China permitirá a partir de ahora tener un tercer hijo a cualquier familia. Es el primer cambio radical en su política de natalidad después de abandonar, hace cinco años, la política del hijo único para autorizar que las parejas pudieran tener dos hijos. La medida se adopta para tratar de combatir su grave problema de envejecimiento, el más rápido del mundo en el país más poblado del planeta.
La decisión, según la agencia de noticias Xinhua, se tomó este lunes en una reunión del Politburó del Partido Comunista de China, presidida por el jefe de Estado y secretario general del PCCh, Xi Jinping.
“Las políticas de natalidad van a mejorarse. Se introducirán normas que permitirán que una pareja pueda tener hijos, con medidas que lo apoyen”, indica el comunicado distribuido por Xinhua. “Esto mejorará la estructura demográfica de China, responderá de manera activa al envejecimiento de la población y mantendrá las ventajas del dividendo demográfico”, agrega.
La medida se anuncia después de que el nuevo censo chino, hecho público este mes, pusiera de relieve el grave desafío demográfico que afronta la segunda economía del mundo. China superó en 2020 los 1.411 millones de personas, pero el ritmo de crecimiento en la última década se ha reducido al más bajo desde que se impuso la política del hijo único hace cuatro décadas. La población comenzará a disminuir en los próximos años; en el empobrecido noreste del país, esa caída de habitantes ya ha empezado.
En buena medida, China había basado el éxito de su desarrollo económico de las últimas cuatro décadas en una abundante fuerza laboral muy joven y de salarios bajos, que hacía muy competitivas las fábricas en la franja costera del país. Era el llamado “dividendo demográfico”. Ahora, afronta en el horizonte escasez de mano de obra, y la necesidad de adaptar su economía y sus infraestructuras a una población de mayores.
Con información de El País