Nuevamente se pospone la meta de producción fijada por la administración de Nicolás Maduro en cuanto a alcanzar la explotación diaria de un millón de barriles de petróleo, aseguraron fuentes calificadas del sector que solicitaron guardar sus nombres en reserva.
El 17 de abril, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió una licencia general de reemplazo, la 44A por la 44 -esta última fue emitida el octubre del año pasado tras la firma del Acuerdo de Barbados entre el gobierno y la oposición venezolana- la cual da a las empresas extranjeras asociadas a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) 45 días (hasta el 31 de mayo) para cerrar sus negocios y transacciones con la estatal o solicitar licencias individuales.
La decisión de Washington ha generado manifestaciones de rechazo por parte de varios sectores, debido a las consecuencias que podría tener no solo para la industria petrolera nacional, sino también para el país en general.
Algunas de las acciones han sido la recolección de firmas de trabajadores de Pdvsa y el pronunciamiento de la reunión del Alba en Caracas en contra de la medida del gobierno de Joe Biden.
Sin embargo, para fuentes los pronunciamientos en contra de las sanciones «no levantan producción» en una industria petrolera cuyo bombeo de crudo se desplomó de 3,4 millones a 400.000 barriles diarios entre 1998 y 2020.
«Gracias a la flexibilización de las sanciones contra Pdvsa, a partir de octubre de 2023 la producción petrolera nacional comenzó a repuntar con la inyección de recursos y tecnología de socios inversionistas privados como la empresa estadounidense Chevron, la cual explota 170.000 barriles al día de crudo con miras a aumentar a 200.000 barriles en 2024», precisó un consultado.
Agregó que reflotar la industria de los hidrocarburos en Venezuela es «una tarea titánica», debido a la falta de inversión y mantenimiento durante años en las instalaciones y yacimientos petroleros y de gas.
¿Metas de producción irreales?
Un estudio de la División de Planificación e Ingeniería de Pdvsa de febrero de 2021 reveló que eran necesarios invertir 58.000 millones y 11.300 millones de dólares para elevar la producción de crudo y gas, respectivamente.
Según las fuentes, varios análisis como el anterior han sido realizados por Pdvsa y otros especialistas, pero lo cierto es que la industria requiere atraer inversionistas serios, reconocidos y con tecnología y músculo financiero en un ambiente de seguridad jurídica.
«Desde el cuarto trimestre de 2023, la flexibilización de las sanciones por seis meses aumentó la producción petrolera a 800.000 barriles diarios para cerrar el año con 900.000 barriles al día y llegar al millón de barriles en 2025. Pero ese plan se trunca con el regreso de las sanciones», reveló un consultado.
Las fuentes señalaron que la meta del millón de barriles viene desde 2018 y 2019 con anuncios del entonces presidente de Pdvsa, Manuel Quevedo. Este volumen de producción fue llevado más allá por el ministro de Petróleo y presidente de la estatal petrolera, Pedro Rafael Tellechea, con anuncios de 1,2 millones y 1,7 millones de barriles al día en 2023 y 2024, respectivamente.
«Las cosas se le complican a Pdvsa y a Venezuela porque una producción estancada de crudo significa menos ingresos de divisas por exportaciones petroleras, además del posible regreso a la práctica de los descuentos por la venta del crudo exportado a través de los caminos verdes», expresó un consultado.