El gobierno de Venezuela, a través de una resolución emitida por el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), extendió hasta el próximo 30 de septiembre la suspensión de vuelos comerciales con Panamá, República Dominicana y Perú.
Esta medida fue implementada el 31 de julio, a raíz del rompimiento de relaciones diplomáticas con esos países que no reconocieron los resultados de las elecciones del 28 de julio, que el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio como vencedor a Nicolás Maduro.
En un comunicado divulgado a finales de julio el Ministerio de Transporte justificó la medida señalando que respondía a “la presunción del uso de la aviación civil con fines no compatibles con los principios de seguridad”.
De acuerdo con la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (ALAV), la suspensión de la conexión aéreo-comercial desde y hacia Venezuela con República Dominicana, Panamá y Perú deja como consecuencia alrededor de 15.000 asientos vacíos, tras paralización de 95 vuelos semanales.
Esto se traduce en una pérdida de más de 18 millones de dólares mensuales para este sector, según indicó Julio Arnaldes, expresidente del Consejo Superior de Turismo de Venezuela (Conseturismo), a mediados de agosto.
“Debemos analizar el contexto de lo que sucedió con los destinos mencionados (República Dominicana, Panamá y Perú). Esto ha ocasionado grandes pérdidas a la líneas aéreas tanto nacionales como internacionales que volaban esas rutas con varias frecuencias. Podríamos decir que dejan de percibir entre 18 a 25 millones de dólares mensuales”, aseveró Arnaldes, en aquel entonces, a HispanoPost
En el caso de República Dominicana y Panamá, eran los dos principales destinos utilizados por los venezolanos para poder hacer escala y llegar a Estados Unidos, país con el que Venezuela no tiene vuelos directos desde el año 2019, justamente por el conflicto político.