Rafael Cadenas al recibir el Premio Cervantes: “Es urgente defender la democracia de todos los que la acechan”

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“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a un hombre”.

Con esta cita de Don Quijote de la Mancha concluyó el poeta, traductor, ensayista y profesor venezolano, Rafael Cadenas, su discurso de orden, al recibir el Premio Cervantes de Literatura 2022 en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid, España; este lunes 24 de abril.

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Cadenas, el primer autor criollo reconocido con tal distinción de manos de los reyes de España, confesó que era un honor que lo “sobrepasaba”.

A sus 93 años de edad, y con ese caminar pausado y esa dicción suave y clara, subió cada uno de los escalones, muy lentamente, de la sala donde lo premiaron; y desde una especie de altar, en soledad, elevó su voz para alertar sobre el peligro que se cierne sobre aquellos países donde no se respeta la pluralidad de pensamiento. Donde se busca uniformarla. Aplanarla.

“Creo que cuando el pensamiento ve su límite, aparece una apertura hacia lo indecible. Yendo hacia la idea de la revisión: pienso que esta debe aplicarse a la democracia. Es urgente defenderla de todos los que la acechan y para ello se requiere recrearla. Esa tarea le incumbe a la educación, que la ha descuidado”, enfatizó.

Cadenas dijo que se necesitaba que en los países donde existía este sistema político, hubiera una pedagogía que la robusteciera. En los otros, que no la han conocido, “es vano tratar de introducirla”, agregó.

Inmediatamente resaltó que “los demócratas deben pedir a voces su renovación”. La actualización del sistema, algo que debe interiorizarse, volverse transparente.

Debe darse, a su juicio, primacía a lo social, aboliendo la pobreza. Apoyar la cultura. Tarea que no debe considerarse ningún sueño sino un trabajo de todos.

En ese momento de su discurso, expresó su deseo de enviar un saludo a los profesores, estudiantes y empleados de la Universidad Central de Venezuela, y a los de las otras universidades del país.

“Afortunadamente, pese a no estar bien desde hace años, sigue siendo plural. Una que sea para el adoctrinamiento deja de ser universidad”, había dicho minutos antes.

Envió también saludos a sus amigos españoles y particularmente al escritor nicaragüense Sergio Ramírez, “a quien admiro, con el deseo de que pueda volver a su patria”.

Lo esencial de su discurso

El poeta larense, que en esta ocasión no vistió con sus tradicionales colores ocres, llegó a la sala acompañado de sus hijos Paula y Silvio, además de sus nietos, con saco y camisa azul marino. También portaba un chaleco azul claro y blanco debajo. El pantalón era beige y sus zapatos marrones. Nada de corbata.

Pero esto, al final, es un tanto accesorio. Lo medular fue verlo allí emocionado, agradecido, y con su acostumbrada sencillez y esa especie de callada dulzura.

Además de agradecer y celebrar su vínculo con España, de la cual dijo “estar lleno”, por el idioma, por los viajes que hizo junto a su esposa Milena, por la educación que recibió de profesores españoles en su natal Barquisimeto, por sus amigos, y por su vínculo con la lectura de Don Quijote desde niño; el poeta habló sobre la Utopía que encierra este libro, que advirtió en su protagonista, quien pasa “de un proceso de normalidad a la locura, y luego regresa a la mansa normalidad”.

Esas Utopías terminaron en desengaños, dijo Cadenas. Y de allí pasó a nombrarlas: los nacionalismos, las ideologías y los credos. Todo lo que divide a la humanidad, cuando a su entender los seres humanos “deberían ser cosmopolitas”.

“He sabido que nacionalismos, ideologías y credos dividen a los seres humanos, pero en este tiempo, gracias al desarrollo de la educación, debería ser cosmopolita. Ya en cierto modo lo es; pero a ello se oponen los factores que he mencionado, sobre todo el nacionalismo que según Einstein es el sarampión de la humanidad.

Sin embargo, existe un ego nacional que no aceptaría semejante cambio. Séneca era cosmopolita. (Johann Wolfgang) Goethe, también. Igualmente, (Jacques) Derrida, quien parafraseando a Marx publicó un pequeño libro con este título: Cosmopolitas de todos los países unidos”, contó.

