Desde el 14 de marzo hasta el 3 de agosto de este año han retornado al país 95 mil venezolanos procedentes de Colombia, según la más reciente información de Migración Colombia comunicada este jueves. De acuerdo con el informe El espejismo del retorno, del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH UCAB) en alianza con Radio Fe y Alegría Noticias, así como muchas personas salieron de Venezuela sin un plan, ahora en medio de las restricciones ocasionadas por el COVID-19 también están regresando sin plan
Para Colombia los casi 100 mil venezolanos representan 3% del total de los que estaban radicados en dicho país antes de la pandemia y 2%, 42.000 personas, más está a la espera de retornar a Venezuela, señala Migración Colombia. Detalla que en febrero había un poco más de un millón 825 mil ciudadanos venezolanos radicados en esa nación.
Es difícil obtener cifras precisas sobre la cantidad de personas que han regresado a Venezuela. Funcionarios venezolanos afirman que hasta el 19 de julio de 2020, unas 71 mil personas habían ingresado al país por los Puestos de Atención Social Integral (PASI) desde que se decretó el confinamiento en los países receptores, señala el CDH UCAB en su informe, que constata que el reingreso al país se produce por tres vías: terrestre por pasos controlados, terrestre por pasos no controlados (trochas) y aéreo.
El documento muestra irregularidades en los PASI, como la capacidad. Hasta el 10 de abril se había hecho un levantamiento de 71 centros de alojamiento temporal en siete estados (Amazonas, Apure, Bolívar, Carabobo, Sucre, Táchira, Zulia), con una capacidad total de 3.664 personas, para el día 18 del mismo mes, el total de cupos disponibles era de 9.615, con una ocupación de 6.539 puestos. A partir del día 19 se bloqueó el acceso público a la página manejada por el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), perdiéndose de esta forma el acceso a información pública de importancia.
Además, señala que resulta casi imposible tener una idea cierta de la capacidad de los PASI y su ocupación real. Por ejemplo, hasta mediados de julio las autoridades del estado Apure llevaban registrado un poco más de 24 mil personas que habían entrado por el eje fronterizo AraucaEl AmparoGuasdualito de manera formal. Sin embargo, en los seis albergues en esa entidad solo se constató capacidad para unas 2 mil personas, por lo que a máxima ocupación, en el mejor escenario de una permanencia de 14 días por persona, se requerirían cerca de seis meses para cubrir la vigilancia epidemiológica y aislamiento requerido por esa cantidad de personas, pero transcurrieron solo tres meses y medio desde el establecimiento de los PASI, lo que indica que no todas las personas que retornan están siendo sometidas al protocolo teóricamente establecido.
El 90% de los albergues utilizados son escuelas públicas, algunas de Fe y Alegría y muy pocas privadas. El otro 10% corresponde a instalaciones públicas, militares y campamentos improvisados. En la mayoría de estos espacios no hay agua y reciben una comida diaria, según lo plasmado en el texto enfocado en las violaciones a los derechos humanos de los venezolanos al retornar.
Sumado a ello, en algunos de estos lugares se han registrado situaciones de violencia, donde hubo riñas entre las personas que allí se encontraban, terminado en heridas y al menos un fallecimiento. Estos incidentes se han producido con armas blancas, lo que abre interrogantes sobre el control de ingreso y tenencia de objetos peligrosos en los albergues por parte de los funcionarios a cargo de la seguridad, señalan en la investigación.
Además de la realidad a la que son sometidos en los refugios, debido a los pronunciamientos estigmatizantes en los cuales Nicolás Maduro y otros voceros llaman a quienes regresan ´armas biológicas´ se ha generado en algunas comunidades de la frontera actitudes y acciones de rechazo, desprecio y descrédito hacia quienes regresan a su país. Igualmente, la corriente de opinión generada ha producido reacciones más contundentes por parte de seguidores de Maduro, quienes reclaman medidas enérgicas y punitivas en contra de los retornados, evidencia el informe.
El CDH UCAB señala que el volver está ligado a la principal medida de prevención y contención de la pandemia de la COVID-19 en la mayoría de los países, es decir, la cuarentena. Sin embargo, el encierro significó para gran parte de la población migrante y refugiada venezolana la pérdida inmediata de su fuente de ingreso para cubrir las necesidades básicas como la alimentación y el pago de arriendos, al no contar con este último fueron desalojados.
En países como Colombia, Perú y Ecuador, principales receptores de población venezolana, al menos la mitad de las personas provenientes de Venezuela se encuentra en situación irregular y cerca del 90% se ubica en el sector informal.
Migración Colombia sustenta la teoría 1+1, según la cual cada venezolano que ha salido de Colombia para regresar a su país volverá otro con él cuando la situación de pandemia acabe, es decir, de los 95.000 ciudadanos que hasta la fecha han retornado de forma controlada, se duplicará la cifra a 190.000.
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