Luis Tosar protagoniza este thriller sobre una venganza que, como casi todas, termina siendo una trampa que atrapa a quién la ejecuta. Dirigida por el cineasta español Paco Plaza (famoso por las cintas de terror Rec y Verónica), Quién a hierro mata (2019) combina la tensión del suspenso y la reflexión del drama para crear una película llena de imágenes e ideas que encuentran un eco en el espectador para bien o para mal.
La película, aunque se sostiene mucho más por lo que promete (y no cumple) que por lo que termina aconteciendo, te mantendrá pensando en las posibilidades de los personajes. No te sorprendas si cuando la estés viendo le gritas a la pantalla en un par de ocasiones. El largometraje no te deja indiferente.
Una de las características predominantes de las buenas películas o al menos de aquellas que vale la pena ver, aunque no sean obras de arte perfectas y originales, es que te generan inquietudes. Las cintas que te obligan a ponerte en el lugar de sus protagonistas impulsan cuestionamientos que a la larga, sin importar su resultado final, es decir, si te gusta del todo o no, te invitan a poner en duda tu visión de mundo.
«¿Qué habría hecho yo?» esa es la pregunta que me hice desde que comencé a ver Quién a hierro mata. El buen cine te obliga a verte a ti mismo a través de sus historias.
Como en el cuento del escritor mexicano Juan Rulfo, Diles que no me maten, el personaje de Luis Tosar (quién realiza una actuación muy bien cuidada como es su estilo) encuentra la oportunidad perfecta para vengarse muchos años después del suceso que transformó su vida y la de su entorno más cercano.
Mario (Tosar) ha podido comenzar de nuevo y en apariencia tiene una nueva vida. Hace el bien, es un tipo bondadoso. Sin embargo, cuando su rutina se ve interrumpida por la presencia de una persona de su pasado debe tomar una decisión. El desarrollo de esa elección es la película que esconde en una anécdota relacionada con el mundo del tráfico de drogas sus verdaderas intenciones.
La historia, que en un principio parece elemental y predecible, propone algunas preguntas éticas: ¿si tienes la oportunidad de vengarte aprovechando el estado de indefensión de tu adversario lo harías? ¿ganas o pierdes pagando el mal con el mal?
La venganza de Mario no es un plato de que se come frío, como menciona el dicho popular, es una consecuencia del azar que se come en pedazos grandes y sin masticar.
Desde El conde de Montecristo, la novela de Alejandro Dumas llevada al cine en diferentes épocas, el tema de la venganza ha sido analizado en múltiples ocasiones. En esta oportunidad, el argumento de Quién a hierro mata vuelve a este tópico cinematográfico sin deseos de dar una lección moral que, sin embargo, termina brindando.
La película avanza con precaución repartiendo la carga dramática y las sorpresas hasta la escena final. Aunque en ocasiones puede parecer lenta o no lo suficientemente ágil.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol ?