La destemplada declaración del General Padrino López el pasado 5 de julio, en el marco de la celebración del Día de la Independencia de Venezuela , donde aseguró que No serán poder político jamás en la vida ( ) mientras exista una Fuerza Armada como la que hoy tenemos, antimperialista, revolucionaria, bolivariana, nunca podrán ejercer el poder político en Venezuela ( ) yo creo que es bueno que lo entiendan esa facción de maleantes, politiqueros refiriéndose a los integrantes del Gobierno Interino presidido por Juan Guaidó, despertó el enérgico Y categórico rechazo de distintos sectores de la vida nacional, desde las diferentes organizaciones políticas que adversan al régimen hasta la de un alto representante de la iglesia católica, extrañamente el chavismo y sus afectos guardaron silencio, no brindando respaldo al general en medio de las airadas reacciones a su desafortunada declaración.
La declaración del General Padrino López sin duda es un hecho sumamente grave no solo por su condición de militar activo, sino también porque ocupa la cartera del Ministerio de la Defensa, una declaración de ese calibre en cualquier democracia que se respete a sí misma, le acarrearía con toda seguridad la destitución del cargo y otras severas consecuencias, pero ese no es nuestro caso, porque no vivimos en democracia, precisamente la declaración es antidemocrática en su esencia, plantea ni más ni menos que la sustitución del voto por el fusil, la voluntad popular queda sometida arbitrariamente a la orden militar, es decir, se impide el libre ejercicio de la democracia desde su origen.
Aquí lo realmente importante, dentro del análisis político, más allá de la muy merecida condena al exabrupto cometido, es indagar sobre las posibles razones que condujeron al General Padrino López a brindar tal declaración en público, a sabiendas que estaba totalmente reñida con lo dispuesto por la CNRBV en su Artículo No. 328, y por tanto iba a provocar gran revuelo político, se debe descartar de entrada una motivación emocional hablando en criollo que se le volaron los tapones- ya que el General Padrino López acumula larga experiencia política el cargo de ministro es eminentemente político, por tal razón muchos países acertadamente optan por nombrar a un civil-, aparte se le considera un sujeto inteligente al menos en el plano académico, ocupando los primeros lugares en las promociones a lo largo de su carrera castrense, todo apunta a la existencia de una segunda intención, a un propósito oculto, encuadrado a lo mejor dentro de la estrategia política del régimen a la cual el General Padrino López no es ajeno.
Tal vez la verdadera intención de la mencionada declaración, aunque luce poco probable, se ubica en el terreno estrictamente electoral, quizás sea desestimular aún más la ya mermada intención de voto del lado opositor, reforzando la tesis de la inutilidad del sufragio como instrumento de cambio político, algo que pareciera innecesario en vista de que el régimen aseguró su victoria en las próximas elecciones parlamentarias, mediante la falta de garantías electorales y ausencia de auténtica representación del factor democrático. Tampoco es del todo descartable, que busque subir el ánimo entre las filas chavistas tan golpeadas por la crisis como el resto de los venezolanos, creando una falsa sensación de fortaleza del régimen que motive su participación electoral, sin mayor necesidad de apelar al acostumbrado control social.
El olfato político sugiere más bien que la declaración alude a un llamado a lo interno, una especie de jugada de carambola, por una parte es un llamado al mismo régimen y/o por otra a la propia Fuerza Armada Nacional, con implicaciones muy serias para ambos factores de poder y el futuro del país.
El llamado al régimen consistiría en que el General Padrino López consciente que está a la cabeza del único sostén del régimen, hace valer su posición privilegiada ante la cúpula chavista, les hace saber que su permanencia en el poder se la deben por entero a él, y en consecuencia reclama mayor protagonismo en el proceso de toma de decisiones, lo cual está en concordancia con la renombrada alianza cívico-militar que funge como pilar del régimen, aunque ahora pareciera que la combinación no sería en partes iguales, sino que sería más militar que cívica, lo que parece ser un cobro de factura por servicios prestados.
El llamado al seno de la Fuerza Armada Nacional tiene aún mayores implicaciones, dado que se trataría del empoderamiento militar de la vida nacional, el mensaje sería tenemos el sartén agarrado por el mango, propiciando la aparición del denominado partido militar (término acuñado por el profesor Manuel Caballero), es decir, la Fuerza Armada Nacional actuando en funciones de gobierno y en plan de actores políticos, pero sin cumplir las reglas que impone la democracia, siempre se ha dicho que no es lo mismo debatir argumentos con un adversario político, que con un militar que tiene una pistola en la funda, ambas situaciones no admiten comparación. Así pues, el partido militar sería una suerte de Frankenstein surgido de las entrañas del chavismo, una criatura que se salió del control de sus creadores y que amenaza a toda la comarca, ello representa el peor escenario por lo tanto hay que hacer todos los esfuerzos para contenerlo, porque ignorarlo supone un costo aún mayor.
Las fuerza democráticas deben estar más atentas que nunca a las señales del régimen, muy especialmente a las provenientes del sector militar, ojalá que la declaración del General Padrino López tenga un trasfondo meramente electoral, un hecho que ya de por si reviste bastante gravedad , y no se trate en cambio de una recomposición de factores de poder de la unión cívico-militar, a favor del partido militar, porque ante la presencia de una disyuntiva nada placentera, debemos tener muy presente aquel refrán que reza: entre dos males, el menor.
Oscar Rodríguez
Economista
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