“Todo tiene su final, nada dura para siempre”, así como cita la conocida canción de Héctor Lavoe y Willie Colón. La carrera del dominicano Robinson Canó parece estar llegando a su ocaso, por más que el infielder se empeñe en que todavía le queda beisbol para ofrecer.
Con 2635 indiscutibles, Canó es el pelotero activo con más hits en las Grandes Ligas, eso si dejamos a Albert Pujols y a Miguel Cabrera en un apartado, por el hecho de ya haber quebrado la barrera de los 3000. Sin embargo, cada vez se le hace más cuesta arriba al jugador, que ya cuenta con 39 años de edad, el poder visualizar la meta de los tres millares.
Como muchos recordarán, el de San Pedro de Macorís comenzó su camino por el ‘Big Show’ con el uniforme a rayas de los Yankees de Nueva York, por el ya lejano año 2005; con los ‘Mulos’ permaneció hasta 2013, jugando un total de nueve campañas en el Bronx.
Como jugador de los Yankees, el quisqueyano conectó 1649 de sus imparables, además de sacudir 204 vuelacercas y dejar promedio de .309 con el madero. No obstante, el diciembre de 2013 el jugador sorprendió a propios y extraños, al firmar un acuerdo con los Marineros de Seattle, por diez años y 240 millones de dólares.
En su mudanza a la costa oeste de los Estados Unidos, Canó permaneció desde 2014, hasta 2018. En cinco años con los Marineros, agregó otros 821 hits a su cuenta y sacó 107 pelotas, además de mantener una buena línea ofensiva, encabezada por sus .296 de promedio.
En mayo de 2018 se dio a conocer que el pelotero había dado positivo, por haber consumido una sustancia diurética, prohibida según el reglamento de la Major League Baseball. Por tal razón, le cayó una suspensión de 80 juegos (media temporada) por dopaje, además dejó de percibir la mitad de su salario de aquel año, correspondiente a 24 millones de dólares.
Una vez terminada aquella temporada, los Marineros enviaron al intermedista –junto al relevista puertorriqueño, Edwin Díaz– a los Mets de Nueva York, en un cambio que involucró a siete jugadores.
Su paso por las filas de los metropolitanos, fue con muchas más penas que glorias. En tres años, solo pudo batear 162 imparables, 24 jonronres y su promedio (.269) dejó mucho que desear. Además, a finales de 2020 se supo que el jugador había dado positivo nuevamente en los test de anti-doping.
Esta vez la sustancia fue Stanozolol, un esteroide anabólico sintético derivado de la dihidrotestosterona, que sirve para mejorar el rendimiento; al ser un reincidente, esta vez la suspensión sería por 162 juegos, una temporada completa, por lo que se perdió todo el 2021 sin percibir un solo dólar, de los 21 millones que decía su contrato.
Su regreso a Queens para 2022 fue más bien lamentable, ya que además de no tener espacio en el roster, las oportunidades que le llegaban no eran bien aprovechadas por el quisqueyano. En una docena de compromisos, solo pudo dar de hit ocho veces en 41 turnos al bate, con un cuadrangular, tres empujadas y tres anotadas; además, le recetaron 11 ponches y ligó para .195 de promedio.
Todo esto provocó que la organización neoyorquina tomará la decisión más difícil –o quizás las más fácil, dependiendo del ojo con que se mire–, el jugador fue puesto en asignación y posteriormente dejado en libertad, al no ser tomado por ningún equipo por la vía de waivers; es decir, Canó fue despedido por los Mets, que prefieren cancelarle los 45 millones que le deben, sin tenerlo en sus filas.
Fue en los primeros días de mayo, cuando desde las oficinas del Citi Field tomaron tal decisión. Una vez cumplido el plazo, de aproximadamente una semana, sin que ningún equipo reclamara su contrato, el jugador quedó en libertad y llegó a un acuerdo con los Padres de San Diego.
Se dice que los frailes querían contar con su bate, mientras que Fernando Tatis Jr. siguiera fuera de acción por una lesión en una de sus muñecas; luego le volverían a dejar en libertad. No obstante, Canó tampoco pudo hacer el trabajo en California.
En 12 juegos, en los que tuvo 31 apariciones en el plato, el infielder dio tres hits, todos sencillos, con una anotada y una empujada, para un average anémico de .091 a la ofensiva, además de ser retirado diez veces por la vía de los strikes y negociar un solo pasaporte.
A falta de confirmación oficial, a un mes exacto de que los Mets lo dejaran libre, la reportera de campo de la organización, Annie Heilbrunn informó que el jugador habría sido informado de que no seguirá con el equipo.
Los californiano habrían intentado convencer a Robinson de ir al sistema de ligas menores, a intentar reencontrarse con su swing, pero el jugador –al tener tanto tiempo de servicio en Grandes Ligas– tiene la potestad de vetar dicho movimiento y optar por la agencia libre.
El ocho veces convocado al Juego de Estrellas, ganador de dos Guantes de Oro, cinco Bates de Plata y un anillo de Serie Mundial, todo eso con los Yankees, tendrá que volver a la búsqueda de un equipo que le dé la oportunidad de resurgir, u optar por el difícil retiro como pelotero.