La FIFA suspendió de por vida a ocho jugadores, unos ya retirados y otros activos, y a un agente por intentar manipular partidos con el propósito de apostar.
Karlon Murray y Keyeno Thomas (Trinidad y Tobago), Hellings Mwakasungula (Malaui), Ibrahim Kargbo (Sierra Leona), Kudzanai Shaba (Zimbabue), Séidath Tchomogo (Benín), Leonel Duarte (Cuba) y Mohammad Salim Israfeel Kohistani (Afganistán); fueron suspendidos de por vida de toda actividad relacionada con el fútbol, tanto a nivel nacional como internacional.
El defensa keniano George Owino Audi, por su parte, recibió una suspensión de 10 años y una multa de 15.000 francos suizos (13.162 euros).