La eliminación de los Mets de Nueva York, a manos de los Padres de San Diego, en la Serie por uno de los puestos de Wild Card de la Liga Nacional, no supone otra cosa que la materialización de un fracaso estrepitoso, sobre todo si se tiene en cuenta la temporada que tuvo el equipo y la inversión que hicieron para estar en los Playoffs.
Los metropolitanos se convirtieron en el primer equipo, en toda la historia de las Grandes Ligas, que luego de ganar más de 100 juegos en la temporada regular, termina quedándose por fuera de las Series Divisionales.
Recordemos que el equipo dirigido por Buck Showalter terminó la ronda regular con récord de 101 lauros, por 61 reveses; misma foja que obtuvieron los Bravos de Atlanta, pero que gracias al repunte que tuvieron hacia el final, pudieron darle vuelta a la serie particular con los de Queens, para asegurar el primer lugar de la división.
Los Mets llegaron a estar a más de diez juegos por encima del conjunto de Georgia, esto para el mes de junio; posteriormente esa ventaja se vio reducida en agosto, pero todavía se mantenían a siete victorias de distancia.
Sin embargo, los Bravos se fueron encendiendo y cada vez se volvían más peligrosos en todos los aspectos del juego; esto, a la vez que a los neoyorquinos cada vez les era más cuesta arriba mantenerse en la senda del triunfo.
Para dejar más claro el sobrado dominio que habían tenido los Mets en la división este del viejo circuito, estos fueron líderes a lo largo de 175 días, mientras que a Atlanta le bastó poco más de una semana (ocho días) en el liderato, para proclamarse como el campeón de la división y relegar a Showalter y compañía a los puestos de comodín.
La plantilla y la inversión
Desde hace un tiempo, el objetivo de los Mets de Nueva York es claro; quieren ganar a como dé lugar, sobre todo desde aquel sinsabor de la temporada 2015, en la que lograron llegar a la tierra prometida, para sucumbir ante aquellos poderosos Reales de Kansas City, liderados por Salvador Pérez, Eric Hosmer, Mike Moustakas, entre otros.
Desde la temporada 2019, el equipo de azul y naranja tiene en Pete Alonso a uno de los toleteros más poderosos del beisbol actual. El inicialista impuso un récord de jonrones para un novato en aquella temporada (53) y viene de empalmar otros 40 bambinazos en 2022, además de ser el líder productor de la Liga Nacional con sus 131 remolcadas.
A su vez, tienen al que probablemente sea el mejor lanzador de la actualidad, un Jacob deGrom que a pesar de tener que lidiar constantemente con problemas físicos, no ha dejado de maravillar y dominar la escena siempre que ha estado sano.
Asimismo, la organización ha sido agresiva en el mercado. En 2021 concretaron un impactante cambio con el equipo de Cleveland, en el que recibieron al estelar torpedero Francisco Lindor y al lanzador venezolano Carlos Carrasco, dándole mayor profundidad tanto a la alineación como a la rotación de abridores.
También firmaron, como agente libre, al lanzador Taijuan Walker a quien aseguraron por tres temporadas, a cambio de 23 millones de dólares.
Dadas las circunstancias, en las que seguían quedándose cortos en sus aspiraciones, los metropolitanos fueron más allá en la pasada agencia libre, firmando a tres de los activos más interesantes del mercado: los jardineros Starling Marte y Mark Canha, junto al infielder venezolano Eduardo Escobar.
Por supuesto que, sin lugar a dudas, la joya de la corona fue conseguir un acuerdo con el estelar Max Scherzer, con quien pactaron por tres años y la jugosa cifra de 130 millones de dólares. No conformes con ello, acordaron los traspasos de Tyler Naquin (jardinero que llegó desde los Rojos de Cincinnati) y Chris Bassitt (lanzador abridor que pertenecía a los Atléticos de Oakland).
Cuando evaluamos todos estos aspectos, es imposible no concluir que la temporada de Nueva York fue un completo fracaso, una decepción sin precedentes, ya que poco importan las más de 100 victorias conseguidas en la temporada, si no pudieron disputar ni siquiera la Serie Divisional.