El pasado sábado 13 de marzo, miembros de Instituto Nacional de Tierras (INTI) y de la Federación de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga) se reunieron por primera vez en 21 años para dialogar y acordar políticas que favorezcan al sector primario de la economía.
Tal como ocurrió con Fedecámaras, el gobierno de Nicolás Maduro está tendiendo puentes con algunos gremios del sector privado nacional, con el fin de encontrar puntos de encuentro que permitan apaciguar la crítica situación económica que atraviesa el país y que ha acabado con la capacidad de compra de los ciudadanos y de inversión para algunos sectores.
De ese encuentro destacan que es la primera vez en 21 años, desde que existe la Ley de Tierras, que un funcionario a cargo del INTI ha estado en la sede de Fedenaga para reunirse con parte de la directiva, la cual estuvo representada por el vicepresidente del gremio, Luis Prado, y por el consultor jurídico Alexis Algarra.
Según Prado, en el encuentro se abordaron varios puntos en el que resaltan el congreso de campesinos para que el sector ganadero avance en medio de la difícil situación económica que atraviesa el país, el suministro de combustible, el financiamiento para el sector primario de la economía y, sobre todo, la necesidad de llegar a acuerdos que permitan lograr la confianza para que los productores puedan seguir trabajando.
El presidente del INTI, David Hernández, en la reunión aseguró que el sector público y el privado deben ponerse de acuerdo, “teniendo a la Constitución como aval para rechazar las acciones externas que afectan a la producción para avanzar sin contratiempos en múltiples áreas”.
Los directivos de Fedenaga opinaron que es preciso garantizar la seguridad jurídica y personal como pilares básicos para avanzar en la seguridad alimentaria del país. “Le pedimos al presidente del INTI trabajar con el Estado hombro con hombro en la construcción de la confianza necesaria para invertir en el rescate de las capacidades productivas fundamentales para garantizar la seguridad agroalimentaria de Venezuela”, sentenció Prado.
Tanto los representantes de Fedenaga como los del INTI calificaron la reunión como un hecho histórico, porque se está abriendo un compás de diálogo entre altos funcionarios del Estado relacionados al sector agrícola y los gremios legalmente establecidos y que representan a la gran mayoría de los ganaderos y productores del país.
En la jornada de trabajo se acordó que Fedenaga consignará una propuesta que posteriormente será presentada en al Congreso Bicentenario de los Pueblos, porque es el canal que está habilitando el gobierno para desarrollar un nuevo esquema de políticas públicas para el país para los próximos diez años.
El consumo de carne disminuye
Por otra parte, el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, Armando Chacín, explicó que el consumo de carne cada día se ve más mermado en Venezuela, pero es debido a la prácticamente nula capacidad de compra que tienen los ciudadanos por la crisis económica y la hiperinflación.
“La carne en Venezuela es vendida a un precio muy económico si lo comparamos con otros países del continente y por supuesto del mundo; sin embargo, la poca capacidad de compra de los trabajadores no les permite comprar la carne”, explicó.
En cuanto al consumo de carne per capita, Chacín señaló que en la actualidad ronda los tres kilos. “En el año 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder, el venezolano tenía un consumo de carne per cápita superior a los 60 kilos, en 2020 ronda los tres kilos, lo que demuestra que ya el venezolano a pesar de los esfuerzos que hace no puede llevar el producto a la mesa lamentablemente”, dijo.
Señaló que la producción ganadera de Venezuela apenas cubre 40% del consumo de acuerdo con el tamaño de la población, estimada en unos 30 millones de personas.
El presidente de Fedenaga aseguró que cuentan con los equipos y el personal necesarios para lograr que Venezuela incremente su producción no solo para cubrir las necesidades internas, sino también para atender el mercado internacional.
Detalló que en el territorio venezolano se disponen de 30 millones de hectáreas para la producción de carne y lácteos, aunque en un panorama realista solo se está produciendo en 10 millones de hectáreas.
Chacín indicó que para lograr la tan ansiada seguridad alimentaria es necesario que en el país exista seguridad jurídica que les permita a los productores trabajar y poder ver recompensados los esfuerzos que realizan día a día.
Alerta por la falta de gasoil
Edgar Medina, presidente de la Asociación de Ganaderos del Estado Táchira (Asogata), hizo un llamado de alerta para plantear a las autoridades la necesidad de asegurar el suministro de combustible, tanto gasolina como gasoil, en las unidades de producción, así como la propuesta de que los productores del campo pueden comprar de su propio peculio las vacunas contra la COVID-19.
Explicó que están muy preocupados por la situación de escasez de combustible que se está presentando en los últimos días y que “dada la entrada fuerte del verano y la sequía consecuente, pone en grave riesgo los niveles de producción del campo”.
“Hemos venido realizando un trabajo conjunto con la Mesa de Combustible del Táchira, en la cual se nos ha dado, en parte, la posibilidad de mantener un stock de gasoil disponible para llevarlo a nuestras unidades de producción, tanto de una distribuidora como en la bomba que tenemos asignados los productores”, precisó.
Sin embargo, agregó que en estos últimos meses, con respecto al gasoil, “hemos afrontado niveles de escasez y no hemos podido seguir abasteciéndonos como se venía haciendo, lo que preocupa más en esta época del año, en la que se presentan unos veranos fuertes”. “Por ello, queremos hacer un llamado de alerta, porque podemos empezar a tener pérdidas importantes de cabezas de ganado”, indicó.
Advirtió que el riesgo en estos momentos, con respecto al problema del combustible, es mayor. “Nosotros, como productores, siempre hemos mantenido un nivel de pérdidas, especialmente de la zona sur hacia los llanos apureños, con el tema de la sequía. Pero siempre se había paliado algo con la disposición oportuna del combustible, que nos permite encender nuestras motobombas para abastecer de agua los tanques o las lagunas”, explicó.
Ahora, debido a la deficiencia de combustible, “el nivel de riesgo es mucho mayor porque el animal cuando tiene sed de solo un día simplemente se echa a morir y lo perdemos”.
En cuanto a la compra de vacunas, el representante de los ganaderos del Táchira, aseguró que si les dan el permiso correspondiente, el sector podría adquirirlas para controlar la enfermedad.
“Nosotros estamos en la posibilidad propia de pedirle al gobierno que, a través de una institución que sea designada oficialmente, podamos nosotros, los productores, comprar las vacunas para hacerlas llegar hasta los campesinos, los productores, nuestros obreros, los trabajadores de las fincas, donde podríamos desarrollar jornadas de vacunación”, comentó.