Para el pasado domingo 17 de octubre estaba previsto que se iniciara una nueva ronda de conversaciones entre las delegaciones del oficialismo y la oposición venezolana en Ciudad de México, bajo la mediación del Reino de Noruega, para llegar a acuerdos que finiquiten la crisis socio política y económica por la que atraviesa el país. Sin embargo, esto no sucedió.
Jorge Rodríguez, jefe de la delegación oficialista, anunció el retiro de los representantes de Nicolás Maduro en la mesa de negociación luego de el sábado fuera extraditado a Estados Unidos desde Cabo Verde, el empresario Alex Saab, quien se encontraba detenido desde el 12 de junio de 2020, en la cárcel ubicada en la Península de Senegal.
Para esta cuarta ronda de conversaciones se preveía que se llegarán a acuerdos sobre el sistema judicial y se terminarán de concentrar las propuestas para el programa de protección social. No obstante, esto parece haber quedado en veremos tras la decisión de los representantes de Maduro de separarse del proceso de negociación y diálogo.
Al respecto, el politólogo y coordinador del Centro Gumilla en el estado Lara, Piero Trepiccione, afirmó que la decisión de alejarse nuevamente del proceso de negociación podría significar un costo político “muy alto” para cualquiera de las partes.
Advirtió que «quien intente no volver a la negociación puede resultarle mucho más costoso en términos de opinión pública y de gobernabilidad y desarrollo político no volver a la negociación que volver a ella. Yo sí creo que hay que seguir apostando por una nueva ronda en México”.
Sin embargo, aclaró que «desde un principio se planteó que no podíamos ser ni escépticos ni ingenuos, con respecto a esta nueva ronda de diálogo y negociación. Forma parte del tira y encoge difícil de ambas partes y lo difícil de acercar a todos los intereses geopolíticos entorno a Venezuela”, apuntó.
Aseguró que lo sucedido, tras la extradición de Saab, quien además había sido propuesto por Jorge Rodríguez para ser incorporado a la delegación oficialista, sea solo “un episodio más, esperemos que no sea un episodio que dé al traste definitivo con ese proceso, sino que haga que se recomponga y de alguna manera se reafirme para que el proceso pueda seguir avanzando”.
Hay que recordar que éste es el sexto proceso de diálogo al que se somete la administración de Nicolás Maduro, y a este expediente de búsqueda de soluciones acordadas, habría que sumarle los tres encuentros en los que participó el presidente fallecido Hugo Chávez con distintas representaciones de la oposición.
Trepiccione sostuvo que lo más “juicioso, es continuar y así se desprende de la mediación de Noruega y de la contraparte de Maduro, que es Gerardo Blyde. Hay que continuar, sin duda alguna. Es que no hay otro escenario posible que no pase por la ronda de negociación”.
Reiteró que en este momento para ambas partes lo más recomendable es volver allí y seguir negociando. «Seguir dialogando y seguir alcanzando determinados logros que, aunque muy genéricos, marcarían la ruta para poder alcanzar resultados más concretos anhelados por la sociedad venezolana. Pero ahora no hay otro escenario posible que no sea volver a México”, señaló.
La controversia de una sola persona
“Ninguna persona es más importante que todo el pueblo venezolano”, citaba el comunicado leído por Gerardo Blyde desde la Ciudad de México, donde invitaba a la delegación oficialista a reanudar las conversaciones lo “más pronto posible”No obstante, se conoce hasta el momento si se acordí reiniciar los encuentros.
Trepiccione detalló que las partes deben entender que la finalidad del diálogo debe evaluarse desde el entorno político y las implicaciones nacionales de quienes no hacen vida en la política y que más necesitan que se retomen las conversaciones.
“En cuanto al panorama político del país hay una circunstancia que marca la tendencia de enfrentamiento. En el caso particular de Alex Saab y su extradición a los Estados Unidos, eso es el ‘país político’, pero las partes tienen que entender que hay un ‘país nacional’ que está anhelando una salida negociada y, sobre todo, resultados concretos que surjan a partir de esa salida negociada”, afirmó.
El politólogo no la considera una decisión definitiva el retiro del oficialismo: “No creo que pueda ser una decisión final. Obviamente está dentro de los escenarios posibles, pero, a mi juicio, lo veo difícil porque en esta oportunidad ha sido mucho mejor organizado este proceso de negociación. Están mucho mejor acompañados, están todas las partes involucradas, internacional y nacionalmente hablando. Creo que el costo político de retirarse de la ronda de negociación de México es muy más elevado en esta oportunidad para que alguna de las partes pueda tomar esa decisión”.