Desde hace años la zona oeste de Maracaibo es una ruina a todo nivel en materia de servicios públicos. La acumulación de desechos sólidos debido a la falta de recolección de basura en distintos puntos es la evidencia del abandono en el que se encuentra
Concebida como «Maracaibo Oeste», esta zona la describen como otro mundo, otra ciudad. Sus residentes la llaman “el patio trasero de Maracaibo”, que se conecta con la Bomba Caribe (norte), La Curva de Molina (centro) y Los Plataneros (sur), puntos periféricos donde, incluso, hacen vida el comercio formal e informal como si fuese el propio casco central.
Idelfonso Vásquez, Venancio Pulgar, Antonio Borjas Romero, Carracciolo Parra Pérez, Raúl Leoni, Francisco Eugenio Bustamante y San Isidro son las siete parroquias que integran la zona oeste de Maracaibo.
Mientras que en buena parte de la zona norte se observa con regularidad el paso de los camiones habilitados para recolectar la basura, poco a poco sus calles son utilizadas como vertederos improvisados, dónde los residentes se ven la obligación de deshacerse de la basura de dos formas: quemándola o lanzándola en puntos específicos dispuestos en las principales vías de la ciudad.
En 2020 con la llegada de la pandemia por COVID-19, se mejoró la recolección de basura en algunos puntos de la ciudad, en el resto de las comunidades y sectores denuncian que el servicio de aseo urbano es casi nulo o inexistente.
Basureros en plena vía
En un recorrido realizado por La Verdad se pudo constatar que los desechos sólidos se depositan en sitios «estratégicos». Cualquier lugar es «bueno» para dejar la bolsa con la basura que generan en sus hogares. A dónde se mire, una esquina, una acera o un rincón hay un montón de basura acumulada.
Algunos vecinos consultados sobre la situación señalan que «el aseo tiene más de un año que no pasa. No hay un camión que venga semanalmente a recoger los desechos y por eso nos vemos en la necesidad de ponerlos dónde se vean a ver si así se la llevan».
En algunos puntos la acumulación de desechos es tal que parece que «va a llegar al cielo» por lo que optan por quemarla, lo que ocasiona dificultades a la salud como alergias o dificultad para respirar.
En la avenida 28A del sector La Limpia entrando por estación de servicio La Fusta se encuentra uno de estos botaderos de basura a cielo abierto dónde propios y extraños arrojan los desechos sin contemplación.
«Lo peor es cuándo se hace la cola para gasolina en la estación de servicio. La gente bota cualquier cantidad de basura, vasos desechables, papeles, botellas plásticas, entre otras cosas. Los malos olores inundan parte de la zona ante la cantidad de basura que se acumula», cuenta un vecino.
Pasando por Los Plataneros y siguiendo la avenida principal del sector Cuatricentenario se encuentra otro deposito improvisado de basura, justo frente a lo que fue el C.E.I. Gladys de Cardozo, una reconstrucción que durante el mandato de Francisco Arias Cárdenas nunca se dió por terminada.
A pesar de la presencia de un contenedor de basura, el mismo no se da abasto para la cantidad de desechos que a diario los comerciantes y residentes del sector depositan allí, lo que hace que el área se mantenga en un caos constante de basura regada a su alrededor.
Quienes hacen vida en la zona cuentan que incluso «le han prendido fuego» al contenedor debido a la cantidad de basura que se acumula. Esto a pesar de que con frecuencia se «observan algunos obreros haciendo limpieza por allí».
Siguiendo el recorrido más adelante, en el conocido corredor vial Los Bucares, se encuentra otro botadero en una de las aceras. Allí se consigue cualquier cantidad de basura que va desde bolsas con desechos sólidos hasta ramas, troncos y animales muertos, lo que mantiene a ese tramo en constante chiquero de desperdicios.
«Llega un momento en el que la basura se desborda y se riega por toda la acera lo que impide pasar por ahí. Hay que tirarse a la calle para poder caminar», acota un residente del sector.
«Una vez cada 15 días viene un camión, a veces es tanta la basura acumulada que deben meterle una retroexcavadora para poder recoger la basura».
A toda esta problemática se le suma las personas que revisan la basura en busca de algo que les sirva para resolver su grave situación económica, algo para poder vender o algún resto de alimento para ingerir.
«Por aquí se ve a diario gente que pasa a revisar la basura y en eso rompen las bolsas. También están los que recogen las botellas de plástico, cartón y telas para llevar a los centros de reciclaje».
Los botaderos de basura a cielo abierto representan una grave problema no solo ambiental sino de salud pública. Ante la falta de contenedores y de camiones adecuados para la recolección de la basura, los de tipo volteo son las solución para hacer estas labores de limpieza en los sectores y comunidades de la ciudad.
Sus habitantes exigen que le den una pronta solución al problema de la recolección de basura que amenaza con «tragarse» a esta parte de la ciudad que muchos consideran olvidada por sus autoridades.
Fuente: La Verdad