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El panorama político en Venezuela sigue trabado luego de los primeros acercamientos en Noruega entre los representantes de la oposición, liderada por Juan Guaidó, y los funcionarios de Nicolás Maduro.

El hermetismo ha sido la constante en torno a esta nueva etapa de negociación. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores del país nórdico fue emitido un comunicado en el que se señala que las partes (chavismo y oposición) están dispuestas a avanzar, y pidió prudencia a los actores políticos al momento de ofrecer declaraciones sobre el tema.

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El equipo de prensa del presidente de la Asamblea Nacional subrayó que no hubo acuerdo alguno, mientras que Nicolás Maduro, en cadena de radio y televisión, insinuó que la oposición mintió. «Sean valientes, díganle a la gente la verdad. Yo sí designé una delegación. Hemos estado negociando en secreto desde hace dos o tres meses y estamos sentados en Noruega, aseguró Maduro.

Para el analista político y profesor universitario, Alexis Alzuru, era previsible que estas primeras reuniones no generaran ningún consenso debido a las notables diferencias de los contendientes. Para mí era muy obvio que no iba a ocurrir absolutamente nada, destacó. Agregó que en el inicio de estas etapas cada bando llega con posiciones muy duras que a medida que avanza se convierten en canjeables.

Alzuru precisó que Guaidó debe incluir en el diálogo a todos los sectores de la oposición, a la que calificó de multicolor tomando en cuenta que dirigentes políticos afirmaron enterarse de las reuniones a través de la prensa. Se está negociando el reacomodo político y el futuro del país y eso no lo puede decidir un solo sector. No es algo unilateral ni de un grupo.

Un nuevo fracaso del diálogo puede significar perder la República, alertó el analista. Guaidó debe tener claro que no está negociando con Maduro, estás negociando con el comunismo trasnacional, con Cuba. No son expertos en negociación, son expertos en el engaño, en el fraude.

Advirtió que si los adversarios de Maduro quieren tener resultados positivos: Debe haber transparencia discursiva por respeto a los 30 millones de venezolanos y a los muertos que ha dejado este proceso político.

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Con respecto al oficialismo, Alzuru indicó que al sentarse en la mesa Maduro juega a lo suyo, busca ganar tiempo para terminar su mandato y que le revoquen las sanciones.

Vaticina que el proceso de conversaciones en Oslo durará varios meses debido a la profunda presión internacional que hay tanto de los aliados de Maduro como los de Guaidó, que en reiteradas ocasiones han exhortado a buscar una salida pacífica y constitucional para la crisis que atraviesa Venezuela. Va a ser muy difícil para la oposición pararse de la mesa, finalizó.