Ante el alza de los precios de los combustibles debido a la guerra de Rusia contra Ucrania, The Wall Street Journal sostiene en el artículo titulado “Venezuela Asks Wall Street to Help Lift U.S. Sanctions So Oil Can Flow, publicado este jueves 3 de marzo, que “empresas de Wall Street y otros inversionistas estadounidenses están viendo una oportunidad para presionar a la administración Joe Biden para que levante las sanciones contra un productor de crudo potencialmente importante en el hemisferio occidental”, como lo es Venezuela.
De acuerdo con el medio, la administración de Nicolás Maduro “ha estado endulzando silenciosamente el bote para los tenedores de bonos de Wall Street para que ayuden a persuadir a la administración Biden de que comience a eliminar las sanciones”. Esto con el propósito de recuperar el acceso al crédito internacional y atraer inversión extranjera.
Aunque la estrecha relación de Maduro con el Kremlin podría arruinar los esfuerzos de construcción de esos puentes, hay otro factor que podría incidir y es el impacto de precio de la gasolina en Estados Unidos.
“La guerra en Ucrania, y el aumento resultante en el crudo Brent, que en su el miércoles marcó un aumento de casi el 70% desde el 1 de diciembre, está llevando a los responsables políticos de Estados Unidos a considerar aliviar las sanciones a Venezuela para moderar los precios liberando más crudo en el mercado”, dijo a The Wall Street Journal una persona familiarizada con los planteamientos de la administración de Joe Biden sobre el asunto.
Es tal el acercamiento que se está produciendo que, según el medio estadounidense, los emisarios de Maduro están promoviendo oportunidades de inversión, incluso en la industria petrolera, y prometiendo reestructurar alrededor de 60 mil millones de dólares en deuda en bonos de los administradores de activos de Wall Street, incluidos Fidelity, T. Rowe Price y BlackRock, junto con fondos no estadounidenses.
The Wall Streer Journal agrega que también están ofreciendo concesiones de infraestructura, reservas de petróleo y gas y privatizaciones de activos a cambio de una reestructuración de la deuda que comenzó a caer en incumplimiento en 2017. “Las sanciones impiden oportunidades de deuda por capital que ayudarían a los tenedores de bonos estadounidenses a recuperar al menos parte de lo que debe Venezuela”.
El medio recordó que en el mes de enero ejecutivos del sector financiero, incluidos varios empresarios estadounidenses, europeos y venezolanos, se reunieron en una videoconferencia con Patricio Rivera, exministro de economía de Ecuador que lidera la iniciativa de Maduro.
En ese encuentro, Rivera promocionó un repunte en la producción de petróleo de Venezuela, el fin de la hiperinflación y las reformas estructurales, que incluyen menores subsidios al precio de la gasolina. El mensaje final: una nueva Venezuela llena de oportunidades de inversión.
Al designar a Rivera como la persona clave para comprometerse con Wall Street, Maduro optó por un tecnócrata distinto de los funcionarios del régimen acusados por Estados Unidos de corrupción y abusos de derechos, indicó The Wall Street Journal.
Por ahora, los tenedores de bonos estadounidenses dicen que son receptivos al discurso de Maduro. “Actualmente, las sanciones solo les permiten vender, no comprar, bonos venezolanos. Dicen que esta prohibición comercial les da a los fondos de inversión de Europa, América Latina y Medio Oriente una ventaja sobre los fondos estadounidenses. Los bonos se cotizan a tan solo 4 centavos por dólar, un nivel que los tenedores de bonos dicen que es una ganga, pero que solo está disponible para fondos no estadounidenses”, agrega el medio.
El artículo concluye con un comentario de Hans Humes, director ejecutivo de Greylock Capital Management, que posee bonos venezolanos: “Estados Unidos debería querer tantas empresas estadounidenses en la mesa de una reestructuración como sea posible. En cambio, hemos dejado el campo de juego abierto para todos los demás”.