Recientemente, los diarios internacionales han destacado en sus portadas la travesía que realizan migrantes venezolanos a través de pasos irregulares en la frontera de México hacia Estados Unidos. A pesar de ser un fenómeno que se asocia principalmente con centroamericanos, para los expertos en la materia no es algo nuevo que los venezolanos hayan optado por estas rutas para llegar al norte de América y para lo cual están dispuestos a contratar a “coyotes” y subirse en “La Bestia” o en “El Tren de la Muerte”.
Alberto Cabezas Talavero, oficial nacional de Comunicación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México, habla sobre los riesgos de migrar de forma ilegal a Estados Unidos. “Los migrantes confían en los ´coyotes´ o traficantes de personas dependiendo de los cambios a sus circunstancias migratorias. Algunos lo hacen sin intermediarios”.
“En México, a menudo se suben al tren de carga conocido como ´La Bestia´ y tratan de llegar al norte sin dilapidar sus escasos recursos. Otros prefieren pagar por el servicio de cruzar la frontera, pero eso no garantiza el éxito de la migración irregular”, advirtió.
Sostuvo que migrar de forma ilegal a Estados Unidos o a cualquier otro país es arriesgado, peligroso y poco seguro. Enumeró los riesgos más recurrentes:
- Ser engañados por traficantes de personas (“coyotes” o “polleros”)
- Quedarse sin dinero y, en general, verse obligado a transitar sin guía a ir por rutas inhóspitas, donde puede sufrir accidentes, quedar aislado y poner en riesgo su vida.
- Perder la vida debido a la peligrosidad de las rutas para cruzar (ríos, desiertos, etc.)
- Padecer condiciones climáticas extremas, de frío o calor, dependiendo del año, que pueden llegar a poner en riesgo la vida de los migrantes.
- Ser víctima de grupos de crimen organizado que operan en la zona, lo que puede llevar a situaciones de secuestro o a muertes. En el caso de quienes son secuestrados, sus familiares son a menudo extorsionados si el migrante se ve obligado a compartir sus datos personales y los de sus parientes, tanto en Estados Unidos como en el país de origen.
En cuanto a su experiencia con la migración venezolana, Cabezas Talavero señaló que: “Nuestra lectura de la situación es que la mayoría de los venezolanos que llegan a México eligieron este país como lugar de destino y prefieren quedarse en él a migrar de manera irregular. También hemos visto que la mayor parte de la migración de venezolanos en México hacia Estados Unidos es regular. Estados Unidos reconoce el pasaporte venezolano vencido y una parte importante de la comunidad venezolana en México cuenta con pasaporte y obtiene visa estadounidense antes de viajar”.
Para la profesora e investigadora en el departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Simón Bolívar (USB), Claudia Vargas, lo que podría estar pasando con migrantes venezolanos que intentan cruzar desde México hacia Estados Unidos es que se trata de personas con un poder adquisitivo un poco más cómodos que aquellos “caminantes” que cruzan las fronteras de Colombia y Brasil. A su juicio, se trata de alguien que logró obtener los fondos necesarios para costear un boleto hasta México y, en ocasiones, contratar a una persona que lo ayude a hacer la travesía.
“Son personas que posiblemente pueden pagar un pasaje a México y comienzan a hacer los contactos para pasar por esta frontera de forma irregular. Podrían ser personas que han logrado, a través de sus esfuerzos, llegar a México o personas de clase media que pueden planificar mejor su proceso migratorio. Lo que vemos de los centroamericanos no es nuevo, quizás lo nuevo es ver a los venezolanos que están haciendo este paso por la parte de Arizona, Texas o Río Grande. La exposición es muchísima: tener que atravesar un río, donde están expuestos a robos, secuestros y a funcionarios de seguridad que los podría extorsionar”, indicó Vargas.
Se diversifican las rutas
Claudia Vargas aclaró que no se trata de un cambio de modalidad migratoria, sino de una diversificación. “No creo que la modalidad haya cambiado, lo que probablemente haya pasado es que se están diversificando las rutas. En tanto no se solucionen las causas por las cuales los venezolanos emigran, las personas seguirán viendo la migración como una única alternativa para salir del país y van a empezar a encontrar nuevos caminos”.
Explicó que el proceso migratorio venezolano se puede considerar como algo mixto, ya que no excluye género, edades o condiciones socioeconómicas, por lo que ha ido evolucionando con el tiempo. “En 2018, nadie se hubiese imaginado tener caminantes, eso es un fenómeno que quizás uno podía ver más en la población centroamericana hacia Estados Unidos o México, pero no a venezolanos. En 2016, nadie se hubiese imaginado por ejemplo el fenómeno de los balseros en Venezuela; sin embargo, se han registrado personas tratando de llegar a Aruba, Curazao y, actualmente, tenemos todo este drama con Trinidad y Tobago”.
Añadió que el cierre de fronteras pudo forzar esta diversificación. “Al ver militarizadas las fronteras de Perú y Ecuador, los venezolanos iban a buscar maneras de pasar por otro lado, irse por Brasil, pasar por Bolivia y lo que hemos estado viendo de las montañas chilenas, de venezolanos caminando. Esto hace que México y Estados Unidos empiecen a recibir venezolanos en fronteras que se pueden transitar caminando”.
Para Alberto Cabezas Talavero, los cambios migratorios también son relativos a la situación de cada país. “Pueden haber más de una causa. Los proyectos migratorios pueden cambiar en función de diversos factores, como los cambios en políticas migratorias de un país, la situación de seguridad donde se encuentra la persona migrante, las circunstancias económicas que atraviesa la persona migrante (pérdida de empleo, agotamiento de los fondos para su viaje) o el hecho de que sobrevenga una pandemia, como ha estado ocurriendo desde comienzos de 2020”.
¿Sin beneficios migratorios?
El pasado 8 de marzo, el presidente de Estados Unidos Joe Biden, concedió el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a unos 320.000 venezolanos que se encontraban de forma ilegal en ese país. Esta medida les permite vivir y trabajar en la nación norteamericana por un tiempo limitado de un año y medio, aunque podría prorrogarse. Quienes sean favorecidos no podrán ser deportados en este lapso y contarán con permiso de trabajo.
Sin embargo, como lo explican ambos especialistas, el que se haya hecho la solicitud no quiere decir que esta sea aprobada por las autoridades estadounidenses, lo que podría ser un traspié en la intención de quienes migran a Estados Unidos, incluyendo irregular, con la esperanza de recibir el estatuto de protección.
Vargas explicó que los solicitantes no deben tener antecedentes penales y cumplir con una documentación: “Yo no sé si todos los venezolanos que están entrando podrían ser beneficiados con el TPS. Tendrían que aplicar porque el hecho de solicitarlo no significa que se apruebe. Pero si cumplen con los requisitos, podrían ser elegibles. Puede que sean personas que no tienen visa americana y por eso decidieron entrar por la vía ilegal, pero no sé si esto significa haber cometido algún tipo de irregularidad con respeto a la ley norteamericana, que, de ser así, no tienen acceso al TPS”.
Cabezas Talavero advirtió que “ese programa tiene unos requisitos de elegibilidad precisos y aplica a personas que estaban en territorio estadounidense antes de que se decretara”, además de los documentos que el solicitante debe presentar.
El funcionario facilitó el enlace oficial del Gobierno de Estados Unidos, donde se detallan “las instrucciones paso por paso sobre cómo presentar un paquete de solicitud inicial”.