A pesar del colapso económico sin precedentes que registra la economía venezolana y los estragos que está causando la pandemia del COVID-19, llama la atención que las importaciones de bienes finales del sector privado hayan experimentado un crecimiento de 26% al cierre de mayo de este año, si se le compara con el mismo mes de 2019, tal y como reporta Ecoanalítica.
Los datos recabados por la firma corresponden a la información suministrada por el Fondo Monetario Internacional y los países con los que Venezuela tiene actividad comercial.
Según el último reporte de Exclusivas Económicas, en líneas generales, las importaciones totales son en promedio 600 millones de dólares al mes. Si bien resulta complicado saber cuánto de este monto corresponde a compras externas públicas y privadas, Ecoanalítica calcula que al menos 60% corresponde a importaciones privadas. Estas, a su vez, se dividen en importaciones de bienes intermedios (como materias primas) e importaciones de bienes finales, que juntas representan un incremento de 1,5% interanual al cierre de mayo.
¿Qué nos dice esta cifra? Lo que se puede observar en el aparato productivo privado es que hay un descenso en el acceso a materias primas, causando serios problemas al sistema industrial del país.
En contraste, las importaciones de bienes finales, donde se ubican productos que se expenden en automercados, bodegones, sector autopartes, compras puerta a puerta, entre otros, están experimentando un aumento importantísimo.
Los beneficios arancelarios y la apertura al sector privado, para que traiga a Venezuela insumos con sus propias divisas, ha representado un cambio significativo en el modelo económico, a tal punto que en las peores condiciones del país, e incluso con el consumo cayendo por el descenso del ingreso, se está permitiendo que una nueva clase comercial perciba grandes beneficios.