De igual modo citó “la desalentadora opinión de Karl Jaspers”, para quien no existía alguna concepción del mundo valedera, “lo cual nos deja a la intemperie, pero a la vez nos fuerza a indagar», añadió.

El poeta recordó que Jaspers tenía dos temores: uno al autoritarismo y el otro, a la bomba: “En este tiempo aquel avanza y esta ha crecido. Resulta paradójico, por cierto, el que las naciones más civilizadas se encuentren entre las principales fabricantes de armas. Se trata de una industria muy próspera”.

Citando a George Orwell, Cadenas afirmó que el actual caos político guarda relación con la decadencia del lenguaje de nuestro tiempo, al cual calificó de “maltrecho”. De allí que sugirió revisar las bases de toda la cultura.

“Aunque no sé si al decir esto se trata de algún contagio de los dos famosos personajes”, ironizando sobre los desvaríos del dúo de Don Quijote y Sancho Panza.

“Todo debería examinarse, verse. Trocar la ilusión por lo real. Esa es la faena más ardua que se le puede plantear al ser humano. Teresa, la santa, en sus libros nos dejó dicho que hemos de tomar de la vida lo sabroso, lo bueno y lo amargo”, recomendó.

Sin dejar de advertir lo peligroso también de aferrarse a credos que insistan en separar a los hombres.

Cadenas reservó unos minutos para destacar el valor de Sancho Panza, personaje coprotagónico de Don Quijote. Dijo que creía había sido subestimado por algunos especialistas en la obra de Cervantes.

“Con respecto a su escudero, que a mi modo de ver ha sido subestimado por los quijotistas, representa lo real. Probablemente nuestro tiempo lo realce, ya que asistimos a una revaloración de la vida corriente, y es que en ella también está el misterio. La realidad es más extraña que la ficción, decía Borges”.

El poeta desde YouTube

Justamente eso que acontecía en Madrid era algo real y, al mismo tiempo, parecía soñado por todos los venezolanos que en la madrugada de este lunes veían la transmisión por YouTube que hizo la Universidad de Alcalá de Henares, desde su canal, por la mencionada red social.

A las 5:45 de la mañana eran 490 personas en espera, atentos al acto oficial, y en sólo 5 minutos, a las 5:51 am ya éramos 540. En el chat se podía leer el saludo de la gestora cultural Tibisay Guerra: “Todo el amor para Rafael Cadenas. Qué orgullo para este golpeado país. ¡A celebrar!”

Linsabel Noguera, comunicadora, narradora infantil, escribió: “Aquí estoy. Emocionada. ¡Qué alegría! Somos testigos de la belleza”.

Ismeray Páez, entre muchos otros, apuntó: “Felicidades al maestro Rafael Cadenas desde su terruño. Nos sentimos orgullosos de su poesía valiente. Sus Cadenas que nos hacen libres. Larga vida y salud al poeta contra la opresión”.

Y así como nosotros lo aplaudíamos y nos conmovíamos, desde casa y a través de la computadora, por su reconocimiento y su valentía para hablar sobre lo incómodo. En esa sala lo aplaudieron de pie todos los presentes, incluyendo los reyes, el rey Felipe VI y la reina Letizia, así como también el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y algunos amigos suyos que reconocimos: el escritor venezolano Antonio López Ortega, la profesora Irma Chumaceiro, y el banquero Juan Carlos Escotet, entre otros.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, no acudió al acto. Mas las voces del rey y del ministro de Cultura fueron suficientes para aplaudir al maestro: «La obra de Cadenas es la de un gran poeta moderno. La de alguien que no quiere ‘estilo, sino honradez’, una valiosísima ambición; una aspiración que comporta ‘rectitud de ánimo, integridad en el obrar’… Poetizar sobre una experiencia extrema habla del talante de una poesía que también quisiera entender, si las hay, las razones de la maldad«, dijo Felipe VI.

Mientras Iceta fue rotundo: «Rafael Cadenas es, sobre todo, un hombre de una ética radical. Un hombre de consecuente honestidad».

Luego de los aplausos se escuchó que un coro de ángeles entonaba el Himno del graduando, Gaudeamos Igitur: “Alegrémonos pues mientras somos jóvenes”, recordó la locución latina. Y de esa sala salió un poeta de 93 años conducido por una reina. Detrás, los asistentes, seguían los parsimoniosos pasos de ese joven y admirado barquisimetano.

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