En plena pandemia, los propietarios de Agropecuaria Padre Pío, ubicada en San Jaime, en Zona Industrial de Maturín, crearon una posada con fines agroturísticos, la cual bautizaron como ‘Villa La Toscana’, el cual es un sitio ideal donde en completa calma, alejado de la bulla citadina, las familias pueden tener un espacio para pasar unos días especiales, en un ambiente exquisitamente decorado, con una atención especial y según lo indica el señor Luis Jiménez con seguridad garantizada para cada uno de sus visitantes.
Las actividades agropecuarias en Padre Pío no se han detenido, hay un constante movimiento hacia la sede donde se venden animales, como toda clase de aves en la búsqueda de las mejores crías, también hay venta de cerdos y de conejos, es un sinfín de ventas que hablan mucho de un nuevo enfoque dentro del sentir alimentario del venezolano, en este caso el maturinés, de criar en sus casas animales que después son usados para el consumo humano, pero también tienen siembras de maíz y de hierbas aromáticas con fines medicinales, además constituyen el huerto, del cual sacan todos los matices y aromas para cada uno de los platos que se preparan a los que se alojan en Villa Toscana.
Para ir a la posada se debe realizar una reservación a través de las redes sociales @villatoscana_lux y @padrepio.ca, la decoración estuvo a cargo de Virginia Mendoza pero el paisajismo fue obra de una arquitecta italiana que no se encuentra en la actualidad en el país de nombre Johet Donaldy, en todo influye el ambiente de los lugares visitados por su dueño pero sobre todo los paisajes de La Toscana en Italia, y es así que los visitantes se encuentran con adorables jardines, cada uno esta identificado con un nombre determinado, como el jardín Zen, a base de bambúes, un jardín toscano, la plaza Padre Pío.
Hay que tomar en cuenta que los propietarios de este lugar son devotos de Padre Pío y por eso le colocaron este nombre. La Glorieta ubicado al lado de los pinos con unos grandes cojines color vinotinto extremadamente hermosos y donde al uno sentarse se siente la brisa y el rumor de los bambúes, y el jardín de los peces Koi con sus colores exuberantes y los cuales para aparearse y reproducirse necesitan un ambiente especial, cada pez Koi tiene un precio de mil dolares.
Toda la decoración de la casa ha estado a cargo de la señora Virginia Mendoza, las habitaciones con sus coloridos especiales tienen nombres que contrastan con la decoración y con los colores seleccionados tales como habitación grecoromana, habitación zen, habitación equina, habitación dorada y habitación plateada, las personas pueden dentro de la casa escoger el lugar que mejor quieran hay varios comedores, una terraza hindú desde la cual se puede observar todo el valle y cada una de las actividades agrícolas y pecuarias del lugar.
De acuerdo con Brenda Gómez, uno de los lugares naturales más concurridos es el sitio donde se encuentran las aves exóticas, hay dos avestruces, faisanes, loros de diferente naturaleza, colibrís, guacamayas, pavos reales que se encuentran por toda la finca.
Fuente: El Periódico de Monagas