La venezolana, María Alexandra Pinto, explica que no es suficiente tomar conciencia para salvar al planeta del inminente caos que se avecina. Los gobiernos deben promulgar leyes tajantes para evitar tanto desmadre planetario.
Cuando María Alexandra Pinto (Maturín, 1997) se graduó en la Universidad Internacional de Miami como Bachelor of Art and Design, mención mercadeo de moda, decretó que aportaría su conocimiento en compañías alineadas a sus valores.
Pinto alega que resulta microscópica la lupa crítica que recibe la industria textil, uno de los principales rubros causantes de la contaminación de nuestro único planeta Tierra.
Dos figuras han marcado su vida. Por un lado, los preceptos de la activista sueca por el clima, Greta Thunberg y por otro, Al Gore, el ex vicepresidente de USA, creador del polémico documental Una verdad incómoda.
A la gente de su generación, le cuesta creer que a los mayores no les importe el futuro de sus hijos, nietos y biznietos. En Venezuela, por ejemplo, hablar de reciclaje pareciera una inquietud romántica de gente come flor.
¿Es viable la moda sustentable?
Según las investigaciones que Pinto ha realizado, es inexistente un tejido sostenible 100 %, en su lugar hay alternativas que trabajan mediante procesos circulares y productivos justos. La tendencia es que vamos hacia allá. Deseo aclarar que cuando se habla de moda sustentable, incluye tanto el medio ambiente, el proceso de producción y la condición de los trabajadores. En muchos países del tercer mundo donde se maquila, los salarios y condiciones de trabajo claman venganza del cielo.
¿Cuáles fibras están catalogadas como sostenibles?
Hay fibras naturales de origen animal, vegetal, artificiales y sintéticas. Afortunadamente, la industria evoluciona. Ello requiere de mucha inversión en tecnología de punta. Por ejemplo, en la ciudad de Los Ángeles, donde se concentra un alto número de manufacturas de ropa de los EE.UU, hay una empresa fabricante textil llamada Texollini, fundada en 1989, que cuenta con un Departamento de Investigación y Desarrollo que le roncan los motores. Ofrece una línea de productos sorprendentes. Por ejemplo, la seda se hace a partir de la fibra de la concha de la naranja y el cuero de la concha de la piña. Parte de la maquinaria opera con gas natural y filtrado en la utilización del agua.
¿Cuáles son las telas más perniciosas?
Existe el mito de que el algodón natural es lo máximo. Lamento romper con esa falacia ecofriendly, pues es una tela creada con un altísimo uso de químicos y agua. Es preferible en su lugar usar algodón reciclado. H&M ha sacado colecciones sustentables con un precio valor imbatible.
El denim es terrible. México es uno de los principales productores de esa mezclilla. El poliéster, ni hablar se hace a partir del petróleo crudo. ¡Huyan de él!
¿Cuáles son las telas que deberíamos usar?
El tencel se hace de la fibra de madera procesada del árbol del eucalipto. Requiere de poca agua y es 100% renovable. Además tiene bondades antibacterianas, en consecuencia, se utiliza más que todo en ropa deportiva. El lino orgánico que tan rico resulta al contacto con la piel puede ser totalmente biodegradable al igual que la lana, pero requiere para su tratamiento de herbicidas en el cultivo de la planta y productos químicos. Tanto el lino como la lana, una vez descartada la prenda, puede ser enterrada y se convertirá en abono.
¿Por qué la información de lo sustentable no figura en las etiquetas?
En ese sentido estamos en pañales. Toca echar mano a Google (risas). Hay que leer para estar informado. En el mundo de la alta costura, la holandesa Iris Van Herpen, es una rara avis, aplica prácticas sostenibles con un equipo interdisciplinario. Queda mucha tela por cortar para ahondar en tan peliagudo tema.