliar la brecha.
En todo caso, sería casi poético que Rafael Nadal, conocido por ser un fiel aficionado del Real Madrid, conquiste su 14° título de Roland Garros, apenas unos días después que la entidad merengue ganara su 14° Liga de Campeones, precisamente en la capital francesa.